- Es igual de helado que tú -...
- ¿Disculpa? ¿El qué? -
...
- El invierno -
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( Sin melodía )
_______________________________________________La pesada nieve blanca dificulta más tu trabajo, es complicado salir y andar por todo ese hielo sin que te de hipotermia, en realidad nunca estuviste acostumbrada a un lugar así aunque siempre fuiste de Japón y tu madre amaba estas épocas frías
Saliste de tu pequeña choza, dando pasos fuertes y gimiendo del esfuerzo que te gastaba, en serio odiabas la nieve de invierno y más cuando se estancaba y se hacia una gran montaña en la tierra firme donde a diario caminabas, sujetas firme el recipiente donde llevas el alimento diario de el caballo que cuidas por unas cuantas monedas, y cuando ya lo prevenías, tropestate y la paja callo en el fondo blanco
- Mierda - exclamabas mirando tu pierna atorada en montones de nieve, este lugar debía ser despejado de una vez por todas.
Después de desagradable acontecimiento, prendiste fuego a una chimenea vieja, el sonido de la leña quemándose te relajaba y más si el calor acariciaba tu cuerpo, tus labios eran empapados por tee que ya tenias preparado. Liberas un suspiro y echas tu cabeza hacia atrás, lo mejor del día es cuando terminas tus deberes y te sientas a recibir un cálido abrazo del fuego frente a ti, iluminando tu rostro y plantadole una sonrisa tranquila.
En realidad, nunca te gustó vivir en ese lugar, solo una cabaña alejada del pueblo vecino, pero tenías que conformarte, la muerte de tu madre te había dejado pobre pues ella era la que daba el sustento del hogar, pero desde su fallecimiento la situación económica emporo. Y tu padre, pues...era un alcohólico cualquiera que las había abandonado desde que eras pequeña, ni siquiera sabías si seguía con vida o el alcohol ya había terminado con el, no te importaba mucho
Solo tu madre respondía por ti y eso formó un mal hábito entre tus virtudes, no te gustaba ser independiente y caminar por ti sola, o mas bien, no era que no te gustaba, te daba miedo, el pavor de solo pensarlo te enchinaba la piel
Pero esa debilidad no afectaba tus habilidades en batalla, eras muy hábil con la espada y fuerte con los oponentes, un poco torpe pero paciente y tranquila, eso te permitía concentrarte y sacar lo mejor de ti en cualquier combate, además que tus entrenamientos eran algo duros y exigentes pero los resultados de cada sesión eran realmente buenos.
Te pierdes en tus pensamientos hasta que escuchas relinchos emitidos del caballo que cuidas, te levantas a checar de quien se trataba y antes de salir sujetas tu espada en posición para atacar en caso de algún intento de secuestró o robo, colocas tu máscara, la cual te caracteriza por tu identidad tan secreta. Caminas por la madera, dando pasos lentos y silenciosos
Te escondes entre las pilas de madera fuera de tu hogar y cuando subes la vista, ya no está el corcel, corres rápidamente a buscarlo, alejandote un poco del lugar, miras a lo lejos el animal siendo llevado por un hombre extraño, el enojo se apodera de ti, este tipo te metería en problemas con el dueño del caballo solamente por si egoísmo de robar
Corres hacia el, sacando tu espada y saltando en su dirección con la intención de asesinarle, pero parece ser rápido apartándose rápidamente y haciéndote caer sin éxito, esto te hace enfurecer aún más.
El caballo relincha y corre a cualquier dirección, el movimiento tan inesperado lo a asustado, bien, ahora solo quedan el y tu y puedes mirarlo mejor
Es un hombre delgado con una jingasa que cubre un poco su rostro, sólo dejaba ver el borde de sus peculiares anteojos naranjas, su rostro es pálido y su cuello se cubre de algunas bendas
Parpadeaste y ya había dado algunos pasos atrás, teniendo su espada lista para convate. Sin decir alguna otra palabra, comenzaron a pelear, el esquivaba tus ataques y tu los de el, era hábil, pero sus propios movimientos y los gestos de dolor en su rostro anunciaban cansancio y la existencia de alguna herida grave que tenía por ahí. Dabas algunas vueltas intentado cortar su cabeza, pero el único daño que le hacías eran ligeros cortes en sus piernas, abdomen, espalda y pecho, no llegabas a clavar el filo en el punto exacto,
Por qué te resistes tanto?...
Seguías luchando contra el, era como un callejón sin salida, dos espadachines feroses peleando por un animal, ni uno ni otro daban el final del encuentro, pero sin darte cuenta llevabas un punto a tu favor, la herida ajd tu no había echo, aquello le debilitaba y su fuerza disminuía, diste un salto hacia el y finalmente cortaste en el costado de su abdomen bajo.
El chico callo rendido al suelo, su sangre mancho el fondo blanco con delgadas gotas que se agrandaban más y más, el estando en el piso jadeando por el cansancio y el dolor que le provocaban las lesiones, cerró sus ojos y de repente dejó de emitir un solo sonido
Agitada te quedaste parada en tu lugar solo por un momento
¿Tan fácil moriste?
Pensaste mirando su cuerpo tendido
Inclinaste tu cuerpo, arrodillandote ante él para colocar tus dedos de enmedio e índice en su cuello, lograste sentir su pulso, aún seguía con vida, pero al parecer estaba muy exahusto
Levantaste tu peso a tu posición inicial, seguías mirando su cuerpo cansado y vencido, de pronto tus mejillas se coloraron de un carmesí tenue y te sentiste calurosa, ese samurai era algo...llamativo para ti.
Sin más rodeos tomaste tu espada nuevamente para levantarte completamente y terminar tu sucio trabajo, después de todo no era la primera vez que manchabas tus manos de sangre
Levantas la espada lo más alto posible, apuntando el filo hacia el, cerraste tus ojos, tu conciencia no dejaba clavarle y matarlo, gritaste de la frustración y tus manos empiezan a temblar, finalmente arrojas la espada hacia un lado de ti, jadeando del estrés que te provocabas a ti misma simplemente con una decisión.
Quitaste la máscara de tu rostro y metiste dos de tus dedos dentro de tu cavidad vucal, haciendo un silbido para llamar al caballo, pasaron pocos minutos y el caballo llegó, pensaste seriamente si dejarlo ahí tendido o llevarlo a casa, no ibas a ser tan generosa con una persona...o si?.
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TUTSUII🪶
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Like the atlantic | mizu
RomanceToda persona puede amar, pero si le juzgan monstruo, mataran lo más bello de su ser, la pureza de apreciar.