TERCER ENCUENTRO

      

No fui consciente del tiempo que había pasado cuando un par de toques en la puerta me sacaron del trance. Me di cuenta que estaba sentado en el suelo y recostado al escritorio, aún con el sobre sellado en mis manos. Un toque más y la puerta se abrió.

—¿Se encuentra bien?—inquirió Eugene lleno de impaciencia, con medio cuerpo aun fuera del despacho.

—Estoy hecho una mierda.— resoplé.—Nick va a casarse, Eugene, y quiere que yo sea su padrino. Ella ha venido a traerme la invitación.—le informé levantando el sobre que mi madre me habia entregado.—No puedo creer que vaya a casarse, me he perdido de toda su vida y ahora ya es un hombre.—dije conmovido y con los recuerdos de Nick en pañales rondando mi mente. Antes de todo lo que sucedió éramos tan unidos. Alejarme de él había sido una de las cosas que más me habían lastimado. Ví un atisbo de asombró en Eugene.

—Es su oportunidad de crear nuevos recuerdos a su lado.—expresó amable terminando de entrar y cerrando la puerta del despacho.

—No creo que sea buena idea Eugene.

—Le ha pedido que sea su padrino de bodas, para él sigue siendo su hermano. Han pasado muchos años quizá sea momento de que reanude esas relaciones.— sugirió cauteloso.

—Ella me sigue odiando. No pierde oportunidad de reprocharme lo que sucedió.—Expuse sopesando si abrir o no el sobre en mis manos, temía lo que pudiese encontrarme allí dentro. Eugene lo notó.

—Con todo respeto su madre necesita culpar a alguien de ese lamentable accidente pero si vino hasta aquí es porque está dispuesta a dejar de lado sus diferencias. Anímese a abrirlo, no deje colgado a su hermano en un día tan importante.—pidió Alentándome con empatía.

—Sabe que sigo aquí por alguien, Eugene, tenemos que irnos. Voy a dejar a cargo de todo aquí a Even.—solté con más dolor que alivio.

—¿Está seguro?—indagó sorprendido.

—Si, mi madre no puede enterarse en lo absoluto sobre April. Lo mejor que puedo hacer por ella es alejarme.—resolví sintiendo como aun sin irme ya la sentía tan lejos.

—Como ordene ¿Para cuando desea partir?—preguntó con evidente contrariedad.

—Lo más pronto posible, ocúpate de que el Jet este listo para salir mañana a nueva york y pon sobre aviso a Jeannette. En una hora iremos al hotel donde se hospeda Even, aun debo discutir un par de cosas con él.—dije levantándome y tomando mi saco para guardar la invitación en uno de los bolsillos. Eugene asintió y salió del despacho.

Una hora más tarde íbamos camino al hotel donde Even se hospedaba, por supuesto tenía que ser el mismo donde April y yo habíamos estado juntos. Como si hiciese falta algún motivo para recordarla. Afuera llovía a cantaros y por eso Eugene conducía mas lento que de costumbre. Tomé mi teléfono y me fui directo a la galería en favoritos a aliviarme o torturarme con la foto de April sonriendo a las orquídeas. La extrañaba tanto y en especial hoy me habría encantado pasar tiempo con ella, la necesitaba para apaciguar la tormenta de sentimientos que tenía por dentro. Me habría gustado tener una simple conversación, sin culpas ni reproches. Solo conversar. De pronto sentí un frenazo precipitado de Eugene y el teléfono se escapó de mis manos.

—¿Qué mierdas Eugene?—inquirí tomando el teléfono y guardándolo en mi chaqueta.

—¿Esa de allí es April?—preguntó señalando a la derecha en la ventanilla.

—¿Qué?—solté precipitándome y observando con detenimiento al mismo sitio donde Eugene señalaba ¡Santo Dios era April accidentada en medio de esa tormenta!

Salí corriendo de la camioneta mientras Eugene me seguía. Llovía incluso mucho más de lo que parecía, ella estaba empapada haciendo señas para que alguien se detuviese a brindarle ayuda.

—¡¿April estás bien?!—pestañeo un par de veces antes de responderme estaba como en shock. La tomé por los hombros y Eugene nos cubrió con un paraguas.—¡April contéstame!—le grité angustiado.

—¡Oh por dios Ethan, ayúdame, por favor. Es Nate!—la sangre se me paralizó antes su súplica ¿Qué carajos había pasado?