Capítulo 20 | Doble cara

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𝑴𝒂𝒅𝒅𝒐𝒙

Por supuesto que no me llamó. Ni una sola vez.

Y ni siquiera sabía que era lo que más me molestaba de la situación: que él no se hubiera puesto en contacto conmigo o que a mi me importara tanto. Después de todo, ni siquiera habíamos follado. Simplemente me regaló unos muy buenos orgasmos —los primeros de mi vida a decir verdad—, pero ni siquiera pusimos en palabras nada de lo que había sucedido. Por mucho que yo quisiera hacerlo, me acorbardé como una tonta y preferí sacar el máximo provecho de los minutos que compartimos juntos.

Cuando dejé su piso seis días atrás fui a casa de mi mejor amiga para contarle con lujo de detalles todo lo que había sucedido y fue tal su decepción cuando no me contactó los días siguientes que hasta incluso insistió en que yo debía llamarlo. Para que Penny Ann Hill te aconsejara algo así quiere decir que la situación es rara, porque a pesar de que era una chica directa e impulsiva, muy intimidante para los hombres a veces, jamás, por ninguna razón, perdería su orgullo para ser la primera en enviar un mensaje.

Lo mío no se trataba de orgullo, sino de miedo. Era muy simple, si no me había escrito en estos días era porque simplemente no tenía interés alguno en mí.

Y debería aceptarlo así sin más pero el problema aparecía cuando recordaba cómo me había tratado en su piso, la forma en que me besó, como cada caricia era controlada y delicada, las cosas que me dijo, el que no pudo dejar de pensar en mí... Cada vez que esos recuerdos se arremolinaban por mi mente me era imposible aceptar que no estaba interesado, porque o bien era muy buen mentiroso o de verdad le fascinaba jugar conmigo.

Cualquiera de las dos opciones no era linda, por eso me resistía a escribirle.

El hecho de que tampoco haya asistido en toda la semana a la universidad era extraño también y lo dificulta todo, ya que no podía toparme con él de casualidad. Por un momento pensé que quizás con la nueva misión estaría muy ocupado, sabía sería en un lugar nuevo, ya que debía viajar con mi padre a su próxima reunión en Nueva York, y por tanto, podrían presentarse dificultades. Las reuniones serían más que de costumbre, estaba claro. Pero a la vez estaba lo bastante segura que no se debía a eso su ausencia, y a menos que algo grave le haya ocurrido, lo cual también me habría enterado, su cero contacto hacia mi se debía simplemente a desinterés.

Ya no me iba a quedar esperando para seguir jugando al gato y al ratón así que era viernes y decidí aceptar la invitación de Penny.

—¿De verdad? —la expresión de mi mejor amiga fue invadida por una sonrisa radiante al salir de la universidad, era la primera vez que no debía insistir para que le diera el visto bueno a ir de fiesta juntas así que entendía su sorpresa— ¿De verdad estás diciendo que si?

Puse los ojos en blanco aunque claramente estaba divertida por su reacción.

—De verdad estoy diciendo que sí —comenzó a dar saltitos de un lado al otro—. Pero dime donde será, necesito saber para decirle a Levi.

—¿Por qué es tan importante que sepa la dirección exacta?

Formé una mueca con mis labios, en realidad se trataba de ciertos límites que no podía cruzar. La mafia Draghi era muy amplia y controlaba la mayor parte de Chicago, aún así había calles y barrios que estaban fuera del control de mi padre por lo que tenía estrictamente prohibido ir allí.

—Ya sabes, padre sobreprotector y eso —mentí.

Penny asintió mientras encogía los hombros.

—Ahora no recuerdo la dirección, pero te enviaré los detalles más tarde —se dio la vuelta para verme sin dejar de caminar, ahora de espaldas, en dirección a la salida—. ¿Entonces te veo en la noche? Ven a casa y nos alistamos juntas —me regaló una sonrisa de angelito.

Traición y Sangre ✔ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora