•°¯'•• 𝓛𝓪 𝓮𝔁𝓽𝓻𝓪ñ𝓪 𝓵𝓾𝔃 𝓭𝓮𝓵 𝓫𝓸𝓼𝓺𝓾𝓮 ••'¯°•

4 3 0
                                    

Comencé a ir más seguido a la montaña después de ver extrañas luces, mi amiga Emily me acompañaba puesto que ella sabía lo especial que es visitar las montañas para mí, esa era mi razón de ser y de vivir.

Con nuestras linternas en mano, subimos hasta la hermosa colina despejada, el bello árbol en el centro nos dio la sombra para descansar y merendar

—¿esperaremos al atardecer? —

—no Emily, no creo que sea la mejor de las ideas, cuando oscurece el bosque cambia por completo —

—pero aún no vemos lo que origino las luces, quizás de noche podamos ver —

—¿si sabes que es una locura lo que estás diciendo? —

—bien Manu, en cuanto llegue a casa te regalaré algunas toallas para tu menstruación niña —

—carajo Emily, ¿eres muy valiente?, pues vamos, tú ganas —

Compartimos unos chocolates y nos sentamos al pie del árbol mientras Emily me contaba como su novio la terminó el día después de haber tenido relaciones íntimas.

La di una palmada en la espalda con bastante fuerza para fastidiarla.

—idiota — me respondió dándome otra

Comencé a reír y luego le di un abrazo

—ya sabias que eso sucedería, pero me ignoraste —

—negarse a vivir experiencias por miedo a lo que pueda llegar a pasar es como prohibirle a un estudiante aprender en la escuela —

—oh, nos pusimos filosóficos, pues digamos que tu fuiste la estudiante y él el conserje —

—no es gracioso Manu, ya veo por qué Camila te dejó plantado tres veces —

—ah no, no me salgas con esas, además no perdí mi tiempo, de hecho, fui a comprar unas cosas después de esperar una hora —

—no cambias, siempre tienes una respuesta para defenderte de cualquier cosa —

—Emily, sabes que soy como un abogado desempleado —

—mjjmm, eso me consta— murmuró Emily

Comenzaba a bajar la temperatura, ambos nos sentamos hombro a hombro contemplando el atardecer.

—tengo frio, creo que deberíamos marcharnos, en el bosque la oscuridad es superior —

—Manu, ya estamos aquí, esperemos un poco más a ver si encontramos las luces —

—Emy... —

—no pasará nada, estaremos bien — me respondió tomándome del brazo y haciendo caras de niña

—bueno, me sentaré un rato, tu quédate atenta, y avísame si ves algo —

Me tapé el rostro con la gorra mientras me acostaba cómodamente a los pies del árbol.

No sé exactamente cuantos minutos pasaron, pero Emily se mantuvo en silencio todo el tiempo, yo bastante confiado me dejé llevar por el aburrimiento hasta quedarme dormido de forma inesperada.

Comencé a sentir mucho frio, estiré mis manos a los lados buscando mis sabanas, al sentir la hierba en mis dedos, me levanté de sobresalto recordando que me encontraba en la montaña y no en mi cama.

Con la visión borrosa y la oscuridad del lugar, llamé en voz baja.

—Emily, Emily, ¿qué pasó?, no te veo —

Me concentré en la oscuridad buscándola entre las siluetas difusas del bosque, pero no veía nada

—puta madre, no debí hacerle caso, ¿Emy?, ¡¡Amiga!!, ¿EN DONDE ESTAS? — grité con la voz partida del frio y los nervios

La extraña luz del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora