Jade

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Juan siempre pensó que había nacido en el cuerpo equivocado, que el nombre que le dieron estaba mal, simplemente se veía de una manera en la que nadie más parecía verlo. Los vestidos y faldas que su madre le compraba simplemente le hacían sentir incomodos, siempre insistió en usar pantalones como su hermano Drako, pero siendo de una familia tan religiosa siempre se lo negaban, él debía vestirse como la niña que es, pero Juan no se sentía como una niña.

Una vez cuando tenía seis años lo habían dejado solo en casa ya que su hermano tenía una pijamada con algunos amigos y sus padres tenían un evento donde solo asistían adultos, pensaron que Juan podía ser lo suficientemente responsable para pasar la noche solo en casa. Su madre le había dejado comida que podía calentar, su única instrucción siendo que sin importar quien tocara la puerta no debía de abrirla, que tanto ellos como su hermano tenían llaves de la casa y si alguien le pedía abrir seguramente tenía malas intenciones. Al castaño realmente no le importo demasiado esa instrucción, el solo podía pensar en que finalmente tendría una oportunidad para hacer lo que quería sin que nadie lo detuviera. “No te preocupes mi pequeña Jade, para cuando despiertes mañana ya estaremos en casa.” Dijo su padre dándole un abrazo a su pequeña princesa como despedida. “Lo se papá, estaré bien. ¡Parece que tú tienes más miedo de que me quede sola que yo!” En aquel entonces, Juan era la adoración de su padre, su tesoro más preciado, aquel pequeño no tenía idea de que tan rápido pueden cambiar las cosas.

Tras despedirse una vez más sus padres lo dejaron solo, Juan se aseguró de esperar hasta que ya no pudiera escuchar el auto antes de correr al pequeño almacén que tenían en su patio. En aquel almacén había una bolsa llena con ropa vieja de su hermano que iban a donar, Juan no tardó mucho en buscar entre la ropa algo parecido a su talla para poder ponerse, finalmente podía usar pantalones y camisas que no fueran de algún color rosa o morado, le gustan esos colores son bonitos, pero siempre ha querido usar azules y negros, colores que su padre recalca son masculinos y que una dama no debe usarlos, a Juan eso le parece algo tonto simplemente son colores, su padre nunca se queja cuando usa esos colores en sus dibujos, no entiende cual es la diferencia.

Al encontrar ropa que le gustara corrió a su habitación para cambiarse, le quedaba algo grande después de todo su hermano siempre ha sido alguien bastante alto, pero aun así le gustaba como se veía, por primera vez se sentía cómodo con lo que estaba usando. El castaño se miró en el espejo y estaba feliz con lo que estaba viendo, pero aún no se sentía correcto, su pelo seguía siendo demasiado largo para su gusto, su mamá siempre le hacía bonitos peinados decorando su cabello con flores o listones. Él siempre había pedido que le dejaran tener el pelo más corto, su madre insistiendo que al ser una niña su pelo debía ser largo porque la hace ver más bonita, para él eso no tenía sentido, su princesa favorita Rapunzel tenía el pelo corto y seguía siendo bonita, ¿Porque sería diferente con él? Además, el pequeño siempre pensó que sería más sencillo manejar su pelo si fuera tan corto como el de su padre o el de su hermano y quizá era el momento de poner eso a prueba.

El niño empujo una silla de su comedor hasta su baño, subiéndose en ella para alcanzar a verse en el espejo sobre el lava manos, había tenido una idea que quizá no fue la más inteligente, pero en ese momento tampoco había nadie que lo pudiese detener. Juan tomo las tijeras del kit de costura de su madre y comenzó a cortarse el cabello, claramente al ser un niño pequeño y no tener la más mínima experiencia cortando cabello el corte le quedo disparejo en varias partes, pero eso no parecía importarle. Juan dejo las tijeras sobre el lavabo, mirando su reflejo por un momento antes de sonreír, si puede que su pelo estuviera mal cortado y que la ropa no le quedara a la medida, pero eso realmente no le importaba porque en ese momento por primera vez se veía por fuera como se sentía por dentro.

Juan paso el resto de la noche con esa ropa, calentando su cena mientras veía caricaturas, realmente no tenía permitido comer viendo la tele ya que las comidas siempre eran en familia, pero bueno, nadie tiene por qué enterarse, además, estaba cenando solo así que realmente no estaba rompiendo ninguna regla. El castaño se quedó despierto tan tarde como pudo, en parte limpiando el cabello que se había cortado, pero también queriendo usar esa ropa todo el tiempo que pudiera, eventualmente tuvo que ponerse el pijama y volver a dejar la ropa en la bolsa de donaciones antes de ir a dormir, su cabello no lo podía volver a poner en su lugar, pero eso no era tan malo, su pelo largo siempre le dio mucho calor, su pelo corto se siente mucho mejor.

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⏰ Última actualización: Dec 20, 2023 ⏰

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