𝐗𝐈𝐈.- 𝐃𝐀𝐘𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓

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𝐈 𝐝𝐨𝐧'𝐭 𝐰𝐚𝐧𝐧𝐚 𝐥𝐨𝐨𝐤 𝐚𝐭 𝐚𝐧𝐲𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐞𝐥𝐬𝐞 𝐧𝐨𝐰 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐈 𝐬𝐚𝐰 𝐲𝐨𝐮
𝐈 𝐝𝐨𝐧'𝐭 𝐰𝐚𝐧𝐧𝐚 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐤 𝐨𝐟 𝐚𝐧𝐲𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐞𝐥𝐬𝐞 𝐧𝐨𝐰 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐈 𝐭𝐡𝐨𝐮𝐠𝐡𝐭 𝐨𝐟 𝐲𝐨𝐮
𝐈'𝐯𝐞 𝐛𝐞𝐞𝐧 𝐬𝐥𝐞𝐞𝐩𝐢𝐧' 𝐬𝐨 𝐥𝐨𝐧𝐠 𝐢𝐧 𝐚 𝐭𝐰𝐞𝐧𝐭𝐲-𝐲𝐞𝐚𝐫 𝐝𝐚𝐫𝐤 𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭
𝐀𝐧𝐝 𝐧𝐨𝐰 𝐈 𝐬𝐞𝐞 𝐝𝐚𝐲𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭, 𝐈 𝐨𝐧𝐥𝐲 𝐬𝐞𝐞 𝐝𝐚𝐲𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭

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Cerró la puerta de la casa y dejó escapar un suspiro de felicidad. A pesar de dormir todo lo que pudo durante el vuelo, el jet lag ya estaba empezando a aparecer, especialmente para su novio europeo, que caminaba hacia la sala de estar con su mochila todavía colgada sobre sus hombros y la transportadora en una mano.

Checo dejó las maletas cerca de las escaleras y siguió a su novio.

— Sí, mis bebés, los voy a dejar salir.— Le dijo Max a los bebés mientras abría la puerta de la jaula y los dejaba salir a explorar.— Aún tenemos que comprar sus cosas.— Dijo poniéndose de pie. Checo solo señaló la esquina de la habitación y Max vio un árbol para gatos allí, lo que le hizo suspirar.— No lo hiciste.

Checo rio y asintió.

— Sí, le pedí a Paola que comprara todo para que los bebés se sientan como en casa aquí y no necesiten nada.

— ¿Qué? ¿En serio?— Max se tapó la boca sorprendido y feliz.— ¿La comida?

— Ya lo tengo todo, amor, relájate.

Su novio se acercó a él y se inclinó para agradecerle con un beso.

— Gracias, siempre piensas en todo.

— Lo hago.— Respondió el hombre y luego sonó el timbre, anunciando que su comida había llegado.

Almorzaron viendo la repetición de un partido de fútbol y luego fueron al cuarto principal, donde descansaron ese día. Max se esforzaba por mantenerse despierto, pero de vez en cuando se dormía en sus brazos, claramente cansado por el viaje, y sólo se despertaba para ir al baño, alimentar a los bebés y besarse perezosamente con él. Queriendo tener energía al día siguiente decidió dormirse temprano también, había estado esperando ese momento desde que empezó a salir con Max.

A la mañana siguiente se despertó temprano, se dio una ducha, besó a Max, le dijo que iba a preparar el desayuno y luego se fue a la cocina a cocinar. Sonrió al ver a los gatos corriendo llenos de energía a diferencia de las mañanas en Mónaco, después de todo eran europeos y su horario también estaba jodido.

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