Trillizas Kim [Jenlisa]

Capítulo 4

La habitación fría es testigo de aquella tensión, el viento se colaba entre las ventanas haciendole temblar de vez en cuando pero su cuerpo sudoroso y la fricción de los apresurados movimientos qué ejercia encontrá de la chica recostada debajo de ella eran suficiente para entrar en calor y sentir que todo en su alterado cuerpo valía la pena. Su desesperada boca vagando por la suave piel de la contraria mientras mordía y besaba cada rincón de su hermoso cuerpo sintiendose deseosa de seguir probando más de ella, entonces cuando finalmente introduce aquel jueguete qué habia comprado especialmente para ella es capaz de sonreír dichosa de escuchar los gadeos de la contraria.

—Demasiado dulce —Murmura suavemente contra sus labios mientras le besa con delicadeza.—Oh Rosie...

La rubia deja escapar uno que otro gemido, abrazando con fuerza a la joven mientras aquella  movía aquel aparato cada vez mas rápido en contra de su zona, logrando que la contraria sintiera qué era capaz de tocar el cielo con sus propias manos, así que incluso si aquello le heria era capaz de sentir que gozaba en cada segundo qué arrepentía contra ella, Fueron cuestiones de segundos en donde aquel último grito fue notificación para que la pelinegra detuviera sus movimientos y le besara por última vez. Se alejo de ella, tomando asiento en la orilla de la cama, observando la figura de la hermosa rubia qué permanecio recostada sobre aquella cama intentando procesar aquello.

—¿Estas bien?—Pregunto con cierta sonrisa La pelinegra tomando su bata para cubrir su figura.

—No estoy acostumbrada a que termines así de golpe y te distancies —Comento, cubriendose entre las mantas.—Usualmente es la parte en donde me besas y nos quedamos recostadas por un rato, tu sabes, cosas románticas —Le guiño un ojo soltando una pequeña carcajada, la contraria tan solo se limito a sonreír.—Oh lisa, Cuando nuestra amistad se convirtió en esto.

—¿Que no es esto lo que las mejores amigas hacen? —Pregunto con ironía, riendo al mismo tiempo que la rubia. —Anda, ponte tu ropa que hoy tenemos Que cumplir una misión especial —Le apresuró caminando con prisa al baño.

—Si tu padre se entera de que pones en riesgo tu vida, le va dar algo.

—Por eso te tengo a ti rosie —Le envío un beso desde la distancia.—Eres mi Guardiana, ¿Lo recuerdas?

—Tu mejor amiga,tu guardiana y tu amante—sonrio ladinamente.—¿Acaso podrías pedir más?

Lisa le dedico una ultima sonrisa antes de meterse finalmente al baño y tomar aquella ducha, el agua caliente recorría su cuerpo mientras mantuvo sus ojos cerrados por unos minutos dejandose llevar por el aura, intento recordar su agenda apretada pero en esos vagos recuerdos es capaz de divisar la sonrisa dulce de Roseanne. Es su mejor amiga desde que tiene memoria y desde los 5 años y hasta ahora a sus 23 era capaz de recordar cuando fue qué todo se volvió tan cotidiano, en cuando aquel beso accidental de aquel bar se volvió una noche desenfrenada en donde las dos en medio del alcohol recorriendo sus sistemas se dejaron llevar por la situación.

Y en cuando aquello se volvió algo que guardaban como suyo, como una especie de secreto entre las dos, pero ambas lo sabian, lo de ellas era únicamente sexo ya que habian acordado no pasar esa linea para poder seguir conservando su amistad y todo hasta entonces a resultado de maravilla para ambas. Ella Fue su único apoyo y ya que sus padres están todo el tiempo ocupadas resolviendo asuntos familiares ha aprendido a valerse por si misma al ser hija única de la familia manoban, incluso aprendió a lidiar con los asuntitos en los qué sus padres se veían en vueltos.

No recuerda cuando fue, pero si recuerda la heladez de su cuerpo y el deseo inundable de vomitar cuando por primera vez sujeto un arma contra un sujeto y violentamente descaro todas las balas en su cabeza. Era su primera vez atendiendo los asuntos de su familia y aunque sus padres le prohibieron ser parte de ello ya que querían alejarla de toda esa mafia en donde se veían envueltos, para lisa quien apenas descubría ese mundo todo parecia una aventura. No quería aceptar que su padre era un asesino sin corazón al contrario intentaba verlo como alguna especie de vengador protegiendo el barrio más pesado de Bangkok y haciéndose millonario con las ventas de su "Dulce" especial.