CAPITULO DOS

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Lana me había dicho que su jefe quería hablar conmigo a las ocho de la mañana, así que debía despertarme temprano para la entrevista de trabajo. Aunque, claro, soy una persona dormilona y despertarme antes de las ocho de la mañana era un delito para mí, así que coloque una alarma y le pedí a Lana que me despertara cuando se fuera.

Ese día desperté completamente desubicada, eran las siete y cuarenta y las oficinas de periodismo quedaban a diez minutos caminando.

Me levante como si mi cuerpo fuera un resorte y corrí al baño, me coloque una falda negra, una camisa blanca y unos tennis blancos con negro, recogi mi cabello en una coleta alta, corri hacia la cocina, tome cafe que Lana habia dejado preparando y me lave los dientes mientras en una pequeña cartera guardaba mi celular.

Salí del departamento con la bendición de que las llaves estaban en mi cartera y que había cerrado bien la puerta.

Corrí por Valencia como una loca hasta que llegué al edificio de periodismo dos minutos antes, esa puntualidad no la tiene ni la profesora de matemáticas cuando hay una prueba los lunes a la primera hora.

Entre al baño y me limpie un poco el sudor de la cara y me senté en la sala de espera del jefe de Lana que según decía un letrero en la puerta, se llamaba “Alexander Gale” pero uno nunca sabe si eso es verdad o mentira.

Me llamaron a las ocho y cinco con treinta segundos, si, así de exacta por que me lo dijo un reloj de pared que había en la recepción.

Entre a la oficina encontrandome con un hombre de cabello negro y ojos verdes detras de un escritorio, me miraba como si quisiera asesinarme en ese instante, si su hija me miraba igual, no agunataria un dia más.

Muy bien Iryna, activa el modo serio por que debemos conseguir este trabajo a como dé lugar.

Inhale y exhale de manera exagerada y me senté frente a él.

Siendo sincera no se como iniciar una entrevista de trabajo, trabajaba en cosas simples y aunque esto también era simple no se miraba así.

En su escritorio estaba mi curriculum, Alexander lo miró unos segundos hasta que por fin habló.

-Iryna Card, mi nombre es Alexander Gale y su compañera de piso, Lana Paz me informó que usted quería trabajar para mi como niñera de mi hija Abryl Gale.

Al escuchar su manera de hablar entré en pánico.

¿Cómo se suponía que contestara? ¿Hablaba como habló normalmente? ¿A como hablo normalmente le añado un poco de formalidad? ¿Habló como él? ¿No contestó porque LITERALMENTE no me hizo ninguna pregunta?

A ver Iryna, respira hondo y habla con normalidad. Tú puedes.

-Sí, estoy buscando el trabajo como niñera de su hija, me gradué en repostería y gastronomía y mi último trabajo estable fue en una guardería así que conozco muy bien lo que una niña de tres a siete años debe comer normalmente para tener una dieta saludable y balanceada que le guste.

Me miró por unos segundos, no sé si analizando, repasando mis palabras o juzgando.

¿Hable mucho? ¿Hable poco? ¿No hable formalmente? ¿No era la respuesta que esperaba?

-Si, eso justamente es lo que está en el curriculum.- ¡Si ya se, pero no supe qué contestar!- En realidad quiero ver la relación que tiene con los niños pero por como se está comportando en esta pequeña charla se la ve muy formal además de que fue demasiado puntual ¿Qué le parece si mañana hace una prueba con mi hija?

¡¿Pequeña charla?! ¡Me estoy muriendo por dentro!

Asentí una sola vez.

-Digame a que hora y donde.

Me escribió en un papel su número de teléfono, la dirección de su casa y la hora exacta en la que debería estar en ese lugar.

Después agarró otro papel y escribió un número de ¿Reglas?

-Su compañera Lana me dijo que se le era difícil para usted memorizar las cosas, así que se lo anoto aquí, mientras no se le pierda esta perfectamente. Aun así, le daré la misma información a su compañera para evitar inconvenientes.

Claro, la misma compañera que se olvidó de despertarme y por culpa de ella casi llego tarde.

-Muchas gracias, Señor Gale.

Me levanté, nos dimos un apretón de manos y pude volver al departamento con total tranquilidad.

Cuando llegué a la puerta me dí cuenta de que no tenía las llaves y la verdad, mis pies no soportaban volver a la empresa y después volver al departamento de nuevo.

Saqué mi celular y cuando iba a llamar el celular, este se apagó.

¡Lo que me faltaba! No lo puse a cargar en la noche.

Día asqueroso, de verdad.

Me senté en el suelo, apoyando mi espalda en la puerta de mi departamento y me dispuse a esperar a Lana.

Mi computador lleno de series y mi hermosa cocina con todos los materiales que necesitaba para ser feliz se encontraban tan cerca y tan lejos a la vez.

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Holaaa pequeños.

Recuerden que los quiero mucho ❤️

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Esto ha sido todo por hoy, yo soy Jankyng y nos vemos el miércoles 🐇🥕

Como si fuera la última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora