Seungmin ha sometido su dignidad a su absoluta pérdida, más de una vez. Eso queda claro.
Pero mira que después de un acalorado primer encuentro y unas cuantas amenazas contra la integridad física, que se apareciera el lunes muy puntual en las puertas del asilo, ya era el epítome de lo sinvergüenza que era.
Tampoco es que quisiera estar ahí, no después de saber con quién tendría que convivir por tres meses. De ser posible un cambio de paciente, él lo agradecería con el alma, aunque a esas alturas lo que necesitaba más bien era un baño de cariaquito morao', a ver si esa mala suerte se le iba. Pero bueno, solo le quedó suspirar profundo y pedirle al de arriba, que por lo que más quiera, nadie resulte herido para finales de su servicio y pueda largarse con ese título de esa universidad infernal.
Y de todos modos, tan solo había sido un malentendido, el tal Christopher parecía ser... ¿dulce? Bueno, quizás estaba teniendo un exceso de positivismo. Según lo que le contó Jeongin, estaba en ese lugar porque se había quedado sin familia que lo pudiera cuidar, a parte, al parecer sufría de pérdidas de memoria de vez en cuando y por ese motivo, lanzaba cholazos con sus petroleras, era un senil y amargado de pies a cabeza.
Siendo realista, lo mucho que podía alcanzar, es una disculpa y la propuesta de avanzar con calma, para posible desgracia de ambos, serían el rostro que más seguido verían y lo tenían que hacer ameno. Seungmin se mentalizó de ello, nada tendría porque salir mal, además, en ambientes como esos, lo que más tenía que rondar era la paz y la tranquilidad.
¿Cierto?
—¡Ven acá, viejo mañoso, ponte los malditos pantalones!
—¡Primero muerto, imbécil!
—¡Pues no es como si te faltara mucho!
Seungmin llevaba diez minutos seguidos en la misma vaina. Todo empezó cuando el primer día, iba a entrar al cuarto del hombre aquel, a pedirle las respectivas disculpas y negociar una tregua, tregua que se vio olvidada en cuanto leyó un cartel en la puerta de su cuarto que decía "No entrar. Y si eres el mocoso ese, con más razón tienes prohibido tienes entrar". Cosa a la que no le hizo caso, igual entró. Y tanta fue la molestia del otro, que Seungmin terminó viendo pajaritos en el aire con el cholazo que le zamparon en el güiro.
No entendía porque aquel tipo no lo dejaba pasar a su cuarto, la última vez según le contó una de las ancianas de allí, metió a un par de cariñosas a escondidas. Sabrá Dios que otros misterios guarda como para no dejar entrar a nadie. Esa mañana en específico, Seungmin iba con tantas cosas en la mente, que de automático abrió la puerta. Chris estaba hecho una bolita en las sábanas de su cama y le mentó la madre al revés y al derecho por entrar sin tocar.
Y ahora, producto de su rabia, era la pataleta que estaba haciendo, corriendo por los pasillos, con un paño largo que de vaina no lo arrastraba, mientras Seungmin lo perseguía con unos pantalones en las manos, con el pánico de que le metiera el pie al paño y la matada fuera pero bella.
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¿𝐕𝐈𝐄𝐉𝐎 𝐘𝐎? ;; 𝖼𝗁𝖺𝗇𝗆𝗂𝗇.
FanficSeungmin definitivamente era la perfecta descripción gráfica de la frase: "Salado para el amor, dulce para los zancudos". Desde que tiene consciencia, suceso tras suceso no ha demarcado más que una suerte absurda y pésima para cosas del amor. Sin...