T.J.I

Iniciando

Hola soy Lesly, tengo 17 años y quiero contarles de mi corta vida y lo que sucedió hace 3 años.

Era vacaciones y yo iba de visita a la casa de mi abuela, para esto días anteriores mi padre vino borracho y tuvimos una discrepancia, ya era usual porque el es alcohólico pero aún así a cualiera molesta que venga a tu casa borracho y hablando cualquier cosa, eso me daña.

Me molesté demasiado y decidí irme con mi hermana Belén de 12 años a pasar las vacaciones ahí.

Después de dos días nos enteramos que esa misma tarde venía de visita el esposo de mi tía Rosy con su hermano, ambos vivian en otro departamento. Nos alegramos porque pensábamos que nos traerían obsequios.
Llegaron a eso de las 5 de la tarde pero sin presentes, todos estábamos reunidos en la sala jugando Rumi, es un juego de mesa que jugábamos desde pequeñas, los invitamos a jugar hasta nos quedamos jugando solo mi tío, su hermano, Belén y yo.

Luego de un par de horas me sentí incomoda porque el hermano de mi tío de nombre Raúl, me veía mucho, así de que los dejé jugando a ellos.

Al día siguiente recibo una llamada de mi padre queriéndose disculpar, la verdad no le creía ni una sola palabra, realmente no sentía que se disculpara porque al disculparse uno intenta ya no cometer el mismo error pero para él ya era común venir cada fin de semana borracho y hacer escándalo, me molestaba demasiado pero creo que por otra parte ya me había acostumbrado porque sucedía lo mismo desde que mis padres eran solo enamorados ósea mas de 16 años y yo tenía apenas 14. Bueno, decidí disculparlo pero se lo dije con un nudo en la garganta, era mi padre y no me gustaba verlo en ese estado y más aún cuando es poco tiempo que lo vemos al mes.

Llegando la tarde, después de almorzar, mi abuelita nos dijo para salir a pasear en familia, aceptamos con entusiasmo ya que no éramos de salir en casa. Nos sentamos en las bancas que estaban en un parque a unas cuadras de la casa.

- "Vallan a jugar, aprovechen sus vacaciones"- Dijo mi abuelita toda risueña.

Transcurriendo unas horas, comenzaba a oscurecer y decidimos regresar a casa.
Al llegar estaba mi tío y Raúl, veían una película y la terminamos de ver con ellos.

Una semana después, estaba en mi cuarto, me estaba vistiendo, siempre me ha gustado estar bien arreglada, maquillarme y ponerme alhajas.
Ese día me puse un brustier floreado azulado, el cual terminaba en mi cintura, con una falda circular de color negro que era desde donde terminaba el brustier hasta media mano arriba de la rodilla y unas zapatillas bajas negras. Al terminar de arreglarme me percaté que había pasado dos horas y eran las cuatro de la tarde, aún no había almorzado.

Escucho la puerta abrirse y que entra una persona llamándome, era Raúl que había subido al segundo piso donde se encontraban las habitaciones me decía tras la puerta que me apure porque mi abuelita estaba preocupada porque no había bajado a almorzar, salí de mi cuarto y se me quedó viendo mucho, me sentí incomoda, sentía que estaba descarada pero no era muy corta la falda.

– ¿Bajamos?- le dije incómoda,

- Claro- respondió reaccionando.

Ese mismo día en la noche mí hermana, mi tío, Raúl y yo estábamos en la sala del segundo piso viendo dibujos animados, nos reíamos mucho hasta que mi tío decidió ir a descansar, a los pocos minutos se fue la luz y nos quedamos a oscuras, le levanté para ir a los servicios y me resbalé. Raúl me ayudó a levantarme, me dolía demasiado la espalda, me dijo que me haría masajes, no quise pero al insistir acepté.

Empezó a hacerme masajes en la espalda, los normales, como Belén estaba a mi costado no me sentía preocupada pero poco a poco empezó a bajar las manos, me asusté

– Ya se me pasó el dolor gracias- le dije asustada y un poco alterada.

Volvió la luz y seguimos viendo televisión hasta que mi hermana se levantaba para ir a descansar y yo la acompañé.

A los 10 minutos Raúl hizo lo mismo.