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Sunoo pov

En la víspera del festival, me acerque a Jungwon pidiéndole ayuda para mezclarme entre la multitud sin ser reconocido. Jungwon, siempre ingenioso, me ofreció uno de sus atuendos, aunque un tanto revelador para alguien de su posición.
"Aquí tienes, Sunoo. Este atuendo debería pasar desapercibido en el festival, nadie pensaría que eres de la realeza." dijo Jungwon
Algo dubitativo por el atuendo, decidí usarlo para disfrutar del evento sin ser reconocido.
Más tarde, en la panadería, nos reunimos con Sunghoon y Jay para ir juntos al festival.
Sunghoon me miró con una mezcla entre sorpresa y timidez cuando me vio vestido con la extravagante elección de Jungwon. "Te vez bien Sun" Sentí un ligero rubor en mis mejillas al notar su reacción, pero traté de mantener la compostura.
"Gracias, Hoonie", respondí con una sonrisa nerviosa. "Jungwon dijo que este atuendo pasaría desapercibido entre la multitud. ¿Qué te parece?"
Jay, que estaba curiosamente silencioso hasta ese momento, soltó una risa suave mientras examinaba mi atuendo con una mirada crítica.
"Sunoo, definitivamente no te perderán de vista con esto", dijo Jay con una sonrisa burlona. "Pero, de alguna manera, tienes un estilo único."
Sentí un nudo en el estómago al darme cuenta de que quizás no había sido la mejor idea seguir el consejo de Jungwon. Aun así, no podía retroceder. Había decidido disfrutar del festival, y eso incluía seguir adelante con este atuendo peculiar.
"¿Estamos listos para ir al festival?" pregunté, intentando cambiar la atención hacia la emocionante noche que teníamos por delante.
Sunghoon, todavía sonrojado pero tratando de ser discreto al respecto, asintió con entusiasmo. "¡Sí, vamos! No podemos perder ni un minuto más."
Salimos de la panadería hacia las bulliciosas calles del pueblo. La multitud era abrumadora: músicos callejeros, puestos de comida aromática y luces parpadeantes que daban vida a la noche. A pesar de mi atuendo llamativo, logramos mezclarnos entre la gente y disfrutar de la celebración.
Sin embargo, noté algunas miradas curiosas y murmullos a nuestro paso. Era obvio que mi elección de vestimenta había llamado la atención, aunque eso, de alguna manera, hacía que la noche fuera más emocionante.
Mientras caminábamos entre los puestos, Sunghoon se acercó tímidamente y susurró: "Sunoo, no importa lo que lleves puesto, sigues siendo... increíble".
Su elogio hizo que mi corazón latiera más rápido, y sentí un cálido rubor en mis mejillas. Agradecí su amabilidad y continuamos disfrutando del festival, tratando de ignorar las miradas curiosas que seguían llegando hacia mi dirección.
A pesar de sentirme un poco fuera de lugar con este atuendo tan llamativo, la compañía de mis amigos y la atmósfera animada del festival hacían que la noche fuera inolvidable.
Mientras caminábamos entre la multitud, mis ojos captaron un puesto decorado con una gran cantidad de peluches. Entre todos esos adorables compañeros de felpa, un pingüino llamó poderosamente mi atención. Era simplemente encantador, con su pequeña barriga blanca y ojos brillantes. Aunque al principio dudé en tomarlo, mi interés no pasó desapercibido para Sunghoon.
"Sabes que quieres ese pingüino, Sun", dijo con una sonrisa traviesa, notando mi mirada fija en el peluche. "Vamos, déjame comprártelo."
"¿En serio?" pregunté, sintiéndome un poco abrumado por la idea de tener ese adorable pingüino. "No quiero ser una molestia..."
Pero antes de que pudiera terminar mi frase, Sunghoon ya se estaba acercando al dueño del puesto, negociando con una sonrisa encantadora. En poco tiempo, él regresó hacia mí, sosteniendo con delicadeza al pingüino en sus manos extendidas.
"Es tuyo, Sun", dijo Sunghoon con ternura. "No te preocupes por ser una molestia, es un pequeño regalo. Además, ¿cómo podría resistirme a hacerte sonreír?"
Mis mejillas se colorearon al sentirme abrumado por su gesto tan dulce y generoso. Acepté el pingüino con gratitud, abrazándolo con suavidad mientras miraba a Sunghoon con una expresión entre sorpresa y agradecimiento.
"¡Gracias, Hoonie! Esto es increíble, ¿cómo supiste que me encantaría tanto?" expresé, con una emoción genuina en mi voz.
Él solo sonrió, su rubor característico destacando en sus mejillas. "Solo lo supe. Y además, es un pequeño símbolo de esta noche especial en el festival."
El pingüino se convirtió en un adorable compañero mientras continuábamos explorando el festival. Cada vez que lo miraba, recordaba el gesto considerado de Sunghoon, haciendo que la noche fuera aún más especial y llena de alegría.
El crepúsculo pintaba el cielo con una paleta de colores cálidos, reflejándose en los edificios del pintoresco pueblo. La energía del festival aún se palpaba en el aire, a pesar de que la multitud comenzaba a dispersarse y algunos grupos se retiraban.
La noche había sido emocionante y llena de momentos inolvidables. Mientras nos acercábamos al final de nuestra noche juntos, Sunghoon se detuvo y se volvió hacia mí con un gesto amistoso.
"Hey, Sun", comenzó, su tono suave pero lleno de sinceridad, "espero que hayas disfrutado el festival tanto como yo. Ha sido genial pasar esta noche contigo y ver una faceta diferente tuya."
Su sonrisa era contagiosa, y sentí un nudo en la garganta ante su amabilidad. Asentí con gratitud, tratando de encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.
"Ha sido una noche increíble, Hoon", respondí sinceramente, con el corazón lleno de aprecio. "Gracias por todo, por el pingüino, por tu compañía... por hacer que todo fuera especial."
Hubo un breve momento de silencio, donde nuestras miradas se encontraron y pareció haber una complicidad silenciosa entre nosotros. Jay, con su habitual sentido del humor, rompió el instante con un comentario ligero.
"Bueno, chicos, parece que la noche llega a su fin", dijo Jay, intentando disimular una sonrisa. "Deberíamos dirigirnos al castillo antes de que se haga demasiado tarde y tengamos que explicar por qué llevamos tanto tiempo fuera."
Asentimos con risas nerviosas, conscientes de que habíamos extendido un poco nuestro tiempo fuera del castillo.
Mientras caminaba de regreso al castillo, llevando al pingüino entre mis manos, mi corazón estaba lleno de los momentos compartidos esa noche. La energía del festival seguía vibrando en mi mente, así como la gentileza y cercanía que había experimentado con Sunghoon. Era una noche que guardaría en mi memoria para siempre.
Llegamos al majestuoso castillo, el aire fresco de la noche aún zumbaba con la emoción del festival. Jungwon y Jay se despidieron con una sonrisa, dirigiéndose hacia el cuarto de Jungwon para terminar la noche juntos. Quedamos Sunghoon y yo en el recibidor, con la complicidad silenciosa de lo que la noche había significado para ambos.
"Ha sido una noche increíble, Hoon", comenté, sintiendo un cálido hormigueo en mi pecho. "Gracias por hacerla tan especial."
Él asintió, con una sonrisa tímida pero radiante. "Para mí también lo fue, Sun. Ha sido genial pasar este tiempo contigo y compartir estos momentos."
Nos quedamos en el umbral del castillo, en ese delicado momento que precedía a las despedidas. La energía de la noche nos envolvía, el silencio entre nosotros hablaba más que las palabras. Y entonces, nuestros ojos se encontraron en un entendimiento mutuo, una conexión que trascendía las palabras.
Con un gesto instintivo, me acerqué lentamente a él, y Sunghoon respondió a mi avance con una dulzura que desbordaba cariño. Nos abrazamos con ternura, compartiendo en ese abrazo la complicidad y la alegría de una noche llena de emociones.
"Gracias por estar aquí, Hoonie", susurré cerca de su oído, sintiendo su suave respiración contra mi piel. "Ha sido una de las mejores noches que he tenido."
Él respondió con igual ternura, su voz quedando atrapada en el espacio entre nosotros. "No puedo esperar para tener más momentos como este contigo, Sun"
Nos separamos lo suficiente como para mirarnos a los ojos, una sonrisa juguetona asomándose en nuestros labios. Sin decir una palabra más, nos acercamos suavemente y nuestros labios se encontraron en besos tiernos y cariñosos, sellando esa noche llena de magia y emoción.
El eco de esos momentos quedó flotando en el aire cuando finalmente nos separamos, compartiendo una última mirada cargada de afecto antes de tomar rumbos hacia nuestros aposentos. El pingüino que Sunghoon me había regalado se convirtió en un tierno recordatorio de esta noche especial, una noche que guardaría en mi corazón por siempre.

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¡Hola!
Pensaba subirlo más temprano pero mi editora estaba ocupada, espero lo disfruten. ╹◡╹)

Corona y Migajas (SunSun Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora