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Killua era un compositor de música guitarrista, solía hacer actividades en ciertos conciertos, en algunas festividades de su Universidad, y sobre todo para su mejor amigo: Gon.
Gon, compañero de habitación y mejor amigo de Killua. Amaba con todo su corazón las canciones que Killua componía, era paz pura. Escuchar su música era tranquilizador, escucharla en vivo y solo para ti era otro nivel de armonía.
Cada semana, ambos adultos hacian tiempo en su agenda para juntarse en la casa del otro y disfrutar un pequeño momento ellos solos. Cenaban juntos, veían películas, y antes de dormir el albino cantaba y tocaba su guitarra la canción favorita del pelinegro, con éste acostado en su regazo.
Hoy era uno de esos días.
Los dos se habían juntado el día Viernes. En este momento volvían de una salida rápida a la heladería más cercana, compraron algunos conos y helado de chocolate y menta granizada, sus gustos favoritos.
Al ya haberse servido el helado y haber comido, fueron a la habitación del albino.
Siguieron su rutina. Se sentaron en el piso, sobre la alfombra, y se acomodaron en la posición habitual.
Killua posicionó sus piernas para que Gon se recostara en ellas y su guitarra en sus brazos para tocarla.
Comenzó suavemente para calentar. Al ya tener esta parte cubierta inició una vez más.
Empezó lentamente a cantar y a mover sus dedos al ritmo de la canción. Bajó sus párpados y con el corazón al mil contuvo sus nervios.
- My baby, my baby.. -
A pesar de que hicieran esto habitualmente, siempre le generaba el mismo sentimiento.
El pelinegro apreciaba el rostro del albino, aprovechando que éste tenía los ojos cerrados podía mirar con total libertad la belleza contraria.
- I bet on losing dogs.. -
Gon disfrutaba de esos minutos tan únicos con su amigo, escucharlo cantar únicamente para él era algo tan vergonzoso pero lindo, y tocar los acordes era simplemente sentir paz y calidez en su pecho. Era algo mucho más allá de sentimientos cálidos, era muchisimo. Algo indescriptible, que solo con aquellas palabras su significado se acercaba.
Pronto se acercaba la hora de descansar.
Comenzó a imitar la acción de Killua y cerró sus ojos, aún con esa expresión alegre en su cara.
Sus respiraciones se hicieron más profundas y el tarareo en su voz desapareció.
Dormía pacíficamente abrazando un pequeño peluche de un gatito negro, con una dulce sonrisa en sus labios.
Detuvo su canto e instrumento al notar la voz faltante. Bajó su vista y comprendió.
Acarició con delicadeza los mechones azabaches, hundiendo sus dedos en el cuero cabelludo.
- Sabes que no vas a estar toda la noche ahí, ¿no? - Susurró tranquilamente, sin detener su acción. El contrario se removió.
Killua veía esta escena y saboreaba el sabor a miel azucarada en su lengua.
Rió bajo. Alejó su guitarra a un lado de él y con cuidado levantó la cabeza de Gon para estirar sus piernas. Sostuvo su espalda y lo cargó, apegando su cuerpo con el otro.
Miró el rostro pacífico de su amigo, solamente para ver qué no haya algún indicio de que se despertara. Nada.
Dió fin a su investigación y recostó al pelinegro en la cama, con él también a su lado.
Inhaló y exhaló rápidamente aire ante sus nervios. Sus manos picaban y sus mejillas se tornaban carmesí ante la idea próxima en su mente.
Lentamente, acercó su cuerpo al de Gon, recargó su mentón en el cuello y lo abrazó. Escuchó los latidos de su propio corazón, sintió nuevamente calor y su cuerpo se tranquilizó.
Subió a ver su rostro y observó ansioso sus labios. Obtener algo tan íntimo como un beso del mismísimo Freecs era más que un capricho, era una tentación.
Las ganas de tocarlos, probarlos y saborearlos lo consumían.
Cerró sus ojos y reguló su respiración, cayendo en los bostezos y calor corporal del ojimiel se rindió. Aspiró por última vez su perfume y durmió plácidamente en sus brazos.
Gon entre abrió un poco uno de sus ojos y sonrió.
Posó sus manos en las caderas contrarias y devolvió el abrazo.
La luz de la Luna entraba por la ventana iluminando la tierna escena, donde dos chicos correspondían silenciosamente el amor que se tenían el uno con el otro.
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