Todo está siendo caótico este año, apenas puedo alcanzar los resultados que me gustaría, apenas tengo con quien hablar y por si fuera poco no hago más que escribirle cartas a una persona que nunca las leerá.
Álvaro Mayo, el principal motivo de todo este caos, todo sería más fácil si no me hubiera fijado en él o si simplemente yo fuera un poco más valiente, pero nada de eso ocurre, así que no me queda otra que conformarme con la situación.
Creo que no hay palabras para describirlo pero si lo tuviera que hacer entonces diría que es como una mañana de verano en la que te sientas a contemplar el mar mientras te alcanza la luz del sol o como una aurora boreal, que pocas personas pueden ver pero que no deja de ser algo extraordinario para aquellos que lo logran.
Siento que mis sentimientos no tienen sentido cuando lo único que he hecho ha sido observarle, pero no pude evitar sentir algo en mi interior en cuanto lo escuché cantar un día cuando estaba pasando por un bar para volver a mi casa y frené en seco al ver un rostro conocido.
Un poco asustado por si me reconocía me escondí entre la multitud y lo escuché cantar hasta que terminó. Me enteré que iba a cantar allí con frecuencia y desde entonces no he dejado de ir a verle, aunque él ni siquiera me prestase atención.
Resulta que una de las cosas que más adoraba a parte de escribir e ir al cine era cantar, así que cuando vi al chico de carita angelical cantar, hizo que mi corazón se acelerase de alguna manera.
Desde ese día no había dejado de pensar en él y pese a estar en la misma clase nunca me había atrevido a hablarle. Simplemente no pensaba que yo fuera el tipo de persona con la que él querría pasar el tiempo, y no quería hacerle perder el tiempo.
—Ey, ¿Qué te pasa? ¿Volviste a perderte en tus pensamientos? —Ruslana me dió un leve golpe en el brazo para que volviera a la realidad.
—Si, así es. Gracias por regresarme al mundo real Rus.
Ruslana era mi mejor amiga y prácticamente el único ser humano con el que hablaba.
Nuestra amistad surgió cuando decidió que yo iba a ser su mejor amigo un día en un parque mientras jugaba a los piratas con los demás niños y yo había sido el único que no había ido a atacarla directamente.
Desde entonces somos inseparables, y actualmente soy incapaz de contemplar un futuro en el que no seamos amigos.
Tuve la suerte de coincidir con ella durante todos estos años, y siento que me sentiría mucho peor si ella no estuviera a mi lado así que le agradezco mucho todo lo que ha hecho por mí siempre.
—Supongo que no te habrás enterado de nada de lo que ha dicho la profesora ¿No?
—No, la verdad es que no ¿Ha dicho algo importante?¿Algún examen a la vista?— Pregunté preocupado.
—Sí, de hecho nos ha dicho que tenemos uno mañana para ver qué tal llevamos la asignatura.
—¿Qué? Dime que es broma.— Empecé a ponerme muy nervioso, odiaba los exámenes con tan poca antelación.
Ruslana vio mi cara y empezó a reírse a carcajadas, la profesora la mandó a callar y yo me morí de vergüenza.
—Ruslana por favor.
—Tendrías que haber visto tu reacción, ha sido maravillosa. — Dijo Ruslana sin parar de reírse. — Bueno, atiende que a lo mejor te interesa.
No entendía porque decía eso, cuando sabía que esta era una de las clases que más me aburría y exceptuando si había un examen cerca o alguna cosa muy importante, solía centrarme en escribir mis cosas.
—Bueno, como iba diciendo, por la semana de la música, vais a tener que hacer actuaciones en dúo. No es necesario que cantéis bien, simplemente se hace por diversión. —Dijo la profesora.
En cuanto escuché que se haría la semana de la música no pude evitar sentirme alegre y nervioso a la vez. Alegre porque me encantaba la idea ya que era mi pasión, pero nervioso por las reacciones de mis compañeros ante la posibilidad de escucharme cantar. Solo Ruslana me había escuchado cantar y no sabía si estaba preparado para que alguien más lo hiciera.
—Dime que te pondrás conmigo por favor.— Le supliqué a Ruslana.
—Solo con la condición de si cantamos una de Maneskin.
—Trato hecho. —Le sonreí, pero la alegría lamentablemente no duró mucho tiempo.
—Los dúos los voy a organizar yo.— Dijo la profesora y todos comenzaron a quejarse.— Lo hago para que haya más compañerismo entre vosotros, me lo agradeceréis.
Mis compañeros no paraban de poner malas caras ante la decisión de la profesora, creo que todos estábamos de acuerdo en que no nos agradaba la idea. Yo personalmente estaba asustado, tenía miedo de que la persona que me tocase me pudiera juzgar o hacerme sentir incómodo.
—Bien, las personas que vaya diciendo que se vayan juntando. Primer dúo: Ruslana y Naiara.
Con el primer dúo ya empecé a sentir pánico, no por Ruslana, yo sabía que ella sabría hacerlo muy bien le tocase con quien le tocase, pero sabía que eso implicaba no poder trabajar con una de las pocas personas con las que me sentía cómodo.
La profesora fue diciendo nombres, pero aún no decía el mío. Notaba todo mi cuerpo temblar, necesitaba que esto acabase ya.
—Y por último tenemos a Álvaro Mayo y Paul Thin.
Esto no podía ser verdad, no podía estar ocurriendo lo que en este mismo momento estaba ocurriendo.
Era imposible que de todas las personas que había me tocase con Álvaro Mayo, ahora haría el ridículo delante de él y nunca más podría mirarlo a la cara.
Me quedé quieto en el sitio, incapaz de reaccionar. Sabía que tenía que ir con él pero no era capaz, simplemente mis piernas no avanzaban.
Me quedé mirando al suelo cuando noté como alguien me pasó el brazo por los hombros. Era él.
—Paul ¿Verdad?—asentí— creo que nos toca pasar juntos un largo tiempo, así que espero que podamos llevarnos bien.
El chico me estaba dedicando una gran sonrisa, pertenecía al grupo de los más habladores y yo normalmente no solía congeniar con esa gente, pero tenía el presentimiento de que él era diferente, o igual solo eran mis deseos de que lo fuera.
— Las canciones os la asignará la profesora de música, yo simplemente me encargo de organizar los dúos. Ahora sí, podéis iros. —Habia pasado tanto tiempo asimilando que me había tocado con él que no me di cuenta de que la clase ya había acabado.
Todos comenzaron a salir y Ruslana vino hacia mí con una gran sonrisa. En ese momento solo me apetecía que la tierra me tragase.
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Las palabras que siempre te quise decir | Alvaul / Polvorones
FanficPaul y Álvaro son compañeros de clase, ambos aparentemente son muy diferentes, pero al parecer no era como ellos pensaban. Paul está enamorado de él desde hace varios años, pero nunca se ha atrevido a intercambiar ni una sola palabra con él. En lug...