Parte 7- No hay prisa

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Recordad dejar ✨🌟

NARRA ALEX

Después de la inoportuna visita de mi padre empeoré. Tuve dos días complicados de absoluto reposo por los dichosos puntos del parto. Al estar tanto tiempo en pie y con la tensión del momento, los médicos supusieron que alguno de los puntos internos del derrame se debió de soltar. Tampoco era plan volver a abrirme o retirar los puntos externos del parto para acceder a los internos, por lo que la mejor solución fue "reposo absoluto" y con absoluto era no hacer nada de nada, ni coger a mi hijo en brazos.

Llevé fatal la separación, pero Pedro la llevó incluso peor que yo. Se puso en una huelga de hambre de la que nadie conseguía sacarlo. Al final solo aceptó que su padre le diera de comer si yo estaba a su lado acariciándolo, lo que tampoco me permitía descansar porque las tomas se habían vuelto muy seguidas y la idea era que aumentara de peso. Aunque en lo más profundo de mi, tampoco quería descansar. Estaba inquieta por lo que pasó con mi padre. Siempre pensé que Pedri acabaría enterándose de su identidad, pero no de esta forma.

Ni Pedri ni Fer me quisieron contar lo que pasó con mi padre y Vincent cuando perdí la consciencia, como consiguieron echarlos de mi cuarto.Pero a juzgar por la cara que llevaban ambos cuando desperté no debió de ser de la mejor forma. Mi padre amenazó a Pedri frente a mi, y por una vez no sabía cómo solucionarlo.

Fue una semana complicada, pero hoy por fin volvía a casa y no podía tener más ganas de hacerlo la verdad. Aun con mis quejas, Pedri se saltó el entreno para ser el mismo el que nos llevará a Pedro y a mi porque le hacia mucha ilusión.

Estábamos frente al coche,, con Pedro en brazos y viendo como Pedri se peleaba con la sillita del coche.

-Esto no tiene sentido joder- se quejó frustrado al ser incapaz de soltar los cinturones, pero es que no lo estaba haciendo bien.

-Amor.. ¿cambiamos?- le pasé a Pedro y con facilidad logré desabrochar los cinturones de una sin ejercer presión o fuerza.

-No se como lo has hecho- sonrió dejando a Pedro con cuidado en la sillita mientras yo no podía evitar sonreír al ver como se encargaba de su hijo con tanto cariño¿Qué pasa?-alzó un ceja cuando me pilló mirándolo tan fijamente.

-Nada, verte en modo papa me hace mucha gracia- dejé un beso en su mejilla y me senté en el coche.

Sabía que Rosi y Fernando habían preparado alguna sorpresa en casa. Porque me extrañó mucho que no se ofrecieran a ayudarnos a Pepi y a mi cuando dejáramos el hospital y con el alta. Y efectivamente, nada más abrir la puerta de casa me encontré con todo el salón de casa lleno de globos, y una pancarta enorme que decía "BIENVENIDA". Además de un osito de peluche enorme con una camiseta del barça puesta con el nombre de PEDRO y el número 8.

Me emocioné mucho, para que mentir. Fue un detalle precioso, pero lo mejor era que mi familia me lo había preparado, y yo nunca había tenido una familia así.

Fernando y Rosi me abrazaron super fuerte, y luego la última se fue directa a coger a su nieto en brazos, mientras yo me subía arriba a darme una ducha.

En momentos así adoraba tenerlos en casa y que ellos pudieran encargarse de Pedro, porque con el camino del hospital a casa ya me había fatigado.

Entré en nuestro cuarto y sonreí inconscientemente. Parecía que había pasado una eternidad desde esa última noche con molestias de parto.  Empecé a desvestirme lentamente cuando noté a Pedri observarme desde la puerta.

-En otra circunstancia te habría preguntado si te gustaba lo que ves.. pero ahora.. uf- suspiré mirándome la barriga de Postparto. Ya no estaba igual de hinchada que antes, pero seguía teniendo el abdomen un poco abultado, y mis pechos igual de grandes. Sabía que tomaría algo de tiempo volver a la normalidad, pero me desesperaba.

Pequeña Casualidad || PEDRI|| Part III. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora