CAP 1: COMPROMISOS

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Adelaida despertaba muy temprano como cada mañana, se despedía de sus sábanas con la fragilidad de una flor, para luego sentarse en su cama tratando de deshacerse de su estado somnoliento.

Caminó hasta la puerta de su habitación para abrirla y ver a sus acompañantes esperándola.

Su rutina diaria consistía en despertarse,
ir a bañarse, arreglarse y ser acompañada
por sus damas en todo el proceso.
Desde hace 4 meses que había cumplido los 19 años, sus padres habían sido más estrictos con ella, pues a esa edad los pretendientes más poderosos se asomaban para casarse.

Su labor como princesa consistía en acompañar a su padre, el Rey Leonard, en algunos asuntos reales, hacerle compañía y mostrar su cara a los reinos vecinos, a grandes mercaderes y caballeros para atraer la mayor cantidad de propuestas de matrimonio.

Adelaida no veía nada de malo en eso, sin embargo, se le hacía muy aburrido y tedioso tener que estar sentada por horas y con una sonrisa, mientras se reía de cualquier chiste que dijeran los socios o desconocidos que visitaba su padre.

¿Y por qué sus padres tenían la necesidad de buscar pretendientes de manera rápida? Fácil, su padre estaba padeciendo una enfermedad que los médicos catalogaban como mortal como mortal y casi imposible de curar. Una donde la sangre se apoderaba de su boca, siendo su padre víctima de un dolor agonizante desde su garganta hasta su lengua, mientras en un intento desesperado tosía sangre para recuperar su capacidad de respirar.

Se sabía que su padre ya era una persona mayor y por ende contraer una enfermedad era más fácil pues su sistema inmunológico se debilitaba.

Su madre, la Reyna Sonia, estaba preocupada por el estado de su esposo, no solo porque lo amaba con todo su corazón y tenía miedo de que su hija se quedara sin su padre sino también porque si llegaba a morir tanto ella como su hija sería blanco fácil de un golpe de estado o de invasión de un reino enemigo.

Sonia busco médicos en todo el país y a pesar de eso no encontró doctor que descubriera lo que le pasaba a su esposo.
Y buscarle una pareja a su hija, es la forma
Más fácil de protegerla a ella y su lugar en el trono, pues en cuanto al rey, ellos pasarían a ser los nuevos gobernantes.

Adelaida carecía de un espíritu desobediente, como desde pequeña había sido mimada y consentida, sus mayores problemas eran aquellos que pusieran en peligro sus privilegios.

Desde que era pequeña seguía al pie de la letra todas las indicaciones que sus padres, niñeros y acompañantes le daban.

Tanto en el castillo como en el reino era conocida como una persona educada, gentil, amable y sobre todo tímida que no podía hacerle frente a las figuras de autoridad.
Bien conocido era también que su padre a pesar de ser un buen gobernante, también era muy irritable, pues a la más mínima indirecta o directa que hiciera burla o chiste hacia su persona, tomaba medidas que algunas veces eran drásticas.

A diferencia de su madre quien al igual que su hija era amable y era muy tolerante, claro que tenía que serlo, pues de otro modo el matrimonio con Leonard habría fracasado desde el primer instante.

Adelaida había aprendido que tenía que ser equilibrada en cuanto a sus cualidades pues la irritabilidad de su padre servía hasta cierto punto para evitar que las personas le faltaran al respeto e hicieran actos en su contra así como su madre que su tolerancia provocaba que las personas le tuvieran confianza para contarle aquellos descontentos y sugerencias sobre sus acciones y el cómo podrían mejorar su forma de dirigir.

Pensar en todo lo que estaban haciendo por ella, la mantenía con el sentimiento de culpabilidad, ella quería ser independiente y que sus padres no se preocuparan por su futuro, pero es que tenían razón si llegaran a tentar el trono lo más probable es que ella se rindiera ante la mínima amenaza... Se sentía muy patética.

- Adelaida. - la llamó una de sus damas de compañía, Mastha - ¿Estás bien? te noto distraída, ya llevas 20 minutos más de lo normal en la bañera.- preguntó angustiada.

- sí, lo lamento estaba muy sumergida en mis pensamientos. - comentó algo aburrida.
- Pues se ve que lo que estás pensando te tiene demasiado preocupada - comentó ahora Silvia.

- Es que... No digo que no aprecie el gran esfuerzo que están haciendo mis padres al conseguirme pareja, pero me llena de preocupación que no sea la persona con la que quiere estar todo el resto de mi vida y que mis padres sean quien lo escoja hace que eso sea más probable.

- ¿Y por qué no buscas a tu pareja ideal? Conociendo a tu madre te dará su apoyo escojas a quien escojas. He escuchado que la princesa del Norte se va a casar con un cualquiera y que sus padres aceptaron su compromiso porque era a quien la princesa había escogido. - Dijo Mastha con un poco de morbo.

- Ese es el problema, incluso si soy infeliz quiero alguien que sea digno del trono y sepa manejar la responsabilidad. - contestó aburrida Ade.

- Aunque es muy profesional de tu parte escoger un bien mayor recuerda que a veces las apariencias engañan, y que tal vez a primera vista parezco una persona muy responsable pero capaz si puede llegar a quitarte el trono y quedarse con su amante. - Protestó Silvia.

- Silvia entiende mi punto. -Dijo Adelaida.
Mientras hablaban, Ade salió de la bañera
y sus demás damas se encargaron de secarla.

Se empezaba a sentir agobiada por la discusión así que decidió cortarla e irse a arreglar.

Para ese día había escogido un vestido azul, tan elegante y encantador que evoca la majestuosidad y la gracia de la época.

El vestido estaba confeccionado con telas de alta calidad y adornos, diseñados para realzar la figura y crear una apariencia delicada. Con un corpiño ajustado que resalta la cintura de la princesa, creando una silueta femenina y refinada. El corpiño está decorado con detalles intrincados, como bordados dorados y  gemas que añaden un toque de lujo y nobleza.

Las mangas son largas y fluidas, con detalles acampanados que aportan un toque dramático y romántico. Las mangas también están adornadas con encajes  y bordados dorados que complementan la riqueza del diseño. La falda del vestido es amplia y fluye hacia abajo en capas, creando un efecto de caída suave y elegante digno de la sucesora al trono.

Con bonitas capas de seda para darle volumen y movimiento al vestido. La longitud de la falda se extiende hasta el suelo, acentuando la sensación de grandeza por parte de Adelaida.

El color azul del vestido es profundo y real, evocando la realeza y la nobleza. De paso una corona, guantes largos y joyas para complementar este atuendo medieval, completando el aspecto de una princesa de cuentos de hadas.

Su cabello recogido en un rodete/chongo con fleco en forma de medialuna que terminaba en 2 largos mechones con rizos naturales de su cabello pelirrojo. Que contrastaba con su piel pálida y sus ojos verde esmeralda que de forma natural eran resaltados por sus pecas.

- Wow... - Dijo Mastha al ver cómo había quedado la princesa. - no importa a quien quieras como pareja, con tu apariencia hasta enamoras mujeres jaja... - Rio de forma nerviosa

Y con su rutina terminada, comenzó su día.

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⏰ Última actualización: Dec 14, 2023 ⏰

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