A continuación; capítulos desde la perspectiva de April.
Me había traído unos pendientes del trabajo a casa. me dí una ducha rápida y coloqué la pijama estaba entrando la noche. Nate repasaba unas tablas de multiplicar en su habitación mientras yo estaba realizaba nuevas publicidades en la pagina web de la boutique, bebía un batido de moras y de pronto sonó mi teléfono avisando que me había llegado un mensaje al WhatsApp.
Logan
Que guardia mas aburrida ¿Tú que haces pequeña?Sonreí al leer su mensaje. Nuestra amistad se habia fortalecido muchísimo y era como si nunca se hubiese marchado, a Nate le agradaba pasar tiempo con él y justo hoy me había preguntado porque no había venido su tío Log a jugar futbol en la consola. Logan estaba de guardia en la clínica donde ejercía felizmente como traumatólogo infantil. Me sentía muy feliz por él. Aunque su sueño era tener una clínica propia sabía que tarde o temprano lo lograría como todo lo que se proponía.
April
Trabajo aún, desde casa. Nate extrañó mucho el partido de hoy.Logan
¿Trabajando desde casa? Que jefa mas pesada 😄 dile a Nate que ya mañana nos desquitaremos.Sonreí aún más con su respuesta.
April
Tampoco me agrada la jefa 🤣Estuve a punto de pulsar enviar pero escuche un estruendo seguido de un grito ahogado en dolor y mi teléfono se me resbalo de la mano cayendo en el piso mientras me levantaba apresuradamente
—¿Nate?—grité mientras corría a su habitación.
—¡Mamáááá!—bramó dolorosamente.
Entré en su habitación y lo ví sentado en el suelo cubierto desde la cabeza y parte de su pijama en sangre, una prominente línea de sangre brotaba desde el lado izquierdo de su cabeza. Casi me desmayé al ver aquel escenario…
—¿¡Nate que sucedió!?—pregunté alarmada hecha un manojo de nervios. Tomé una toalla y la coloqué justamente donde brotaba la sangre. Él comenzó a ponerse pálido y yo comencé a enloquecer, le cargué en brazos mientras salía de la habitación dando tumbos sin tener muy claro que hacer, solo con la urgencia de llevarlo a un hospital.
—Nate por favor háblame.—le pedí mientras esperaba que llegara el ascensor y enseguida lo hizo entramos y pulse E. Con mis dedos llenos de su sangre.
—Ma…má me duele.—soltó en un quejido y una de mis lágrimas cayo en su mejilla, no sabía cuando había comenzado a llorar pero estaba totalmente en trance haciendo todo por inercia.
En el estacionamiento uno de los guardias de seguridad se acercó alarmado al vernos. Cargo a Nate y corrimos hacia mi auto. Ofreció llamar a una ambulancia pero yo no quería perder ni un segundo más, así que le pedí que pusiera a Nate en el asiento trasero y me adentré en el auto, lo encendí y comencé a conducir camino a la clínica donde Logan trabajaba. Estaba lloviendo terriblemente y por más que deseaba ir rápido tenía que ser precavida. La clínica no estaba tan lejos solo debía conducir unos 15 minutos tomando una vía principal y todo estaría bien.
—Nate ¿Qué sientes?—quería mantenerlo consciente y no se me ocurría otra forma que hablarle.
—Me duele… mucho la cabeza mami…—mi corazón se quebraba con su tono adolorido.
Sentía que conducía y conducía y cada vez me parecía estar mas lejos de pronto el auto comenzó a vibrar y detenerse paulatinamente ¡No puede ser! Pero ¿Qué demonios está pasando? ¡Avanza! Grité golpeando el volante echa una furia en medio de la desesperación.
—Tranquilo mi amor, ya casi llegamos. Tranquilo.—dije intentando calmarlo y colocándole la otra punta de la toalla ya que la que tenia la había empapado.—has un poco de presión aquí amor.—pedí colocando su manito sobre la toalla. Debía llamar a Logan no podíamos estar tan lejos. Me revisé un par de veces solo para darme cuenta de que no tenía mi teléfono conmigo—¡Maldita sea!—Grité y un temblor invadió mi cuerpo, tenía que conseguir ayuda pronto.
Salí del auto y la lluvia inclemente me golpeaba. Había encendido las luces de emergencias y hacía señales a los autos que pasaban para que se detuviesen pero nadie lo hacía quizá ni siquiera me lograban ver con claridad bajo aquel torrencial de agua.
—¿¡April estas bien!?—escuché la voz de un ángel a mis espaldas. Me dio vuelta y colocando sus manos en mis hombros me sacudió un poco. —¡April contéstame!—me exigió Ethan sobresaltado.
—¡Oh por dios Ethan, ayúdame por favor. Es Nate!—reaccioné y rogando vi descomponerse su rostro.
—¡¿Dónde está?! ¡¿Qué pasó April?!—ahora estaban él y Eugene justo tras de mi mientras yo me apresuré hacia la puerta trasera de mi auto para sacar a Nate.
—Necesito llevarlo a un hospital por favor.—dije entre lagrimas. Ethan al verme se inclinó y lo tomó él entre sus brazos mientras Eugene sostenía un paraguas y ambos corrían hacía la camioneta de Ethan. Lo colocó en los asientos traseros, me senté a su lado poniendo su cabeza sobre mis piernas y limpiando un poco la sangre que corría aún
—Encárgate de su auto.—dijo con urgencia mientras encendía la camioneta.—¿Las llaves están dentro?—inquirió mirándome por el retrovisor.
—Si, están en el encendido pero ¿Él va a quedarse?—indague perpleja.
—No te preocupes, él puede encargarse.—aseguró arrancando la camioneta.
—Ma…má ¿Qué pasa?...¿Dónde… estamos?—pidió saber, el llanto me mantenía muda. Ethan nos dedicó una mirada por el retrovisor, avistando toda la situación.
—Hola Nathan ¿Me escuchas?—comenzó a hablar Ethan con voz fuerte y clara dejándome sorprendida al dirigirse directamente a Nate.
—¿Quién es… mami?—preguntó Nate.
—Soy Ethan ¿Me recuerdas? Nos conocimos en el cine.—hablaba mientras conducía y nos veía de tanto en tanto por el retrovisor.
—Ujum… si me… acuerdo.—asintió.
—Tu mamá y yo necesitamos que nos hagas un favor Nathan. Necesitamos que nos digas cuál es tu hobbie favorito, el que mas disfrutas.—Ethan intentaba mantenerlo lo más despierto posible a través de esa conversación.
—Me-me gusta… jugar futbol y… también… jugar en mi con…sola.—respondió en voz baja pero aun podíamos escucharle.
—¿En serio? A mi también me gusta mucho el futbol ¿A ver cual es tú jugador favorito?—seguía haciéndole preguntas que lo mantuviesen alerta.
—No creo… que sepas… quién es.—sonreí al ver que a pesar de la situación seguía siendo él.
—Ponme a prueba.—le pidió Ethan.
—Es… Luka Modrik… ¿Lo cono…ces?.—indagó Nate curioso.
—Mmmm sí claro, es un croata centrocampista. Fue el mejor jugador del mundo en el año 2018 y jugaba para el Real Madrid futbol club. Tienes excelente gusto.—dijo con total seguridad y yo le observé detenidamente mientras él hurgaba en su teléfono buscando toda la información en Google sobre Luka Modrik. Aquello me enterneció y quise agradecerle tanto.
Esa pequeña conversación hizo que en cuestión de un par de minutos estuviésemos en la entrada de un hospital. No era donde Logan trabajaba pero era lo que necesitábamos.
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TERCER ENCUENTRO
RomanceSumérgete en esta emocionante historia que te atrapará desde el primer capítulo con su intenso contenido lleno de romance, erotismo, secretos, inseguridades y mucha pasión. Acompaña a Ethan y April en la travesía que les espera para poder estar junt...