21:30 en algún bar de flores, buenos aires.
un leve aroma a café que se entrelaza con notas de alcohol, tonalidades marrones y rojizas, una luz tenue; el paraíso de los corazones solitarios que vagan por las noches.un jóven exequiel fumaba y tomaba un whisky bastante fuerte, como de costumbre. generalmente observaba los cuadros del bar una y otra vez, buscando detalles nuevos, pero esta vez sus ojos se posaban sobre un hombre mucho mas grande que él.
era un duelo de miradas, iban y venían, un conflicto armado de sentimientos callados pero que eran obvios por lo que las ventanas a sus almas indicaban.
su rival era juan román riquelme, "romancito" lo había llamado la amable muchacha que atendía el local."La veo casi como un demonio
Y rasco la alfombra por su amor, aySaludable y católica
No le gusta que ande solo
Se ha montado en mi nariz
Y es para mí la mejor fruta""semen-up" sonaba de fondo, una banda sonora ideal para su batalla de miradas y gestos. román contraatacaba y a exequiel se le dificultaba ganarle a su rival sin sonrojarse levemente.
el menor le dio una calada profunda a su cigarrillo, dejo que el humo le queme un poco los pulmones y lo dejó salir lentamente, a la vez que sonreía tontamente mirando a román. el contrario entendió que era una invitación a ir con él, y eso hizo."¿cómo te llamas?" preguntó exequiel mientras aireaba su bebida.
román sonrió levemente, casi invisible.
"decime romancito..." respondió.
exequiel volvió a posar su mirada en el hombre, lo invadía, era profunda y oscura. le dio un trago a su whisky y lo dejó en la barra.
"a mi decime changuito." le dedicó una sonrisa y le acarició la mejilla. román disfrutaba su tacto, le recordaba a su madre. sus manos tenían la misma calidez.
el mayor pidió un whisky también, el mismo que exequiel tomaba. mientras esperaba, seguía explorando su cuerpo sin vergüenza. le gustaba lo misterioso que el chico se veía, lo intrigaba a conocerlo más y descubrir que sorpresas podría llegar a tener.
"nunca te vi por acá, ¿por qué viniste?" preguntó el menor.
román le sonrió a valeria cuando le entregó su bebida, ella era la amable muchacha que anteriormente lo había atendido con total confianza.
"me llamaba la atención el lugar y hace poco me mudé por acá cerca. ¿vos venis mucho?" le respondió y preguntó, dándole un sorbo al whisky.
exequiel rió con valeria.
"al chango ya lo tengo viviendo acá, más o menos. ni le cobro las bebidas, y como veo que le caes bien yo te invito el whisky." dijo ella.
román sonrió ampliamente y miró nuevamente a exequiel, quién sonreía y miraba a la muchacha con cariño. ¿era su novia? le daba celos sin motivo. todavía no sabía nada de él, pero algo le decía que lo conocía de toda la vida. como si fuesen predestinados.
exequiel le guiñó el ojo a la mujer y ella fue hasta su computadora, cambió la canción, ahora sonaba "mi perro dinamita".
"¿sabés bailar rock?" le preguntó a román, levantándose de su asiento.
"me defiendo..."
exequiel lo tomó de la mano y se lo llevó a la pista de baile que había en el fondo del bar, otras personas bailaban, pero el centro estaba libre, como si los estuviese esperando.
comenzaron a danzar al ritmo de la música y de sus corazones, marcaban los pasos tan bien que parecían bailarines profesionales. sus almas se conectaron, como si se conociesen hace mil años, pero tan sólo habían pasado unos minutos. su baile se volvió íntimo, feroz y descarado; miradas fugaces que iban y venían, tactos ardientes y sonrisas que decían mas que mil palabras.
el resto los observaba, con envidia o admiración, pero llamaban la atención de una u otra forma.terminó la canción y todos aplaudían, espectantes del amor y la pasión creciente entre ambos. exequiel tomó a román por su nuca y lo besó suavemente, le provocaba al mayor algo diferente que jamás había sentido, similar a una fiebre que te marea, pero le encantaba sentir el fervor de los labios del contrario sobre su boca.
román le acarició la mejilla suavemente, se separó del beso y observó los brillantes ojos del otro. acarició sus labios con sus dedos y los miró un buen rato. moría de ganas de besarlo hasta perecer a su lado, pero era demasiado pronto para hacérselo saber.
"¿vamos al baño?" preguntó exequiel.
el mayor se sentía electrocutado, no podía ni moverse, pero asintió y se fue de la mano al pequeño baño del bar. estaba limpio, decorado con luces rojas y varios cuadros mal hechos que ahora le parecían obras de arte como la mona lisa.
se encerraron en ese cuartito y se dejaron llevar nuevamente por la música y lo que sus almas ordenaran.ahora se besaban desesperadamente, se tocaban y morían por fundirse en la carne del otro. román mordió el labio de exequiel, le acarició la cintura y sonrió hipnotizado. como en "el libro de la selva" la serpiente hipnotizaba a mowgli, el mayor se sentía a merced del chico que lo miraba con tanta lujuria.
"no podés ser tan... lindo..." dijo y le acarició el cuello y el pecho. "¿de dónde saliste? ¿en dónde estuviste todo este tiempo?" preguntó.
exequiel sonrió y se arrodilló, comenzó a bajarle los pantalones al mayor y enterró su cara en su hombría aún cubierta por una fina tela que no molestaba, aún. román estaba duro, el chico le provocaba algo indescriptible, inefable, que en palabras conocidas no se podía definir.
román jadeaba al sentir al menor oliendolo, le sostenía la cara en ese lugar y rogaba que el tiempo pase lo mas lento posible."pendejo de mierda, soy un tipo grande, no me podés hacer esto." dijo entre jadeos.
el chico reía y lo miraba.
"¿y por qué no?"
el menor pasó su cálida lengua por el miembro de román, para luego bajarle el bóxer y comenzar a masturbarlo. el mayor se sostenía de la bacha, sentía que podía colapsar en cualquier momento por el tacto del contrario sobre su cuerpo.
sintió que iba a acabar, pero se sorprendió cuando el otro dejó de tocarlo.exequiel se paró y bajó sus jeans, revelando que estaba usando una tanga roja. movía su culo en la erección del contrario, román lo tomó de la cintura y fingió estocadas. ahora era el menor quién lo deleitaba con sus gemidos suaves y suspiros.
fue el chico de pelo platinado quien llevó dos dedos a su boca, se corrió la tanga y comenzó a cogerse a si mismo."a-ah, romi, ¿querés cogerme?" gemía.
la última persona que le decía así era su ex, a quién ahora odiaba. detestaba ese apodo, pero quizás ahora le había agarrado cierto cariño luego de oírlo salir de la boca del chico de sus sueños.
exequiel quitó sus dedos y román se arremetió contra él sin cuidado. le sostuvo las manos atrás de la espalda y lo hizo maldecir como nunca antes.
la música se mezclaba con el eco de sus gemidos, los chaspoteos eroticos de sus pieles sudadas y las malas palabras que ambos escupian, producto de su calentura."¡acabame adentro!" chilló exequiel mientras se retorcía, manchando su tanga roja con su semen.
román no duró mucho, estaba demasiado caliente y exequiel lo apretaba muy bien, como si fuesen el uno para el otro, por lo qué le hizo caso y expulsó su semilla dentro del menor.
sus respiraciones estaban agitadas, y como pudieron se arreglaron antes de salir del baño. valeria los miraba desde lejos, risueña, sabía perfectamente lo que habían estado haciendo.
"¿vamos a mi departamento?" propuso exequiel.
román asintió. "pero sólo si bailamos un buen rock y nos tomamos un vino." condicionó.
el menor asintió y se lo llevó a su departamento sin dudarlo, en dónde pasaron la noche charlando y bailando, como un matrimonio recién casado. se preguntaban en silencio que sería de su futuro, pero preferían responder luego.
ahora, viven el presente en un departamento en flores. son las doce de la noche y el aura del amor es más fuerte que nunca.
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𝐑𝐎𝐂𝐊 𝐀𝐍𝐃 𝐑𝐎𝐋𝐋 » 𝖾. 𝗓𝖾𝖻𝖺𝗅𝗅𝗈𝗌 & 𝗋. 𝗋𝗂𝗊𝗎𝖾𝗅𝗆𝖾
Fanfictionㅤㅤㅤ✧˚ ₊‧ en dónde román y exequiel unen sus almas bailando rock and roll.