CALL OF DUTY | one-shots

╰┈➤ 2 ✦ KRUEGER • 𝘐𝘯𝘧𝘰𝘳𝘮𝘦: 𝘈𝘮𝘰𝘳

El vapor sabor cereza rodeaba la camioneta negra en la salida de la sede militar a la que habías sido enviada. Tu pie estaba apoyado en el guardabarro plateado de la Mercedes, y tu brazo descansaba en el capó, mientras que tu mano sostenía tu vape, golpeandolo con sutileza y una gran aura atractiva. Era común verte allí, una fiel trabajadora de Nikolai no iba a estar limpiando baños o haciendo unas cien lagartijas en el suelo sudado del gimnasio que poco a poco se desmoronaba y se llenaba de humedad.

Aún así, se te asignaban tareas un poco más desagradables, como lo era tratar con los perros rescatados de tu jefe, con los que ni él pensaba hacerlo íntimamente hasta que no estuvieran "domesticados", como así solías llamarles.
Hoy era algo parecido, se te había encargado un hombre problemático y aislado, con quién ya habías interactuado antes. Había sido reclutado hace varios años atrás con un historial cuestionable que habías leído al menos unas diez veces, cinco de ellas el día de hoy. Quizás Nikolai lo tenía escondido para molestarte en cuanto estuvieran cercanas tus vacaciones, o quizás realmente necesitaba de su mano derecha con pocos años en el ejército y una carrera de psicología especializada en casos militares.

Un hombre de piel un poco bronceada, físico trabajado y una estúpida tela negra rodeando su cabeza y cara en excepción de sus ojos salió caminando de las puertas dobles enrejadas que daban ingreso a la sede oculta de Chimera. Diste una calada a tu vaporizador y una nube de delicioso olor rodeo tu rostro con rapidez. Ese parecía ser tu objetivo de hoy para algunas charlas motivacionales y una revisión de conducta común.

"—TN, es tu trabajo como profesional acercarte a ellos. No van a morderte... espero, pero sabes que en el fondo te necesitan ¿no?." Había dicho Nikolai esta mañana por llamada telefónica, en un último intento de convencerte por cuarta vez en la semana.

Dejaste escapar un suspiro en cuanto el tipo se desvió hacia un poste de luz cercano, se apoyó y encendió un cigarro que sacó de uno de los bolsillos de su pantalón cargo. Levantaste una ceja cuando lo acercó lentamente hacia su rostro, sujetando con dos dedos de la mano contraria la tela que cubría desde su nariz hasta su cuello, pero en cuanto creíste que la bajaría, sus ojos se clavaron fríamente en los tuyos. Eran oscuros. Tétricos a pesar de estar a una distancia considerable.

Tomaste aquella mirada arrogante como una amigable invitación para acercarte a él. Aún seguías tomando caladas del vaporizador y dejando un camino de un denso vapor detrás y delante de tí. Incluso él pudo sentir el aroma frutal cuando estuviste a su lado.

—Esas mierdas me asfixian —dijo él. Su voz era fuerte y grave, parecía que tampoco quería pasar un rato contigo el día de hoy—. Prefiero el tabaco.

—Entonces fuma tu tonto cigarro —hablaste. El hombre levantó una ceja y soltó una pequeña carcajada sarcástica antes de arrojar el cigarro encendido hacia tus pies. Lograste esquivarlo con rapidez y él lo apretujó con sus botas unos segundos después para apagarlo—. Intenta hacer eso cuando no lleve mis zapatos nuevos ¿quieres?

—Lo anotaré. Así que nos volvemos a ver.

—Has mejorado bastante desde la última vez ¿no? Es mi trabajo —respondiste y suspiraste. Diste una calada final antes de guardar el vaporizador en tu bolsillo y sacar del mismo las llaves de la camioneta—. ¿Nos vamos o seguirás lloriqueando por las decisiones de nuestro jefe?

No dejaste que contestara, porque sabías que no lo haría. No tenía mas remedio que seguirte fielmente como si de un perrito se tratara, después de todo, estaba endeudado con su jefe y temía lo que pudiese pasar si la agencia ya no cubría su pasado caótico. Caminaste directamente al vehículo y las pisadas pesadas del militar avanzaron contigo, una vez llegasta a la puerta del conductor volteaste y con la rapidez de un rayo chocaste contra carrocería.