El Hombre Sonriente

2 4 0
                                    

Para todas las personas que se identifican con la noche, que la prefieren antes que, al día, tengo una historia que contarles.

Estoy en la universidad, en 2do año, mi compañero de cuarto es muy madrugador, yo soy todo lo contrario, me conozco toda la programación de todos los canales de la noche, además estoy acostumbrado a pasar horas en internet. Un día como cualquier otro, internet no me distraía, ya venían varias noches que me aburría, ese día decidí cambiar un poco, tomé la iniciativa de salir a pasear en la noche.

Me vestí y deje que mi imaginación merodee mientras camino, total es raro que por aquí pase algo, no es un barrio peligroso y menos en zona universitaria. Hacia un poco de frio, sentía el viento en mi cara, fui recorriendo diferentes lugares, me aleje bastante hasta darme cuenta que estaba bastante lejos del complejo, estoy sobre una calle aledaña a un campo, veo los arboles oscuros, los matorrales y la brisa que mueve a los árboles, el único sonido además de la brisa son mis pasos.

De un momento a otro levanto la mirada por culpa de uno de los faros de luz que está sin funcionar en la calle, veo a lo lejos a unas 5 o 6 cuadras una figura parada en medio de la calle, no distingo sus facciones, ni lo que lleva, lo único que noto por su forma, aquella figura que esta sin moverse y me debe estar mirando fijamente, tiene un sombrero, va bien vestido por el corte de su figura. Millones de cosas se me pasaron por la cabeza, me doy cuenta que me detuve lo suficiente como para que se diera cuenta que lo estoy viendo.

Hubiera preferido pasar sin verlo, pero esto ya es imposible, aquel individuo está de pie quieto, es obvio que me está mirando, de un momento a otro el individuo empieza a moverse, no logro entender lo que sucede al principio, se está moviendo pero lo hace de una manera muy extraña, me parece que camina raro o esta borracho, esto me tranquiliza un poco, porque esto significaría porque estaría de pie en medio de la calle, más temprano que tarde me doy cuenta que está bailando, con mucha gracia y habilidad, se daba una vuelta, el juego de pies que hacía era impresionante, taconeaba el asfalto y lo peor es que se escuchaba aquel taconeo, y el ruido era más grande a cada minuto porque se iba acercando.

Note que redujo su distancia a 4 cuadras, luego 3 cuadras, ahí decido que mi valentía no importa, al verlo cada vez más cerca me doy cuenta de la gracia y habilidad de sus movimientos, también de que aquel sujeto está vestido elegantemente, lo que más me asusto fue que tenía una sonrisa imposible, enorme, su piel es amarillenta y ojos que ven hacia arriba, inyectados en sangre, como enfermos, con venas en ellos, miraba hacia arriba pero su cabeza estaba en dirección hacia mí. De todas maneras, parecía saber dónde estaba yo porque se iba acercando poco a poco hacia mi bailando, acortando la distancia.

Por el susto gimo un poco, me doy media vuelta y comienzo a correr desesperadamente, con todas mis fuerzas, corro sin parar, intento ver detrás de mi cabeza, continúo corriendo y volteo la cabeza nuevamente y me doy cuenta que aquel sujeto ya no está. Me detengo y suplico por una patrulla la cual no aparece, comienzo a caminar de espaldas mirando todo lo que sucedía, me doy vuelta y continúo caminando, a la distancia noto una camioneta estacionada, el problema es lo que hay en la sombra de la camioneta haciendo juego con la luz de los faros, enseguida veo de nuevo la sonrisa enorme, los ojos enfermos, era el mismo sujeto tratando de esconderse maliciosamente con la cabeza dirigida hacia mí.

Lentamente se levanta, puedo apreciar que es muy delgado y alto, se me queda mirando, aunque no me vea con sus ojos, hago un movimiento y el individuo lo imita exactamente como si fuera un mimo, no estoy decidido a escapar porque seguro me perseguirá, sus ojos me siguen mirando, los dientes amarillentos que tiene. De un momento a otro comienza a bailar nuevamente, hace unos pasos de tap sobre el asfalto, pero esta vez comienza a acercarse más rápido.

-¿Qué quieres de mí? ¡VETE!!!! –

Me avergoncé por el temblor de mi voz que denotaba miedo, cuando dije aquello el individuo se detuvo con un pie sobre el aire y el otro sobre el suelo, como burlándose, cometí el error de moverme porque este sujeto comenzó a moverse nuevamente bailando, pero aún más rápido, sus movimientos eran más rápidos ahora, siempre en dirección hacia mí. No aguante más, me di media vuelta y comencé a correr, gritaba, lloraba, pegando más gritos para que alguien me ayudara.
No lograba entender cómo se me adelanto cuando estaba tan alejado y además como logro esconderse detrás de esa camioneta como si me estuviera esperando, como un depredador esperando a su presa. Volví a ver tras mío, me asuste aún más, no había acortado distancia con el sujeto, seguía a unos 7 metros mío, ahora lo veía perfectamente, todo su rostro, ropa, en aquel momento acepte que estaba perdido y le dije:

-POR FAVOR DEJAME EN PAZ, NO SE QUE QUIERES DE MI, PERO DEJAME EN PAZ. -

El sujeto alto no hace nada, no quita su sonrisa como si fuera un tatuaje, comienza a bailar nuevamente pero ahora se aleja, ahora se estaba alejando de a poco bailando. No sé qué pensar, pero de a poco me voy aliviando, el sujeto cada vez se aleja más hasta un punto donde ya no es visible, donde se pierde vista, el mismo se detiene, se da media vuelta y me encara como la primera vez. Se me helo la sangre, esta broma tan cruel que me estaba sucediendo tuvo su clímax, ahora ya no bailaba, ahora de repente comenzó a correr de forma violenta, sus brazos se mueven como un atleta, se mueve de una manera muy rápida, como puedo grito y comienzo a correr yo también.

-¡¡¡DEJAME EN PAZ!!!! -

Corro y corro hasta llegar a la avenida, sea la hora que sea, autos por aquí deben pasar, y quizás peatones, caigo de rodillas en la acera, me tumbo en el asfalto en posición fetal hasta que alguien viene a ayudarme.

Luego de todo lo sucedido, ya no soy noctambulo por puro capricho, ahora lo soy porque no consigo conciliar el sueño por todo lo sucedido, nunca más volví a ver a ese individuo, quizás porque no volví a salir a pasear de noche nunca más, quizás porque decidí dejar la carrera o quizás se deba porque volví a casa de mis padres…

Pero no hay noche que ese ruido a taconeo mientras bailaba me atormente sin falta…

Si tú eres noctambulo y disfrutas de la noche, ¿te atreves a salir a pasear de noche ahora que sabes esta historia? ¿Qué harías si te cruzas con el hombre sonriente?...

Terror máximo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora