Primer camino: Morgan y Sally.

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La luna se cernía en lo alto del cielo nocturno, iluminando débilmente las calles desiertas de la ciudad. Un silencio pesado colgaba en el aire, roto solo por el distante murmullo de los no muertos que deambulaban entre los edificios. Un apocalipsis zombie había caído sobre la tierra, transformando la rutina diaria, en un escenario de pesadilla.

En el modesto hogar de Morgan, un bombero de corazón valiente y dedicado, reinaba la incertidumbre. Las persianas estaban cerradas, y una tenue luz titilaba en la sala de estar. Morgan, con su uniforme aún manchado de ceniza y la mirada preocupada, su mano izquierda estaba inquieta en su barbilla sin rasurar,  su mano derecha, jugaba con el cabello oscuro de su esposa, Sally, que reposaba su cabeza en las piernas de su esposo, ella intentaba tranquilizarse, pero no podía cerrar los ojos, sus enormes ojos maple, ambos estaban en el sofá, mirando una televisión sin sonido, como si las imágenes mudas del caos afuera pudieran invadir su hogar en cualquier momento. La respiración de Sally era lenta y profunda, buscando calma en medio de la tormenta. Morgan acariciaba su cabello con ternura, tratando de transmitir fuerza con ese gesto sencillo. 

M-Vamos a salir de esta, mi amor, lo prometo- dijo Morgan mirando hacia el frente

S-Lo hago, pero estamos rodeados Morgan!-susurro Sally con un tono alertado

M-He salido de peores, Confía en mi

S-Solo no intentes hacerte el héroe, si?

M-me conoces tan bien- dijo mirándola con una sonrisa leve.  

La conversación se vio interrumpida por un estruendo afuera de la casa, Morgan con determinación, aunque una sombra de duda cruza su rostro Sally miró hacia él, sus ojos reflejando una mezcla de miedo y confianza.

S-Qué sucede?

Morgan apretó sus labios buscando palabras que pudieran tranquilizar a su esposa...fallando míseramente

Otro estruendo aún más fuerte resonó del otro lado de la puerta, haciendo que ambos se estremecieran. Morgan se levantó rápidamente, dirigiendo una mirada firme a Sally y llevando un dedo a sus labios, señalando que hiciera silencio.

Con cuidado, Morgan se acercó a la ventana, espiando a través de las rendijas de las persianas. Vio sombras erráticas moviéndose en la oscuridad y su mandíbula se apretó con determinación. A pesar del caos, un destello de coraje iluminó sus ojos. era hora de luchar por la supervivencia, no solo por él mismo, sino por el amor de su vida.

M-Sally, toma tu mochila- Susurro Morgan

la puerta chirrió cuando Morgan abrió con precaución, sumergiéndose en la oscuridad amenazante del exterior, prefirió no encender la linterna que tomó de su bolsillo, no hacía falta, la ciudad estaba en llamas, pero en ese momento, la única llama importante para él era la esperanza que ardía en su pecho mientras avanzaba hacia lo desconocido.

El estruendo de la casa aumentó en intensidad, y Morgan apretó fuertemente la linterna que sostenía en una mano. Los gemidos guturales se mezclaban con golpes sordos contra la puerta, mientras la realidad se filtraba en la sala de estar.

Sally ,con sus ojos llenos de miedo corrió hacia la habitación para recoger una mochila con suministros esenciales que había dejado dentro del closet.

Sin perder tiempo, Morgan se apresuró a cerrar la puerta tras de ellos, pero un alarido agudo le hizo estremecerse. se giró rápidamente para encontrarse con el rostro contorsionado de lo que alguna vez fue su vecino entrando por la ventana, clavando cristales rotos en su cuerpo. ahora, el hombre estaba irreconocible, transformado en uno de esos horrores hambrientos.

Instintivamente, Morgan empujó al intruso hacia atrás, dando a Sally el tiempo suficiente para salir por la puerta trasera con un último vistazo a su antiguo vecino convertido en un... monstruo, Morgan se precipitó hacia la calle oscura, cerrando la puerta tras de él.

los dos corrían por las calles desiertas, el sonido de sus propios pasos resonando en el aire. los aullidos y gruñidos de los no muertos se desvanecen a medida que se alejaban de su hogar. finalmente, alcanzaron una escuela cercana, cuyas puertas estaban cerradas pero no aseguradas. con cuidado, entraron, asegurándose de no hacer ruido. en el interior, las luces parpadeaban débilmente, revelando pasillos desiertos y aulas vacías. 

S-Vamos a buscar suministros- sugirió Sally en un susurro tenso

M-No te alejes mucho ,cielo, no soy fan de este lugar- Morgan decía mientras miraba las aulas abandonadas a su alrededor

S-Pues yo si, este fue el lugar donde nos conocimos por primera vez

M-¡Claro que no! - exclamó Morgan un poco más alto, el único sonido que resonó en el pasillo

S-SHHH

M- Lo siento amor- susurro Morgan, entrando a un aula oscura

M-solo decía que nos conocimos en la Playa, en el cumpleaños de mi hermana.

S-Nuh uh, nos conocimos el primer semestre, me senté delante de ti durante todo el año.

M-Y dale con eso, porque no lo recordaría?- Morgan se reía levemente  mientras revisaba el escritorio de la profesora, encontrando una llave con un colgante que decía "bodega".

Morgan hizo una seña a Sally ,llamando su atención, ella lo entendió de inmediato.

Ambos salieron del aula sosteniendo sus armas improvisadas y sus linternas con precaución, recorrieron las aulas encontrando revistas y libretas, al final del pasillo encontraron una puerta, esa puerta en particular tenía una marca de sangre, como una palma que se extendía hacia abajo, como si hubiera sido arrastrada, con la palabra bodega impresa, donde hallaron un par de botiquines de primeros auxilios básicos, latas de alimentos no perecederos y botellas de agua.

Sally encontró en una caja un mapa de la ciudad.

S-Esto nos ayudará a mantenernos ubicados- suspiro Sally.

Morgan asintió guardando los suministros en la mochila de su esposa. 

S-Tenemos que ser cuidadosos y organizados. No sabemos cuánto tiempo estaremos aquí-dijo Sally.

Mientras exploraban el resto de la escuela en busca de un lugar seguro para descansar, el sonido distante de los pasos de los caminantes recordaba a Morgan y a Sally que incluso en este refugio temporal, el peligro acechaba en cada esquina. Con la mochila llena de recursos y la determinación de sobrevivir, se aferraron a la esperanza de encontrar un nuevo amanecer en medio de este nuevo infierno.

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