Eileen veía con la poca vida que le quedaba al príncipe juan alejándose, las gotas de lluvia las sentía en el rostro y el pájaro verde estaba intentando ayudar desesperado a lado suyo.
— Por favor dile a juancaster . . . que lo siento —Solo podía sentir el dolor en su cuerpo, su mente solo tenía la voz de su esposo, las promesas rotas y antes de perder conciencia pudo escuchar pasos apresurados.
Maude vio a Eileen tendida en el suelo con demasiada sangre manchando su ropa, estaba ya balbuceando.
— ¿Eileen que te ha pasado? — se encontraba en el suelo, abrazando a Eileen mientras las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas.
Rápidamente como pudo cargo a la pelirroja y la subió a su caballo, haría lo que podría para salvarla, tenía que darse prisa y buscar a algún médico o chaman.
Con la pelirroja en el caballo y la lluvia en sus hombros cabalgo hasta encontrar ayuda en lo poco que quedaba del pueblo.
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Juancaster estaba angustiado, habían encontrado ese lugar en la mañana y ya estaba anocheciendo, junto a lulú encontraron un pueblo lejano y tener dinero de la carnicería le fue fácil para comprar alguna casa, se encontraba sentado fuera de la casa esperando ver llegar a la pelirroja.
— oye ¿no deberías comer algo Juanito? — Lulú estaba demasiado triste y agotada, pero sabía que Juancaster la estaba pasando peor al no saber de su esposa y creyó que debía ser de apoyo solamente, hizo que el castaño entrara a la casa.
— Lulú, Eileen no ha regresado, debería ir a buscarla — el chico estaba muy nervioso, confiaba en su mujer pero no confiaba nada en el asqueroso príncipe.
— Sabes que lo mejor es esperar ¿acaso quieres que ella se enoje? — Lulú le daba un vaso de agua que el chico tomó, estaban los dos cansados y mientras llego la noche Lulú quedó rendida para que al poco tiempo Juancaster igual cayera dormido.
Al llegar el amanecer, Juancaster despertó en el suelo con Lulu acostada en la cama. Sentía un vacío en el pecho, sabía que algo había pasado con la mujer que amaba, salió de la choza y preparo algunas armas que tenía y su caballo, había escrito una carta a Lulú donde le decía que regresaría pronto y que por mientras cuidara de la casa pero que se seguiría contactando con ella mediante palomas, el tenía que ir a buscar a Eileen y regresaría con ella.
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— ¿Entonces sigue respirando? — Maude estaba ansiosa, su amiga estaba viva pero no despertaba aún, habían pasado algunas horas y había conseguido un hechicero y un medico del pueblo que alcanzo a llegar.
— sí, sigue respirando pero dudo que pronto pueda despertar, perdió demasiada sangre y es complicado —
se había tenido que ir a un pueblo alejado de ahí, su pueblo se había convertido en un desastre todos escaparon y ella igual lo hizo con su amiga, había contactado al hechicero y este solo le pudo ayudar con una pócima para mantenerla respirando 48 hrs y en ese transcurso pudo cabalgar hasta encontrar un pueblo donde hubiera médico y ahora se encontraba viendo a la pelirroja acostada en aquella cama de la choza que puedo encontrar, se dedico a limpiar un poco a Eileen, le cambio la ropa y solo rezaba por verla despierta.
Juancaster solo encontró un desastre en ese lugar, estaba algo cansado, en el camino le enviaba palomas a lulú y le ponía tranquilo que ella no había caído en locura, solo veía mucho por recorrer suponía que tal vez había escapado del lado contrario al suyo ya que no la vio en el camino, por suerte pudo ver una cara conocida.
— ¡FRAILE! — juancaster bajo de su caballo y se acercó en una pequeña cabaña donde se le podía ver al fraile comiendo fuera de la casa
—JUANCASTER— el fraile dejó su comida y fue hacia juan para abrazarle
