Pasaron los días, aquel espíritu solo aparecía algunos, ya no siempre, lo cual hacía que Pelusa se sintiera más sola, y eso era aprovechado por sus pensamientos intrusivos para hacerla caer.Israel fingía que nunca había sucedido nada, mantenía su seriedad.
Estrella curaba su dolor con las alegrías de la vida.
Y.... Adeline otra vez en su hogar...
—Hola Ade!! — dijo Emma emocionada después de que su amiga respondiera la llamada
—Uhm hola, Emma— la ligera sonrisa que apareció en su rostro hizo más cálido su tono de voz a través del teléfono
—Como estás? No nos vimos mucho en la casa de mi hermano
—Bien, me dijeron que estabas muy ocupada con tu nuevo trabajo
—Jah si! he estado bastante ocupada, pero me va bien, es un sueldo bueno
—Me alegro, ¿y tú? cómo estás además de trabajando mucho?
—Bien! de hecho... quería decirte algo
—Ajá, dime
—Pensábamos volver a Chile yo y Samuel, estar unos meses... Y volver
Ante eso, un silencio se hizo presente unos segundos, y después la de cabello lila aceptó, acordaron cuando ir, y conversaron de otras cosas también, riendo bastante.
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Un día a finales del año, hacía calor aquella noche, Pelusa junto a su mejor amiga, Katy e Israel, habían salido a pasear por las calles del municipio, bajo las luces alegres que decoraban los edificios, los últimos dos mencionados ya tenían más confianza con la felina menor y los 4 reían
Se habían vuelto amigos, y todo marchaba bien...
Pero aquella figura se cruzó otra vez.
Esta vez más esbelta, aunque ya tenía buen cuerpo, su cabello arreglado aun del mismo color lila y con ropa de colores oscuros, pero más fresca por el calor.
Caminaba con los hermanos de ojos ámbar, usaba unas botas con tacones, y sin reconocer a Pelusa, la cual, al contrario, no conoció la ignorancia cuando vio aquel rostro familiar pasar a su lado
¡Ouch!... ¡Eso sí que dolió! Fue como una puñalada al dolido corazón de Pelusa... Algo más allá del dolor tan estremecedor y horripilante de un hueso roto o un fugaz disparo a la frente, incluso la caída desde un puente.
Solo tomó y se apegó más al brazo de Estrella, bajó la mirada, aterrorizada, mientras volvía a sentir el terror y el abandono que había sentido en algún momento meses atrás.
—Pasa algo Pelusita? — preguntó Estrella, confundida por el comportamiento de la menor
—Estrella.... Es ella... Es Adeline— respondió algo temblorosa.
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.Al volver a casa, ella como todas las noches enredada en la nocturna monotonía, se sentó en su cama, se sacó los zapatos agotada y se puso ropa más cómoda
Pero esta vez fue distinto... después de tirarse en su cama y al pasar unas horas caer dormida después de sobre pensar... Comenzó a soñar.
Algo se apoderaba de ella en ese sueño
—Pelusa... ¿No te gustaría vengarte...? — una voz masculina, seria, habló
Pelusa no podía ver quién era, estaba inmovilizada al control del dueño de aquella voz, pero pronto todo en su vista se tornó rojo...
Un rojo agresivo, mientras que en las manos de la chica había una escopeta, cargada, sin seguro...
Y frente estaba Adeline.
Con la misma sonrisa de ese día, desinteresada de lo que le pudiera suceder a Pelusa, que había jurado serle fiel a su dueña la vida entera.
—No le importas... Mira como sonríe...
Dispara. — ordenó esa voz fríamente y los brazos de la felina comenzaron a apuntar a la cabeza de la mujer— así es, ahora dispara.
¡¡¡Vamos!!! Hazlo!!! ¡¡Dispara!! ¡¡DISPARA PELUSA!! DISPARA AHORA, LO MERECE, QUERÍA VERTE MORIR
Pelusa sin poder tomar alguna decisión propia, terminó por disparar el gatillo del arma
Y todo acabó
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.Meses pasaron de aquel sueño, estuvo al menos dos semanas soñando lo mismo, solo que el sueño duraba más... Y el último día que Pelusa volvió a tomar esa escopeta... disparó 5 veces, logró ver por unos segundos como la cara de Adeline explotaba en mil pedazos. Su cabeza destrozada fue lo que los ojos de la felina vieron antes de que despertara.
Al mismo tiempo, comenzaban a entrenar para poner en marcha el plan de volver a EE. UU a recuperar los 67 restos de esos gatos, todos colaboraban, estudiaban, organizaban y planeaban. Entre los líderes acordaban las distribuciones, contactos, etc.
Nuestra felina de ojos verdes deseaba vengarse de aquella mujer que le causó tanto daño, pero primero era su especie y las familias que lloraron semanas por sus desaparecidos, y cuando le tocó practicar el disparo con escopeta....
Volvió a revivir esa escena
Volvió a imaginar a Adeline al frente, sonriendo
Todo se nubló, el miedo y la violencia eran dos animales en su cabeza que peleaban salvajemente en esos segundos que Pelusa miraba fijamente el muñeco al que tenía que disparar y preparaba el arma.
La violencia, victoriosa cuando el delicioso sonido del arma recargándose sonó e inundó los agudos oídos de la felina, se apoderó de ella.
Apuntó...
Y disparó en la cabeza y el corazón limpiamente, con rapidez. Dos tiros certeros. Con frialdad volvió a bajar la escopeta y respiró tranquila viendo como el muñeco de práctica tenía dos huecos por las balas por los cuales se podía ver la pared de atrás.
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.Cuando ya estaban preparados, Katy junto a las demás encargadas de comunicación de las 12 bases comenzaron a llamar a los contactos, felinos que estaban en los aeropuertos en los distintos controles que tenían que pasar.
Acordaron fecha y hora, empezó el equipaje.
"Haremos que los libros de historia se tengan que reescribir"
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𝙱𝚊𝚓𝚘 𝚕𝚊𝚜 𝚝𝚛𝚊𝚐𝚎𝚍𝚒𝚊𝚜
Aktuelle LiteraturPelusa, felina de ojos verdosos y pelaje carey entre el blanco y castaño oscuro junto a algo de amarillo. Con una vida que muchos gatos envidiarían, una dueña ejemplar y una ciudad estable. Aunque... La vida ha golpeado duro su puerta, y de un día p...