La familia Ashtton se levantó a las 4 de la mañana para poder asistir al funeral del soldado amateur, la pequeña Jenephie no deseaba asistir, se culpaba de su pronta muerte y su propia familia no ayudaba en nada susurrandole "asesina".
Antes de poder abrir las puertas de la mansión con cada persona sosteniendo una sombrilla negra, un hombre apareció de esta, con su traje de soldado, bigote fuerte por encima de sus labios, ojos vacíos y lentes qué decoraban su cara.
-Soy el secretario general del capitán Dumont - una de sus manos fue directa a su frente estando de pie formalmente, cada persona conocía el buen compañero de guerra qué fue mi padre -.
-¿Que es este descaro? - La tía Serina hermana del mayor de la familia tomo una pustura abrumada, sus ojos llenos de furia miraban al hombre -.
-"Mi prometida no vera la infelicidad mientas yo viva" Fueron sus palabras - el secretario general miro con una sonrisa a Josephie qué se escondió como pudo con su cuerpo -.
-Estoy seguro que el capitán lo tomará como excepción - El mayor de la familia justamente un ex capitán de la guardia Nacional miro con seriedad esperando una respuesta que llevara un "Si mi señor" pero tendría que esperar porque el secretario solo seguía a una persona y ese era su Jefe -.
-Es una orden de mi capitán - las últimas palabras fueron mencionadas como cuchillos incrustando hielo, casi matando las ganas de toda la familia -.
-Dejenos pasar desgraciado - Serina intento pasar por donde el secretario Linus se mantenía muy quieto aun así este dio un paso al frente asustandola y haciendo que retroseda-.
Linus tenía el humor en desgracia, todavía no era capaz de ver a la pequeña chica que hace unos minutos se escondía desde atrás, pero aún así la notaba, su cabellera podía saltar a la vista dentro de las paredes oscuras.
Cuando finalmente sus ojos se encontraron, el pobre secretario con gestos resaltantes le pedía auxilio pero Josephie se asustó más y como una bola de nieve se oculto.
No había otra manera de atacar al enemigo primero, realmente una de las bases ocultas en las normas de los Guardias Nacionales.
-Me encuentro obligado a seguir el protocolo - el secretario no tenía intensiones de volver a la familia loca, pero estaba tan cansado del viaje que su "querido" Jefe lo hizo tomar solo por unas indicaciones insignificantes -.
-Silencio, Josephie seguirá las ordenes de su prometido - finalmente Linus pudo volver a respirar, la habitación se sentía sin oxígeno, pero esperaba las siguientes palabras del mayor -.
-Espero que se retire soldado - un guerrero como Linus identificaba por las expresiones de la voz cuando no era necesario pero aun decidió no seguir a su mayor y camino hasta donde Josephie se intentaba mantener como si no existiera -.
La chica ardía de nervios, sus manos rojas de tanto apretarselas y su respiración se detuvo cuando el secretario se arrodilló para darse un golpe en el pecho.
-Me retiro señorita - se levantó estirando con sus manos el uniforme qué lo castigaba a volver a poner un botón más, le intento dar una sonrisa pero no obtuvo una a cambio -.
Mostrar respeto por la que pronto sería la dueña de la mansión Dumont era esencial.
Pero se volvió al mayor de la mansión con un "Permiso".
Justamente a quienes no les dio reverencia fue a los demás, solo a Josephie había dado decoro.
Serina se quejo en silencio dando sus típicos berrinches "¿Quien se cree que es?"
"¡Como puede hacernos esto!".Linus pudo respirar cuando las puertas de la mansión se cerraron detrás de su espalda, el sol abrazo su cara de agotamiento.
Volvió a mirar atrás para quedarse pensando en lo mal que trataban a la propia hija del comandante.
Si su propio capitán supiera el trato hacia su prometida cada uno de ellos estaría vomitando sangre en el suelo.
"Definitivamente los castiga" trago saliva al pensar en su Jefe enojado y volvió rápido a subirse en su caballo para dirigirse a la base.
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MI ESPOSO EL CAPITÁN
RomanceJenephie Meylin hija de la familia francés conocida como Ashtton en su región. La mujer con ojos grises llenos de soledad y una abundancia de tristeza. La pequeña chica oraba cada mañana para que su prometido no volviera a casa. Los planes cambiar...