003: strange date of convenience

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La notificación en su teléfono hizo que apartara la mirada del espejo. Sin previo aviso ni explicación. Tomó el dispositivo entre sus manos, desconcertando a su maquillador. El joven la observó por un momento antes de retirarse más tarde.

Seo-ri, que mantenía una expresión seria en ese momento, no pudo evitar sonreír al ver quién era. La señora Joo le había enviado otro mensaje.

La mujer mayor sabía que a la pelinegra no le gustaban las llamadas, y la conocía lo suficientemente bien como para no intentarlo.

Cada vez que lo hacía, era ignorada, solo para recibir luego el escueto mensaje: "¿Sucedió algo?"

Ella negó con la cabeza y suspiró, tomando su bolso. El maquillador anterior volvió a aparecer para observarla. Nuevamente, se marchaba antes de terminar su trabajo.

— ¿Señorita Do? — preguntó, ganándose una mirada suya —. ¿Se retira ya? ¿Qué pasará con la grabación? —.

— Tengo asuntos personales que resolver — sonrió forzadamente y negó con la cabeza —. Si no le gustan mis métodos, dígale a Joshua que busque otra actriz —.

Cuando el platino iba a quejarse, ella se alejó del lugar. Se rascó la nuca y se volvió, pensando en qué diablos haría. Era la cuarta vez que posponían la grabación.

La joven pelinegra era una escritora reconocida, sus novelas de romance trágico se habían vuelto sumamente populares, sin mencionar que sus historias de suspenso se vendían internacionalmente.

Uno de sus grandes éxitos, "The Muse", había sido elegido para una adaptación, lo cual la emocionó tanto que lo aceptó rápidamente.

Aunque no había respuesta, al final, le pidieron que fuera la protagonista de la película de suspenso basada en su novela, y terminó aceptando.

Su cabello ondeaba al compás del viento, al igual que su elegante vestido negro, parte del vestuario de la película. Lástima que le quedara tan bien.

Sus gafas de sol negras eran un distintivo que destacaba mientras caminaba. El simple aire de superioridad que mostraba al pasar junto a alguien, un imán para absorber las energías positivas. Ella era la negatividad personificada.

El sonido resonante de sus tacones al tocar el suelo retumbaba en los oídos de quienes estaban cerca.

Bajó un poco sus gafas de sol para observar el restaurante frente a ella. El imponente edificio parecía ampliarse ante su mirada. Decidió ingresar al local.

MY PERSONAL DEMON | Jeong Gu-won Donde viven las historias. Descúbrelo ahora