Nueve:Extrañeza

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capítulo nueve: Extrañeza.

Draco Malfoy:

"Hola Malfoy, lamento la hora en la que envió esta lechuza pero no tenia decidido si hacerlo o no, bueno me preguntaba si deseas salir otra vez, podemos ir a un bar en Inglaterra no mágica para evitar a reporteros mágicos, no como nuestra salida anterior donde tuvimos que huir de ellos, de nuevo lamento aquello, espero tu respuesta (No acepto un no por respuesta te estaré insistiendo) Buenas noches."

Draco soltó un risa divertido, Potter sabia como alegrarle sin si quiera ser consiente de ello, tomo un pergamino y una pluma, daría su respuesta por supuesto, ahora si se alegraba de haber estado despierto, el insomnio no le permitía descansar.


"Buenas noches San Potter, por supuesto acepto la invitación para que te satisfagas de mi presencia, no es necesario que digas que me extrañas de esa manera indirecta, se ve que sin mi no vives, bueno ¿A que hora seria? Si eres impuntual no volveré a salir contigo."


Envió la carta con la misma lechuza que Harry había enviado, la vio salir volando por ese cielo oscuro, se preguntaba como no se perdían y como sabían donde estaban siempre las personas, suspiro y echo una mirada a su habitación, su cama de sabanas grises desordenada, algo de polvo en los muebles, una que otra cosa tirada o rota, sus padres lo matarían si vieran esto, se sentó en el suelo abrazando sus piernas y solo recordando.

Como encontró a su madre en pleno acto intimo con otro mortifajo, como cuando su padre le grito de las peores cosas, eso dolió mas que sus golpes, cuando un grupo de mortifajos lo atrapo y le arrebataron su pureza, ¿Por que tenia que seguir aguantando esa mierda? ¿Por que simplemente mejor no se arroja de la ventana y muere? Así tal vez tendría paz, este era Draco Malfoy, la persona mas cobarde y patética del mundo que no es capaz de acabar con su miserable vida.

Harry Potter

Cuando Harry recibió su lechuza olvido todo lo malo, se alegró al leer ese pedazo de papel por el cual se había puesto de pie de inmediato, encendiendo los celos de Ginny.

—¿Harry que es eso?— Pregunto Ginny molesta.

—Un amigo estaba enfermo, estaba preocupado por él— Respondió Harry con la naturalidad del mundo, sacar su lado Slytherin era muy útil, no podía decirle a nadie sobre su amistad con Draco, tenia que ser receloso con ese secreto, su secreto, que no le contaría ni a sus amigos mas íntimos, menos a su novia.

Al parecer eso convenció bien a Ginny al no ver señales de nerviosismo o duda que se había acostumbrado a ver cuando Harry le mentía.

Harry subió las escaleras y bajo sus pertenecías, definitivamente su estadía en la casa Wesley había acabado, volvería a su casa y tal vez vendría de visita luego, cuando bajaba las escaleras encontró a la señora Molly.

—Harry, cariño ¿Ya te vas? Apenas estuviste unos días aquí— Inquirió la señora con cierta pena.

—Lo siento, me salió algo en casa, el ministerio sobre aceptarme de auror al acabar la academia, debo empezar a salir mas y preocuparme por mis trabajo futuro.— Dijo Harry con una leve sonrisa y risa pequeña, se volvía un experto en mentiras.

—Esta bien, suerte querido, no olvides comer ¡Viniste muy flaco! Tendré que engordarte de nuevo— Le recrimino la señora Molly provocando una risa en Harry, Molly era la madre de Harry, no biológica pero fue la mujer que lo acogió y le brindo amor aun con lo poco que tenia y estaba sumamente agradecido.

—Por supuesto, comeré mas, ya debo irme, hasta pronto—Dijo Harry marchándose de aquella casa.

Llego a su hogar, lúgubre, seguía la decoración antigua de la familia Black, no había tenido el valor de quitarlo cuando le recordaba a Sirius.

—Amo Potter, bienvenido— Dijo Kreacher.

Harry dio un asentimiento como saludo y fue a su habitación, tiro sus cosas a su cama  ¿Ahora que? se pregunto, que haría en esa casa vacía, llegó a su cabeza el pensamiento de Draco ¿Por que pensaba en el? Era como lo que le paso con Ginny hace años, oh mierda, era lo que le paso con ginny hace años   y hace años se había enamorado de Ginny... ¿Estaria enamorado de Draco? no, pensarlo era una estupidez, una gigantesca estupidez.

Extrañamente el día siguiente se sintió muy feliz y eso lo confundía aún más. ¿Esa extrañeza? Tenía nombre y apellido, Draco Malfoy, Harry lo estaba esperando afuera del bar donde lo cito, espero unos minutos cuando entre las personas que caminaban distinguió su rubia cabellera.

—Uff, tu puntualidad me sorprende— Dice mirando su reloj, tres minutos tarde, sabía que recriminar ese hecho molestaría a Draco que era tan perfeccionista. 

—Bien entonces me retiro, disfrute sus bebidas—Dijo Draco con su orgullo dolido.

Draco dio la vuelta y unos pasos dispuesto a marcharse cuando Harry lo jalo de su abrigo y una extraña caja metálica paso a gran velocidad delante de el.

Draco Malfoy:

Se sintió incluso mas avergonzado, sentía el pecho de Harry contra su espalda, incluyendo que lo seguía sujetando de la manga de su abrigo, se aparto en un brusco movimiento ocultando su sonrojo.

—Vamos no te enojes, el destino no quiere que te vayas, atrévete a dejarme solo y ahora si te atropellara un auto.— Se quejo Harry.

—Solo por el hecho de no tener el deseo de darle fin a mi vida me quedaré contigo— Respondió Draco fingiendo mal humor, disimuladamente le dio una mirada a Harry quien sonreía abriéndole la puerta.

Dentro del bar tomaron asiento y pidieron su orden, era tranquilo, conversaron de temas triviales y se actualizaron sobre la vida del otro ¿En que momento eso se había vuelto una necesidad? su cercanía era extraña, como habían llegado a esa amistad tan peculiar pero tan cómoda y agradable.

Mientras bebían pudo ver en el rostro del azabache cierta preocupación. 

—¿Estás bien?—Murmuró curioso.

—¿Siempre has tenido ese brillo en tus ojos?— Murmuró el azabache. —Esto se siente mal...

—¿Que?— Pregunto Draco asombrado ¿Que demonios tenia Potter?

—Estoy con Ginny y-y pense que la amaba pero ¡Pum!— Harry hizo con sus brazos el gesto de una explosión.— Llegaste tú y me haces replantearme todo ¿Por que?

—¿De que estas hablando?— Murmuro aun sin comprender, no, si comprendía, pero no quería creerlo.

—¿Por que contigo siento otras cosas? ¿Por que ya no soy feliz con Ginny? ¿Por que cuando estoy con ella pienso en ti de todas formas? creo que me enamore de ti.— Murmuró Harry apoyando su frente contra la mesa.

Draco permanecía sorprendido, sin saber que decir o pensar, pasaron unos minutos en silencio, se estaba preocupando de que Harry no había vuelto a decir nad ay seguía semi acostado sobre la mesa, Draco se puso de pie y se acerco un poco a Harry para verle el rostro, tenía los parpados cerrados, una expresión muy tranquila, estaba dormido. Sacudió ligeramente a Harry queriendo despertarlo, él azabache se estremeció en lo que abria un poco sus parpados.

—¿Draco?— Murmuró la lengua borracha de Harry.

—Tienes que ir a tu casa Potter— Le dijo.

—¿Casa? Ah casa, no, no quiero— Dijo Harry volviendo a acostarse en la mesa.

—Maldita sea Potter, no te puedo dejar solo aquí— Se quejo volviendo a sacudirlo.

—De poder puedes, otra cosa es que no quieres dejarme— Murmuro Harry riendo estúpidamente, según Draco. 

Draco suspiro y miro unos segundos a Harry, tomo su abrigo se lo puso y salió de aquel bar.

Un Sincero Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora