I. and you'll believe she's your one.

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HENRY ABRAMS detestaba llegar tarde a su primera clase ese semestre. Eran las 9:05, y su clase de Literatura inglesa (que veía por influencia de su hermanita menor, Gracie) comenzaba a las 9 am. No era su mejor semana, ni año, si se ponía a pensar en ello. Menos ahora teniendo en cuenta que el profesor de la materia no lo observaba de una forma delicada.

La clase de al menos 40 personas se cernio
en un silencio muy sepulcral. El profesor mirándolo severamente antes de anunciar que podía pasar, aparente era la mención de algunos autores a tratar. Henry conocía a algunos de antemano, viniendo de una familia de artistas, sabía muchísimo de varios escenarios de este mundo. Incluyendo la escritura, más por mérito de Gracie que de nadie más.

El profesor (Richard) se encargó de ampliar la información acerca del futuro de la materia. Haciendo énfasis en la necesidad de las opiniones personales en las obras, lo que emocionaba a media clase (Henry no era tan partidario de los debates) aun así, cuando la vio por primera vez, Henry quiso fingir que no le causó ningún sentimiento que la hermosa castaña hablase. Se estaría mintiendo, puesto que desde el primer minuto que Willow Rosales habló, él se sintió algo perdido.

"Quisiera decir, profesor, que estoy un poco en desacuerdo con el listado de autores" dijo, su voz tan clara como el agua, y tan áspera, exigente y turbulenta. Henry sintió que sus pies se derretian bajo lava la primera vez que la escuchó hablar.

"Disculpe... señorita" el hombre hizo una corta pausa esperando la respuesta, que llegó como si nada.

"Willow Rosales. Profesor, ¿no le parece que es muy deprimente no tener a Agatha Christie aquí?" La chica sonrió breve, algo misteriosa. Henry no sabía que era, pero se sentía cada segundo más atraído.

El hombre aguantó una pequeña risita, antes de volver su vista a la lista que sostenía y con un lapicero agregar algo que nadie visualizaba desde los asientos.

"Bien, señorita Rosales. Considere a Agatha parte de esta lista desde este momento" la chica asintió, más segura de si misma, antes de sentarse.

Henry quisiera decir que fue la primera y la última vez que vio a Willow con esa aura dominante. No lo fue. Después del primer dia, aparecieron más. Willow con su risa, Willow, sus debates, fuerza de voluntad, su hermosura.

Willow.

De la nada (o quizás no) Willow era todo lo que Henry Abrams había querido siempre.

"En mi opinión. Hay mucha más fuerza en los escritos de Jane Austen, que en los de Charlotte Bronte" debatió el mayor de los Abrams, después de largas semanas de observación a la castaña.

Si había algo que Willow detestaba era la manera en la que algunas personas debatían. La manera en la que Henry Abrams debatía. Sus cejas se alzaron en un pequeño desafío, y su voz se entrelazo a la del castaño. Oh, Henry sabía que estaban destinados. Nada le sacaría eso de la cabeza.

●●●

Henry hablaba en voz alta por teléfono con su hermana Gracie. Se suponía que hoy era el gran dia, hoy se plantaria frente a Willow y la invitaría a salir.

"Henry, ¿por qué tanta ansiedad en tu cuerpo?" La castaña dirigía su cámara hacía apenas su frente, ya que trabajaba en una nueva canción para su álbum good riddance.

Henry sonrió un poco, guardaba con mucha alevosía un libro de Charlotte Bronte y el nuevo poema que les tocaba analizar ese día.

"¿Recuerdas la chica de la que te hablé hace semanas?" Gracie hizo un sonido extraño con la garganta. A veces no le prestaba tanta atención a Henry, o a la gente en general. "Hoy por fin tendré el valor de invitarla a una cita"

People Watching, Gracie Abrams.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora