Fiorella
-Estúpido Nicholas-murmuro entrando a mi casa-Estúpido Maximiliam-dejo mi mochila en la mesita del café y me dirijo a la cocina para prepararme algo de cenar.
Luego del pequeño encuentro entre los hermanos infantiles tomé un taxi y salí lo más rápido que pude de la mansión. Nunca antes los había visto intercambiar ni si quiera un saludo y ya veo por qué.
Es raro ver que dos hermanos se lleven tan mal, imagino que es por sus personalidades opuestas, donde Nicholas es elegante y moralmente estricto, Maximiliam es misterioso y arrogante, no sé cuál me irritó más hoy.
Parecían un par de niños peleando por un juguete, ¿Quiénes se creen?, admito que es agradable tener personas que se preocupen por mí, pero no al punto de que se quieran golpear.
Es más que obvio que no solo es por eso, estos dos ya tienen problemas desde antes y por la actitud que tomó Maximiliam a las palabras de su hermano, por desgracia no pude escuchar, creo que es algo delicado.
Dejo todo listo para mi cena y decido darme un baño, mientras me lavo todo el cuerpo con mi gel de baño, me es imposible creer que Maximiliam estuvo aquí mismo usando este gel, todo eso me parece irónico, recuerdo muy bien cuando lo vi por primera vez,esa actitud tan sombría que siempre lo sigue no estuvo presente la noche que buscó ayuda cuando lo hirieron.
Este hombre es un completo misterio, su hermano dice que me aleje de él, su familia parece temerle ¿Qué debería hacer?
Obedezco al nieto que vive en la misma casa de mi jefa o simplemente ignoro sus palabras y sigo tratando a Maximiliam.
Me coloco unos pantalones cortos y una blusa de tirantes verdes, tomo la comida que dejé lista y me siento en mi sofá, ahora si puedo relajarme.
Mientras estoy lista para dar el primer bocado a mi comida llaman a la puerta, adiós relajación.
¿Quién será? Veo el reloj que cuelga de la pared de la sala, son las ocho de la noche, no tengo amigos que me vengan a visitar, al menos que sean viejos conocidos de la universidad, abro la puerta para saber quien es.
-Hola Fio-una muy entusiasta Jennifer me saluda-¿Puedo pasar?-me pregunta, rápidamente me aparto para dejarla entrar.
-Hola Jenny-le digo aun confundida-¿Cómo supiste donde vivo?- no es algo que haya mencionado antes en la mansión, ella me ve de una forma extraña y dice.
-Le pregunté a Nicholas-me dice-Él mencionó haberte traído antes-eso tiene mucho sentido.
-¿Entonces, que te trae por aquí?-me siento en mi lugar de antes-Iba a cenar-señalo mi plato-¿Quieres un poco?-le ofrezco.
-Por esta vez paso-me dice, le doy un bocado a mi comida y la observo-Vine porque quiero que por fin te animes a salir de fiesta- trago bien lo que queda de mi comida y fuezo mi garganta.
-¿Qué?- chillo.
-Te he invitado muchas veces y siempre me rechazas-estoy por replicar pero ella me detiene-Nada de excusas, me lo debes-me observa fijamente, quiero decirle que no, que estoy cansada pero seria mentir, hoy la mansión estuvo bastante tranquila.
Pensándolo bien, no tengo nada que perder, Jennifer es una muy buena amiga y tiene razón, se lo debo, ella ha sido tan paciente conmigo, también me ha animado a poder ser más sociable.
-Esta bien-acepto, ella me sonríe triunfante, ahora que la veo bien me doy cuenta de lo guapa que se ve, lleva uno pantalones de mezclilla rasgados y un top de lentejuelas morado, su maquillaje resalta muy bien sus ojos almendra, es muy hermosa- Déjame cambiarme-digo.
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Sepulcro
RomanceLas tragedias pueden marcarte para toda la vida. Las marcas pueden cambiarte la vida. La vida puede ser una verdadera tragedia. Fiorella Leblanc es una joven italiana que lo único que desea es conseguir un empleo para retomar sus estudios. Tras la m...