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Era evidente que masturbarse pensando en Cristian no lo iba a hacer sentir mejor.

Para empezar, si bien en el momento sirvió como "desahogo" o "alivio", estaba claro que Son lo que necesitaba era más que un par de dedos para realmente sentirse satisfecho.

Por otro lado, la culpa de haber hecho eso pensando en él, en su amigo, compañero de cuarto y de cancha, ese que está casado y que probablemente ahora lo odiaba; esa culpa, le estaba taladrando la cabeza.

El malestar de la borrachera y del celo, eso, era un plus. Se secó y se vistió, saliendo del baño a paso vago y arrastrando sus pies. Lo primero que sus ojos captaron fueron las prendas mojadas de Cristian, también sus zapatillas, todo en un rincón.

Supuso que el argentino se cambió y se fue dejando todo ahí no más. Lo que más le preocupaba a Heung-min era la cuestión de si el otro estaba realmente enojado con él. Son agarró todo lo húmedo y se lo llevo al baño poniendolo adentro de un cesto.

Acomodó todo y salió otra vez para tirarse a la cama con peso muerto. Si antes las cosas estaban mal, ahora estaban peor.

La premier todavía no empezó y ya la estaba pasando como el culo, era increíble. Cagada tras cagada se había mandado en un record que nunca pensó, porque él no era así. Solamente quería dormir.

Teniendo en cuenta que no era muy tarde, pero que no daba más del pedo que se había agarrado y el celo, decidió quedarse así, echado bocabajo en la cama con intenciones de dormir.

Al final quedó planchado, él necesitaba tanto descansar, desconectarse un rato del mundo. La realidad era que cayó tan profundamente dormido, que solamente fue capaz de despertarse porque escuchó un ruido en la pieza.

Cuando abrió los ojos la luz estaba apagada, él estaba tapado y se escuchó la puerta principal siendo cerrada.

-¿Cris?

Se incorporó lento y se sentó en lacama, como no vio nada ni escuchó nada, se levantó para ir a la sala. Le pareció súper extraño que Cristian no esté ahí, porque estaba seguro que escuchó la puerta, pero al parecer el matancero se había ido otra vez.

Sin cazar una de lo que pasaba, Son volvió a lo que sería el dormitorio. Prendió la luz y arrastrando los pies con fiaca buscó su celular, cuando lo encontró y lo fue a agarrar de la mesita de luz, se encontró con una tira de pastillas.

Arqueó una ceja, diez veces más confundido que antes y las alzó para leerlas, fue ahí que al toque entendió que se trataban de supresores.
Posteriormente miró la hora en su celular y el reloj marcaba que eran las 00:23 am.

Todo parecía indicar que Cristian entró a la pieza para dejar las pastillas y apagó la luz, pero, ¿a dónde se fue?, ¿cómo las consiguió?, ¿le habrá dicho a alguien de su celo? Era todo tan raro, pero inconscientemente y con las pastillas en la mano, Son sonrió.

De verdad las había conseguido para él, Cristian era la persona más dulce y atenta que conoció en toda su vida. Y no perdió tiempo, se tomó la primer pastilla con agua y se fue a dormir otra vez, con el pensamiento en la cabeza de que cuando Cristian volviera, le agradecería.

Pero él no volvió. Mientras Son se preparaba para entrenar, miraba la vacía cama de su compañero, al mismo tiempo, se cuestionaba dónde había pasado la noche.

Estaba casi seguro que el argentino seguía enojado pero, ¿era cómo para no dormir ahí?

El solo pensar en eso lo hacía sentir mal con el mismo, pero ahora no tenia tiempo ni de lamentarse, tenía que salir.

Era sabido que una vez que había entrado en celo, los supresores tardaban un poco más en cortarlo, pero mientras tanto servían para disminuir los síntomas y calmar sus feromonas.

IRRESPONSABLE  [+18] •PAUSADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora