—Oye, linda— dijo Julie recostándose en mi cama— tenemos que hablar.
Deje mi libro a un lado, no sin antes ponerle mi marcapáginas con sumo cuidado, voltee hacia Julie y le asentí para que sepa que le daba hincapié a que continúe.
—¿Estás interesada en Ethan? — preguntó diría yo con suma delicadeza.
—Ni en lo más mínimo— dije con seguridad.
—Oh— dijo —es que creí... ya sabes, los vieron bajo las gradas, y bueno... es Ethan, es lindo, pero no quiero que te lastimen.
—No tienes que preocuparte por mi— dije y luego pensé — aunque si me tiene intrigada el hecho de que sea alguien muy feliz, me gustaría saber cómo lo hace.
Ella rio.
—¿Ethan feliz? — preguntó —pues que versión te habrá mostrado.
—No entiendo.
—El tiende a mostrar diferentes versiones dependiendo la chica con la que hable.
—Eso es interesante— dije intrigada —¿y le sale bien?
—Evie, linda— dijo Julie —por favor, dime que vas a cuidarte de él.
Se veía realmente preocupada, lo sé porque esa es la mirada que me dio mi madre cuando discutí con una maestra de la escuela y casi me suspenden.
—Lo haré.
(...)
Abrí mi casillero y lo cerré automáticamente luego de ver el ramo de girasoles. Otra vez.
Llevaba tres días seguidos siendo así, cada mañana mi casillero era invadido por diferentes tipos de flores, la primera vez fueron rosas, la segunda tulipanes, al parecer hoy tocaban girasoles. Odio las flores, no se quien las está dejando, pero estaba harta, sobre todo me asustaba mucho más el hecho de que alguien conocía la clave de mi casillero.
—¿Otra vez? — preguntó una voz reconocible.
Volteé y vi que era Miles, aun me era difícil acostumbrarme a su existencia. Miles compartía este conocimiento de las flores, era mi vecino de casilleros, y al parecer el único que lo había notado.
—Si— dije para acto seguido tomar el ramo de flores y tirarlas en el cesto de basura de una esquina.
El me siguió.
—¿Por qué las botas? — preguntó.
—Porque son horribles— dije —las odio, además atraen bichos.
El rio. Yo cerré mi casillero después de tomar mi libro de matemáticas y me dirigí hacia el salón, pero Miles me siguió, de hecho, creo que hoy nos tocaba esa misma clase juntos.
—¿No sabes quién te las envía? — preguntó curioso.
—No— dije sin mirarlo —pero me asusta.
El frunció el ceño.
—¿Por qué?
—Pues es algo claro que alguien está invadiendo mi espacio— dije simple.
Llegamos al salón y fui directamente a sentarme al lado de Peter, pero antes de eso pensé bien, Miles lo sabe, no quiero que Peter lo sepa.
Tome de la mano a Miles y lo aleje de su asiento.
—No le digas a Peter— le susurré.
—¿Qué cosa? — preguntó —¿lo de las flores?
Asentí.
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Maldito Internado | AEEI #2✅
Genç KurguSegunda parte de Atrapadas en el Internado. ° ° Evie y Peter habían crecido escuchando sobre los años de gloria de sus padres como adolescentes, pero ahora que ellos mismos llegaron a la adolescencia, les resulta un tanto cansado oírlos cada vez mas...