Capítulo 1: El Hospital.

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Nezuko's POV:

10 de Agosto de 2005, hoy me tocaba ir a recoger a mi abuela al hospital, el día anterior se esguinzó un tobillo mientras cuidaba del jardín, así que acabamos en urgencias. Al final nos dijeron que sería mejor que pasara la noche aquí, que al ser una señora mayor era mejor controlarlo por si empeoraba de la noche a la mañana, pero mi abuela siempre se ha mantenido fuerte y sana, así que le dieron el alta sin problemas.

Me presenté en la habitación en la que estaba después de pasar por recepción, se puso muy contenta de verme, dejé que descansara un poco más mientras recogía todas sus cosas. Cuando iba a ayudarla a levantarse con cuidado un chico que estaba en la camilla de enfrente llamó mi atención.

-Perdona, ¿podría pedirte que llamaras a la enfermera de guardia? Por algún motivo mi mando no funciona.- Era un chico joven, aunque no parecía de secundaria, llevaba el pelo rapado a los lados y largo por el centro, rubio, un tatuaje de un dragón en su sien izquierda que me gustó mucho, era delgado pero de complexión musculosa; sus ojos eran rasgados y definidos, como los de un gato, y de color negro azabache, su nariz recta y un poco larga con la punta un poco achatada, y sus labios carnosos, el inferior más que el superior. Podríamos decir que me resultó atractivo y me llevó casi un minuto responderle.

Céntrate.

-Oh, sí, disculpa. Espérame un momento, abuela, ahora vengo.

-Sí, sí, hija, sin problemas.

Salí rápido de la sala para no hacerlos esperar, llamé a la primera enfermera que encontré en mostrador y esta me siguió. Después de entrar a la sala ayudé a mi abuela a levantarse y nos fuimos con cuidado de que no se hiciera más daño, cuando estábamos a punto de salir por la puerta escuché al chico de antes.

-Gracias.-Lo dijo asomándose como pudo por la cortina, yo solo me giré y le sonreí, justo en ese instante noté que me tiraban de la manga.

-Nezuko, hija, sé que eres una chica amable, pero la gente de Japón es distinta a la de fuera. A diferencia de Islandia, los jóvenes de aquí que llevan esos pelos de colores y tatuajes no lo hacen por amor al arte, la gran mayoría son pandilleros y delincuentes juveniles, ten mucho cuidado.-No me esperaba que la abuela fuera a salir con esto ahora, sé que me insistía mucho en controlar que no se me vieran los tatuajes y que me tiñera el pelo de un color natural, pero no me había contado el motivo hasta ahora.- En serio, cielo, no todos los que te llamen para algo será de forma inocente como ese chico, vete con cuidado.

-Sí, abuela, no te preocupes por eso, lo tendré en cuenta, ahora espera que voy a pedirnos un taxi para volver.

Saqué el teléfono para pedirlo y a los cinco minutos ya estábamos de camino a casa, tiene pinta de que me voy a tener que hacer cargo del jardín por una temporada.

Draken's POV:

No sé qué es peor, si el dolor de la herida o lo que me pican los puntos de sutura que la cierran, si no hubiera sido por la chica de pelo azul nadie me hubiera atendido, las enfermeras son jóvenes y deben de estar intimidadas por mis pintas, he de parecerles un Yakuza. Pero la del pelo azul... No parecía de aquí, sus rasgos eran mixtos; llevaba el pelo largo pero a capas, todo azul y dos mechones blancos por delante, tenía los ojos rasgados pero grandes, de color miel, y tenía la doblez en el párpado; su nariz era recta y pequeña, sus pómulos se marcaban cuando le sonreía a la señora que acompañaba, y sus labios eran pequeños pero carnosos.

Realmente era preciosa... Pero, ¿qué dices? Si Emma se entera de que andas observando así a otras solo habrá problemas.

Mikey me escribió, no tardará mucho en llegar, los chicos no han dejado de visitarme desde que estoy aquí, nada que yo no haría por ellos.

Draken • Ken RyugujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora