Parte única

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La lluvia no ayudaba a ver bien el camino, y Helen, con una herida en el abdomen, no sabe muy bien para donde ir. Solo sabe que posiblemente, por el barro su herida se termine infectando.

Sin un motivo fijo y con la mirada nublaba se sentó allí mismo, en medio del barro y césped mojado. Miró como caían las gotas en los pinos con suavidad, haciendo que pase un recuerdo por su mente de manera repentina; haciéndolo estremecer.

Aquel fragmento se hizo cada vez más presente, como si estuviera en un mal sueño queriendo despertar; pero aún así no podía. Como si fuese a vivir ese momento por segunda vez, sintiéndolo tan real de nuevo. El pánico lo inundó.

Vio a Tom caer desde el sexto piso del edificio, su cuerpo se estrelló contra el cemento duro; su cabeza se aplastó y sus ojos quedaron fijos, su mirada sin expresión quedo estática en él. A medio metro de distancia estaban sus gafas rotas, salpicadas en sangre; como todo el cuerpo de Tom.

Su mente volvió a enfocar el agua, sintió un frío recorrer su espalda y noto que de sus ojos desprendían lágrimas. Estaba seguro de que no era la lluvia, ya que sentía ese dolor familiar en su pecho que hacia estrujar a su corazón; tapaba sus pulmones sin dejar que el aire pasara, para que finalmente su cuerpo temblará y se derrumbara en llanto.

Inmediatamente se incorporó de nuevo, sintiendo como sus piernas flaqueaban y por impulso se sostuvo en el tronco para mantenerse de pie; había perdido demasiada sangre.

Cerró los ojos para sentir una punzada en su abdomen bajo, y sin pensarlo dio un paso más; fallando en el intento.
Sintió una fuerza liviana levantar su cuerpo, haciendo que levitara. Ya conocía de quien provenía, y agradecía que en ese momento apareciera.

—Siempre apareces cuando más te necesito.— una leve sonrisa se formó en su rostro; intentado tranquilizarse a sí mismo.

—Eso es lo que hacen los amigos, Helen.— su voz sonó como un calmante inyectado directo en las venas.
Quiso agradecerle, pero su voz estaba tan temblorosa que apenas salió un quejido de su boca.

—Te llevare a tu cabaña, no debías de haber salido hoy.— Es justo ahí donde movió sus hilos en dirección a la que supuestamente Helen debía ir.

No supo contar cuanto tiempo tardaron en ir hacia ese lugar, sin apenas aliento se aferraba a Puppeteer para poder seguir con vida

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No supo contar cuanto tiempo tardaron en ir hacia ese lugar, sin apenas aliento se aferraba a Puppeteer para poder seguir con vida.

Al estar frente de la puerta, se escuchaba un sonido entrecortado y lejano; se había olvidado de apagar la radio, otra vez.

El estruendo de la madera se escucho como un eco en la mente de Helen, estaba tan aturdido que sentía su mundo boca abajo. La puerta se abrió exitosamente, sin dañar el cerrojo. Ahí se hizo más clara la música, era Tightrope de LP.

En ese momento se puso a pensar en lo que le había dicho anteriormente. Desde lejos o desde cerca, sabía que Puppeteer lo observaba a toda hora, sin que los demás puedan notar siquiera el resplandor de sus ojos.

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⏰ Última actualización: Mar 24 ⏰

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Heridas abiertas || Bloody Painter & The Puppeteer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora