Prólogo

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Debió pensarlo mejor, como realmente, tuvo un largo viaje de una hora en auto para pensarlo, además de todo un largo vuelo para eso, honestamente, no debió pensarlo después de haber golpeado tres veces en la puerta del hogar del omega. No sabía siquiera que era de él, en realidad, fueron tres años sin ningún contacto, pudo cambiar de casa, de ciudad o peor aún, podría simplemente no querer verlo y mandarlo a la mierda en el segundo que vea que es él tras la puerta.

Hace puños sus manos, presionando sus uñas contra sus palmas en nerviosismo, habían pasado unos dos minutos y no tenía respuesta a su llamada, a pesar de haber oído pasos en el interior del hogar; tomó una profunda respiración antes de darse la vuelta dispuesto a irse con sus maletas y un poco de su orgullo. Sin embargo, en cuanto estaba de espaldas a la puerta, pudo sentir esta ser abierta para después escuchar una suave voz infantil llamarle.

-¿Quen ser tú?- Se da la vuelta confundido, encontrándose con un cachorro de cabello castaño y ruloso que lo veía con su ceñito fruncido, intentando lucir amenazante -supone- aunque fallando enormemente porque aquella pijama de dinosaurio lo hacía lucir más que adorable.

Harry sonríe con ternura y se inclina a la altura del cachorro, extendiendo su mano hacia este. -Yo soy Harry, ¿cuál es tu nombre?

El más pequeño se pone su manito en puño en la boca, con su ceñito fruncido, lucía como si luchara entre decirle o no su nombre a aquel desconocido, aun cuando su mami le ha dicho que no lo haga, pero, este no lucía feo y malo, tampoco olía mal, de hecho.

-Thommy.- Dice simplemente, extendiendo su manito hacia Harry, quien juntó ambas manos y las agito con suavidad en un saludo.

-¿Thommy? Es un nombre muy bonito, cachorrito.- Suelta el agarre de la mano del menor cuando nota que es demasiado para el pequeño, y se decide por preguntar por lo que lo llevó allí en primer lugar. Aunque no completamente, el cachorro tenía muchas de las facciones de Louis, estaba seguro que no era su imaginación y menos una coincidencia. -¿Está tu mami?

El cachorro iba a responder, o al menos eso pareció cuando abrió su boquita, a su pesar, no pudo decir nada cuando se escuchó la exclamación escandalizada del omega desde adentro. -¡Thomas! Dios, que te he dicho de abrirle la puerta a desconocidos si mami no está presente, cachorro.

A medida que iba hablando, iba caminando hasta llegar a donde su bebé, no reparó en la figura del otro lado, solo se puso de cuchillas frente a su cachorro, examinándolo. -¿Qué te he dicho de hacer eso, cachorrito?

-Pegriloso, mami. Pero no des-.- Frunce su ceño, intentando repetir las palabras de su madre, siendo alentado por el omega. -Desnido. No desnido, él Hady.

-¿H-Harry?- En cuanto su cerebro logra analizar el nombre, se pone de pie, cubriéndose lo mejor que puede con aquella bata que solo revela que él y su cachorro dormían y el más pequeño se levantó antes que el omega.

Después de tres largos años, azul y verde nuevamente se encuentran, generando en ambos aquel cosquilleo en sus pechos, tal como la primera vez.

Harry es el primero en salir de aquel trance, sonriendo a su omega.

-Volví, Lou.

Louis pestañea, negando con su cabeza, una sonrisa triste en su cansado rostro.

-Me alegra mucho que estés de vuelta.

-Veo que pasaron cosas en mi ausencia.- Casi imitando la sonrisa del omega, el alfa desvía su mirada al cachorro que ahora veía de su madre a él con curiosidad, ahora viéndole con algo de recelo al notar el cambio en el aroma del omega.

Ignorando de momento que Harry no haya unido puntos con ver al cachorro, y qué, de hecho, tendría que darle muchas explicaciones cuando lo haga, suspira. -¿Quieres pasar?

-Solo si no tienes a ningún alfa territorial que quiera golpearme por estar cerca de su omega y su cachorro.- Dice casi riendo, aunque no sentía ninguna gracia de decir aquello, sintió más bien amargo, con su alfa gruñendo en su pecho.

Louis levantó una ceja, rodando sus ojos después para darle paso a su hogar, con su cachorro siguiéndolo de cerca y después él.

No pudo contenerlo más, en cuanto sintió el suave sofá bajo él y vio que Louis tomó asiento frente a él, con Thomas en su regazo, la pregunta salió de él más rápido de lo que pudo manejar.

-¿Cuántos años tiene?- No podía evitarlo, sentía su corazón arrugarse dentro de su pecho, sintiéndose algo traicionado, si bien, él fue quien dejó la ciudad, el que Louis tuviera el cachorro que estaba en los planes a futuro de ambos, con alguien que no era él, le dolía.

Tomando aire, y, jugando con las manitos de su cachorro, respondió. -Tres años, Harry.

¿Tres años? No podía siquiera pensar que mientras él lo extrañó y sufrió su ausencia cada día, Louis no esperó más que subiera en aquel avión para comenzar su vida de nuevo, eso explicaba tanto, pero tanto.

Mordisqueó el interior de su mejilla, buscando dentro de sí algo que le ayudara a dejar de sentirse tan miserable como se sentía. -¿Quién es el padre?

A pesar de que comenzaba a sentirse más lento, con el cansancio golpeándolo nuevamente aun cuando recién había estado durmiendo, se las ingenió para darle una mala mirada al alfa, casi gruñéndole con molestia cuando con la simple pregunta pudo intuir lo que pensó de él y eso era algo que no iba a permitir.

-Hady grrosero.- Gruñe Thomas, sacándole la lengua al alfa y abrazándose a su madre, sin dejar de ver con molestia al mayor.

-No sé, no creo que lo conozcas de igual forma, aun así, te diré que se llama Harry Styles, tiene 24 años, se fue de intercambio tres años a Grecia y allí se graduó de ingeniero, porque supongo que por eso ha vuelto y ah sí, el pequeño detalle que fue mi novio desde que éramos unos niños. Y, si no lo terminaste de notar, mi hijo es su jodida copia.

Harry se toma un par de segundos analizando la información que acaba de recibir, con su alfa no haciendo más que llamarlo "tonto, tonto, idiota" además de gruñir y rasguñar su pecho con molestia.

-¿Mío? ¿Mi cachorrito?- Estaba emocionado, tanto como asustado por la forma en que Louis lo ve, sin contar con su alfa nuevamente interviniendo "no, idiota, del vecino".

-Sí, pero esta conversación acabó aquí por hoy, te quiero fuera de mi hogar ahora.- Tomando a su cachorro en brazos, Louis se levanta, caminando de nuevo a la salida.

-Fuera, Hady, shú.- Gruñe el cachorrito, siendo reprendido por su madre, logrando que se oculte en el cuello de este con un puchero.

-Lou, lo siento, yo, podemos.

-Hoy no, Harry.

-Es mío también y lo tuviste oculto de mí.- Reclama con queja, pero sin sonar agresivo realmente.

-Y hablaremos de eso, otro día.

Decaído, no tiene más opción que aceptar, tomando su maleta de nueva cuenta y dejando una pequeña caricia en el cabello del cachorro, como despedida, pero no dejaría las cosas así, ahora que había vuelto, tenía un cachorro -y si tenía suerte, un omega- que recuperar y con el que compensar el tiempo perdido.





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Holi, he resucitado con una nueva historia, espero les guste, no olviden votar y comentar, realmente me motiva muchísimo.

Será una historia cortita así que haré las actualizaciones tan rápido como pueda.

¿Opiniones? 

♡ A.

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