Capitulo 26: Tiempo.

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Rhea se encontró a Mina junto a su cama. Se acercó hacia ella con sigilo, tomando asiento junto a ella. En el fondo, sabía que su encuentro con Finn Bálor le había afectado de cierta manera.

Shin Mina se sentia entre la espada y la pared. No podía ver a Finn de otra forma, no como él quería. Buscaba una aproximación a su cuerpo que incluso, llegaba a causar escalofríos.

Él quería probarle algo; algo que posiblemente "cambiaría" su percepción acerca de Priest.

Se sentía abrumada por la intensidad de las emociones que Finn despertaba en ella. Él quería explorar un vínculo más profundo, pero se sentía insegura y vulnerable desde el momento en que lo manifestó, besándola a la fuerza.

Mina era consciente de que necesitaba mantener su autonomía y proteger su corazón. No quería lastimar a Finn en lo absoluto, pero debía ponerle límites lo antes posible. Por ahora, lo más saludable para ambos era darse espacio y tiempo para la reflexión.

—No puedo seguir con esto, Rhea.—Mina susurró, mientras se acostaba sobre la cama.

Rhea recostó su espalda sobre la cama al igual que ella. Ambas se detuvieron a observar el techo; hundidas en sus pensamientos.

El silencio llenaba la habitación mientras Rhea buscaba las palabras adecuadas para dirigirse a Mina.

Después de un momento, Rhea rompió el silencio y dijo suavemente:

—Encontraremos una solución; una forma de superar esto sin lastimar a nadie...—Rhea le prometió, dejando constancia de la complicidad que juntas habían creado.

Mina soltó un suspiro y volvió la mirada hacia Rhea. Sus ojos reflejaban confusión.

—Siento que todas mis decisiones terminarán lastimando a las personas que amo.—Mina expresó, mientras miraba a Rhea fijamente a los ojos.

—Priest te ama.—Rhea afirmó, casi como si se tratara de una verdad absoluta.—Y tú a él...

Mina hubiese deseado estar segura de ello en ese momento.

—Rhea...—Mina le llamó en voz baja, mientras se perdía en su mirada azulada.

Rhea sonrió, mientras prestaba su atención a Mina. Ella sostuvo su mano con más fuerza y de manera reconfortante. Para Mina, estar con Rhea le causaba una sensación en particular; algo íntimo que en el silencio se hacía notar.

Repentinamente, alguien tocó la puerta de la habitación.

Mina y Rhea se sobresaltaron por el golpe en la puerta. Rhea se puso de pie rápidamente y fue a abrir, dejando a Mina pensativa y en silencio, tratando de procesar lo que había pasado entre ellas.

Mientras Rhea atendía a la persona en la puerta, Mina tomó un momento para reflexionar sobre lo que su amiga le había dicho. ¿Realmente amaba a Priest? Las dudas y la confusión la atormentaban, y sentía que cada decisión que tomaba la llevaba a lastimar a alguien. La situación con Finn le causaba aún más conflicto, pero a la vez la hacía sentir viva de una manera que no había experimentado antes.

La voz de Rhea la sacó de sus pensamientos.

—Mina, es para ti...—Anunció desde la puerta.

Mina se levantó y se acercó, encontrándose con Priest parado en el umbral. Su corazón latía con fuerza y se preguntaba qué implicaba su presencia en ese momento particular.

—Priest.—Rhea le nombró al verlo con un arreglo floral entre sus manos. —Qué sorpresa...—Rhea observó de forma burlona las flores que llevaba consigo.—Los dejaré solos...—Rhea soltó una carcajada con toda la intención.

The Juror.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora