Capítulo 2.

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En la aldea, Balaam estaba verdaderamente concentrado en cada uno de los candidatos, debía ser minucioso porque no solo se trataba del próximo líder de la tribu que por derecho le fue asignada, sino del futuro y la felicidad de su hija. Él se consideraba un buen padre, porque aunque su mujer no había podido darle más hijos, él no buscó a otra, solo se conformó con Huáaneri y la crió para que fuese lo que él aspiraba que fuera.

Entre éstos jóvenes aspirantes, destacaba uno, el cual era conocido por sus habilidades de gran cazador, tenía un talento innato para el manejo del arco y poseía conocimientos en trampas para cazar. Además de su inteligencia evidente, tenía esa aura imponente, lo cual le era bueno para ser un líder. Aunque había un problema y es que este muchacho con magníficas habilidades era descendiente de los Günatyz y por alguna razón eso a Balaam le preocupaba, porque a su mente venían muchos recuerdos del pasado y las deudas que tenía con la vida por su actuar en aquellos tiempos.

- Vendrás a la cena de esta noche. - le dijo el actual líder al muchacho, lo cual era buena señal para él ya que esto significaba que lo estaba tomando en cuenta. - Ya sabes cuál es el protocolo a seguir. - terminó.

Esa misma noche se organizaría un festín para anunciar al prometido de la princesa, donde miembros de otras comunidades importantes asistirían para conmemorar tal acontecimiento. Poco se hacían estos arreglos ya que en su mayoría, los herederos eran varones, pero como en este caso era una princesa, se haría la celebración y desde hace mucho no habían buenas noticias más que aquellas de nuevas alianzas que ameritan fiesta, comida en abundancia, bebidas y bailes; esta vez sería un evento de gratitud y compromiso, algo que para muchos era una bendición ya que poco se podía celebrar.

- Mi señora, debo hablar algo con usted. - se acercó de pronto una servidora para susurrarle en el oído a la esposa de Balaam.

Esta se preocupó, ya que si se le acercaban de esa manera, seguramente era algo de lo que su esposo no debía enterarse. Miró hacia los lados y notó que en efecto, Balaam se había dado cuenta de que algo ocurría, por lo que procedió a actuar de inmediato antes de que preguntara y no supiera qué responder.

- Permiso, me retiro un momento. - indicó y mirando hacia su esposo, hizo una leve reverencia. - Mi señor.

Se marchó de inmediato, hacia su habitación privada seguida de sus servidoras.

- Dime qué ha pasado ahora. - se sentó en un enorme sillón con delicadeza, poniendo su mano en la frente. Intuía que algo andaba mal.

- Es la princesa, mi señora - inició la muchacha, quién recibió una mirada preocupada. - Un guardia me dijo que la vieron entrar al bosque.

Amaité, madre de Huáaneri, se levanta de inmediato y toma a la chica por los hombros para exigirle que hable más.

- No lo sé, solo me dijeron que la vieron entrar sola y no ha regresado desde entonces.

- Esta niña va a causar un gran problema, ¡lo presiento! - dijo histérica. - Anda, ve y dile a Karai que vaya con algunos de sus hombres a buscarla. Trata de ser cuidadosa, no quiero que Balaam se de cuenta de que algo está pasando. Ve y dile que me la traigan lo antes posible. - dio la orden y la joven sin más demora, obedeció.

Karai era un guardián de suma confianza, aquel quien le hacía favores a la esposa de Balaam. Fue la mano derecha del antiguo líder y aunque ya no estaba en su puesto como dirigente de las tropas, seguía operando para la aldea como estratega principal. Su aprecio por la princesa y la señora Amaité era tan grande, que de su propia cuenta se encargaba de velar por el bienestar de ambas.

Por su parte; Huáaneri se encontraba intentando regresar a su aldea, no se había dado cuenta de que caminó demasiado cuando simplemente se vio en un camino que no reconocía. Estaba asustada, más por el hecho de estar en un lugar prohibido y peligroso, que por el problema en el que de seguro se metería con su padre si se enteraba que había cruzado más allá del límite establecido por él mismo.

Hijo de Luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora