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Jueves - 11 - Marzo

Otra vez, el chico de pelo negro se sube al vagón del primer tren. Se sienta en el asiento de siempre, y con la cabeza apoyada en el cristal, suspira. La noche anterior había estado despierto pensando en cómo combatir su cobardía. Ayer era el día, había tenido la oportunidad de hablarle, pero se había acobardado, y el miedo lo había inundado por completo.

Se recuesta en el asiento y saca otra vez su diario, lee lo que escribió el anterior día y suspira. Se siente como una doncella de película, enamorada de un príncipe que sabe que no puede tener.

Él está enamorado de aquel hombre. Pero no lo conoce en lo absoluto, ni siquiera sabe si está casado, o si tiene hijos. Y aunque algo en él le hace pensar que está soltero, no puede descartar la opción de que no lo esté.

Unas paradas más tarde, el chico vuelve a pozar su mirada en la ventana, viendo el pequeño barullo de gente que acostumbra a ver en esa estación.

La poca gente que estaba esperando a entrar ya había entrado, y a pesar de que el joven sabía perfectamente que el hombre del que estaba enamorado siempre llegaba tarde a tomarse el tren, se preocupó al no verlo.

Recorrió con su mirada la estación, las puertas ya estaban cerrando y el hombre aún no aparecía corriendo hacia el tren.

Dejó su diario en la mesa y se acercó más a la ventana. Con una mirada preocupada, volvió a recorrer la estación con la mirada, pared tras pared, despacio.

Pero aún así no lo vio.

Y no despegó la cabeza de la ventana si no hasta que escuchó un pequeño estruendo en el asiento delante de él.
Movió su mirada hacia donde provenía el ruido y se topó con un par de ojos salvajes que lo miraban fijamente.

Otra vez.

Jinyoung no lo había visto entrar al tren, pero sin embargo, el hombre del cual estaba tontamente enamorado estaba sentado frente a él. Al verlo se sentó rápidamente y agarró su diario. No apartó la mirada.

Y de nuevo, de pronto sus miradas se conectan. Wang suspira. Y Jinyoung cierra sus ojos con fuerza. El chino aparta la vista.

Park apenas respira, se hace pequeñito. Y vuelve a temblar. Como si ayer y hoy fueran el mismo día.
Solo que esta vez no iba a acobardarse. Estaba decidido. Se había enamorado de aquel hombre. Y no podría vivir toda su vida sin saber aunque sea algo sobre su compañero de viaje.

Y entonces ocurre. Sus labios despiertan. Pronuncian su nombre tratamudeando. Y como el hombre se sorprende, Jinyoung sabe que dio en el blanco.

De pronto, todas sus inseguridades salen a flote.

Y supone que Jackson está pensando "que chico más tonto". De repente quiere morirse, quiere hundirse en el asiento y desaparecer.

Pero el tiempo se para, como si solo existieran ellos dos en el mundo. Y el hombre se acerca a él lentamente, apoyando sus manos en la mesa y causando que Park se quede estático en el lugar.

—Yo aún no te conozco y ya te echaba de menos. Cada mañana rechazo el directo y elijo este tren.

El tren ya está llegando. La vida de ambos hombres ha cambiado.

Este 11 de Marzo se ha convertido en un día especial para esas dos almas enamoradas.

Jackson le agarra la mano por encima de la mesa. Queriendo nunca soltarse.
Llegan a un túnel y todo se vuelve oscuro.

Jinyoung levanta sus manos, y a tientas encuentra la cara del hombre que ama. Infla su pecho y se vuelve valiente. Se acerca lentamente y le besa los labios. Un suave toque que recordaran durante toda su vida.

—Te quiero, Park Jinyoung. —dice, y Jinyoung se lo devuelve, regalandole el último soplo de su corazón.

Dos almas enamoradas. Que se buscaron hasta encontrarse. Terminaron juntas, en vida y muerte. Porque el amor es mucho más grande que eso.

Si fuera... | Jinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora