Capítulo 22 | Nueva York. Parte I

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𝑴𝒂𝒅𝒅𝒐𝒙

Cuando desperté, lo primero con lo que mis ojos se encontraron fue con un Matthews con expresión extraña.

Me incorporé con rapidez sobre mi cama y lo miré con ambos ojos demasiado abiertos. Lo raro de todo era que él jamás entraba en mi habitación, mucho menos cuando yo dormía.

—¿Estás bien?

Su voz era... dulce. Suave, baja, grave pero no autoritaria como solía serlo.

Parpadee.

Quizás estaba soñando.

Aunque no era el Hardaway adecuado para protagonizar uno de mis sueños.

—¿Tú...? —me aclaré la garganta— ¿Qué haces aquí?

—Levi tuvo que salir —respondió con suavidad, sin dejar de inspeccionar mi rostro con sus ojos, fui consciente de que llevaba solo una camiseta de tirantes para dormir color negra y en un intento de pasar desapercibida me removí bajo mis sábanas para cubrirme más—. Ya sabes, hoy es el viaje y está algo...

—Nervioso —asentí.

Mi padre se pasó la última semana trabajando más de la cuenta y con un humor de perros, era un negocio sumamente importante y el que yo fuera también lo volvía más complicado. Intenté persuadirlo para quedarme pero se opuso totalmente, asegurando que ya era hora de que conozca cómo funciona el negocio familiar por dentro.

—Está preocupado, sabes como es con el trabajo y el que tu vayas...

—Lo complica todo —él asintió y le di un empujón, me regaló una sonrisa divertida—. Espera ¿tú no quieres que vaya?

—Por supuesto que no —murmuró.

—Claro, porque soy una damisela en apuros que necesita protección.

Presionó los labios en una fina línea y abrió los ojos con sorpresa.

—No, no lo eres. Pero no me parece que debas exponerte a algo sin siquiera una preparación previa.

Intenté hacerlo a un lado pero permaneció en su sitio y le regalé una mirada de pocos amigos.

—Odio cuando te comportas así, estoy totalmente preparada. Lo sabes, estás al tanto de mi entrenamiento y...

—No es lo mismo —dijo con seriedad mientras negaba—. Una cosa es estar en un ring, en un campo de tiro o en una sesión de entrenamiento, pero otra muy distinta es la vida real, Maddox. Me parece genial si quieres ver como funciona por dentro lo que básicamente es tu herencia familiar pero me parece poco responsable que te expongas sin una preparación acorde antes —lo observé atenta, era la primera vez que lo escuchaba con un tono de reproche hacia mi padre y de preocupación hacia mí, aunque no lo dijera explícitamente sabía que así era—. Esto no es como las misiones de siempre, es algo nuevo también para los demás. Maddox, hace un par de meses nadie sabía de tu existencia. No solo tú debes prepararte, Jace, Will y Max también deben estar preparados para lo que pueda ocurrir estando tú involucrada.

Me sentí... una idiota.

Tan cegada porque pensaran que yo era una princesa que necesita rescate que jamás pensé en los demás, en cómo esto podría afectarlos.

—No dudo de tus capacidades, Maddox. Pero me aterra que como equipo no estemos listos para protegerte.

Tan egoísta, había sido tan egoísta. No quería hacer este viaje pero porque me aterraba no estar a la altura, jamás consideré lo que todos los demás podrían perder, lo que los demás ponían en juego para que todo esto saliera bien.

Traición y Sangre ✔ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora