A la mañana siguiente me despierto con el ruido que Caleb y Leti hacen el salón al levantarse. Esta noche he decidido que dormiría en el sofá, porque por mucho que en estos momentos odie a Caleb, la tentación de dormir con él en la misma cama hubiera sido imposible de controlar, sin olvidar el asco y el odio que le tengo después de todo lo que pasó anoche.
Leti camina en mi dirección y me da un beso en la mejilla de buenos días, yo aún tumbada en el sofá, también la abrazo y la devuelvo el beso.
Caleb se va a la cocina y oigo la cafetera, por lo que supongo que estará preparando el café. Me levanto del sofá para ir al baño y lavarme la cara.
Cuando salgo del baño, me encuentro con dos tazas de café en la mesa y un bol de cereales. No hay que ser muy listo para saber que el bol de cereales es para Leti y que las tazas de café son para nosotros.
Supongo que Caleb pensará que con prepararme un café, esto se va a solucionar o que voy a perdonarle, pero si de verdad es lo que piensa está bastante equivocado.
Camino a la mesa, y me siento en la silla que hay más pegada a la ventana para poder observar la calle mientras me tomo mi café.
Leti, enciende la tele para poner dibujos animados mientras que desayunamos, también nos cuenta lo que ha soñado hoy y pide que ojalá fuese realidad, porque ha soñado que era una princesa prisionera de un dragón y que un príncipe la rescataba montado en caballo.
Me encanta lo risueña que es y toda la imaginación que tiene. Es una niña muy fuerte, y es digno de admirar que con la poca edad que tiene haya superado la pérdida de sus padres y tenga que lidiar con el hermano tan difícil que tiene.
-Leti, ¿puedes ir a jugar a la habitación?-pregunta Caleb.
Se perfectamente porque él está pidiendo a Leti que se vaya, pretende hablar conmigo de lo que pasó anoche y eso hace que me ponga bastante nerviosa, tanto que la taza de café se me cae de la mano.
-¡Mierda!-grito enfadada.
Caleb se levanta rápido a por un trapo a la cocina para limpiar y secar el desastre que he formado en la mesa.
-Gracias-le digo mientras que lo limpia.
-¿Quieres que te prepare otro?-pregunta Caleb.
-No. Así está bien.
Caleb vuelve a la cocina y Leti se va a la habitación. Yo recojo la mesa y llevo las cosas a la cocina. Caleb no tarda en cerrar la puerta, quedándonos nosotros dentro.
-He dormido mal esta noche, por favor, no estoy ahora mismo para hablar-le digo suspirando.
-Pues yo quiero hablar-dice.
-Genial, habla solo, no conmigo.
-Quiero pedirte perdón, pero esta vez de verdad-dice apoyándose en la pared.
-Todas las otras anteriores, también habían sido de verdad según decías. Pues ya no me lo creo, la culpa es mía por haberme creído las anteriores, la culpa es mía por haberme enamorado de ti. ¡De una persona que no conozco joder!-grito enfadada.
-Es que nadie te ha dicho que te enamorases de mí, tú lo has decidido sola-dice.
Me revienta y me destroza escucharle decir eso. No sé cómo puede tener tan poco corazón y ser tan inhumano de encima decirme esto.
-Vete a la mierda, de verdad Caleb.
Intento caminar y le aparto de mi camino para poder coger el pomo de la puerta.
-¡Espera joder! No quería decir eso-dice agarrando mi mano.
-No. Eso es justo lo que querías decir. Ya lo has dejado claro muchas veces. Te repito la culpa es mía, por haber intentado tener algo serio contigo, por haber intentado que me quisieras...-hago una pausa-Tendría que haber hecho caso a todo el mundo que me advirtió, ellos te conocían, yo no.
-¿Quieres conocerme? ¡Que mierdas quieres conocer, yo soy esto!-dice alzando el tono de voz.
-Ni siquiera sé tu color favorito, tu comida favorita, tu película...No sé cuál era tu sueño de niño, no sé qué te da miedo, que te gustaría hacer antes de morir...-hago una pausa porque estoy empezando a llorar mientras hablo y me estoy ahogando yo sola-No te conozco una mierda y me he enamorado de una persona que no conozco. Ese es el problema.
-El negro.
-¿Qué?-pregunto extrañada.
-Mi color favorito es el negro-repite.
-Yo...-digo sin saber qué decir-Yo no me refería a eso.
Inevitablemente una sonrisa se me escapa. Y me odio por ello. Si me ve débil le estaré dando lo que quiere y no puedo permitirme otra derrota más.
-Lasaña, mi comida favorita, mi película favorita es s Scream, mi sueño era ser piloto de aviones, no me da miedo nada-hace una pausa-O al menos hasta que casi te pierdo la primera vez y supe lo que era el dolor de verdad, quiero viajar a Paris antes de morir y chillar desde lo alto de la torre Eiffel.
No sé qué decir. Solo me limito a mirarle y a seguir llorando. Pero esto no cambia nada, saber estas cosas de él, no cambia absolutamente nada.
-¿No vas a decir nada?-me pregunta.
-No tengo nada que decir.
-Dame una oportunidad por favor, ayer fui un capullo y quizás la mayor parte del tiempo lo soy. Pero te quiero, te juro que te quiero, tú me haces mejor persona y yo quiero demostrarte que puedo serlo-dice.
-Es que...Ya no me quedan fuerzas, me has arrebatado las pocas que me quedaban. Has cogido mi corazón y lo has hecho añicos y no te ha importado. Ya no tengo nada para ofrecerte ni para darte, lo siento Caleb. Esto me duele más a mí que a ti, pero este juego de tira y afloja tiene que acabar aquí y ahora-digo intentando contener las lágrimas.
-Está bien. Respetaré tu decisión, pero pienso hacer todo lo que esté en mi mano por recuperarte. Te lo juro.
-No jures en vano...-digo saliendo finalmente de la cocina.
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Un golpe de suerte
Novela JuvenilCloe y Caleb son dos polos opuestos, dos mundos diferentes, dos vidas paralelas, sin nada en común. Cloe cambia su vida de la noche a la mañana cuando decide mudarse de Londres a casa de sus tíos de Barcelona, desde ese momento, todo lo que se le av...