Capítulo 9: After Dark.

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Nezuko's POV:

-¿Puedes leer en alto para mí?- Su roce me puso nerviosa, podía notar su calidez por mi espalda. El brazo que me rodeaba había aprovechado mis piernas alzadas para posar su mano en mi rodilla izquierda, no sabía qué hacer.

-S-sí, claro.

-Bien.- Su mirada se posó en el libro, volví al principio del primer capítulo y comencé a leerlo en alto.

-Una menos diez de la noche. Perfil de una gran ciudad. Captamos esta imagen desde las alturas, a través de los ojos de un ave nocturna que vuela muy alto. En el amplio panorama, la ciudad parece un gigantesco ser vivo. O el conjunto de una multitud de corpúsculos entrelazados.

-¿Qué es un corpúsculo?- Noté como giró su cabeza y su nariz rozaba con mi mejilla derecha. Por un momento dudé de poder contestar.

-E-es una porción muy pequeña de materia. Por ejemplo, las terminaciones nerviosas de tu piel que se encargan del tacto o los receptores de tu piel que notan los cambios de temperatura.

-Entiendo. Sigue.- Volvió a girar la cabeza hacia el libro.

-Innumerables vasos sanguíneos se extienden hasta el último rincón de ese cuerpo imposible de definir, transportan la sangre, renuevan sin descanso las células. Envían información nueva y retiran información vieja. Envían consumo nuevo y retiran consumo viejo. Envían contradicciones nuevas y retiran contradicciones viejas. Al ritmo de las pulsaciones del corazón parpadea todo el cuerpo, se inflama de fiebre, bulle.- Su pulgar había comenzado a acariciar mi rodilla, seguía leyendo en alto pero no le prestaba atención. Su roce me distraía, podía notar mis pulsaciones subir con él tan cerca y él pudo notar como mi dictado se relentizaba.

-¿Estás bien?- Sus palabras aclararon mi mente y volví a la situación de forma consciente.

-S-sí, lo-lo siento. Dame un segundo.- Acomodé mis piernas y él retiró su mano de mi piel desnuda para apoyarla en el respaldo del banco. Noté como se aclaraba la garganta mientras se movía en el sitio, yo continué la lectura.-Un mar de luces de neón de distintos colores. Es lo que llaman un barrio de ocio. Las enormes pantallas digitales instaladas en las paredes de los edificios han enmudecido al aproximarse la medianoche, pero los altavoces de las entradas de los locales siguen vomitando sin arredrarse música hip-hop en tonos exageradamente graves. Grandes salones recreativos atestados de jóvenes. Estridentes sonidos electrónicos. Grupos de universitarios que vuelven de una fiesta. Adolescentes con el pelo teñido de rubio y piernas robustas asomando por debajo de la minifalda.- Noté como se separaba de mí mientras seguía leyendo, acomodó sus piernas y luego pasó su brazo izquierdo por mi cintura, yo dejé de leer cuando él me acercó más a su cuerpo, haciendo que me recostara sobre su costado y que mi cabeza se apoyara en su hombro. Él notó mi silencio.

-Sigue.

-Una pareja de policías jóvenes hace la ronda por la misma calle con expresión tensa, pero casi nadie repara en ellos. A aquellas horas, el barrio funciona según sus propias reglas.

-Pues sí que suena como Tokyo de noche.- Me interrumpió. Yo seguí.

-Estamos a finales de otoño. No sopla el viento, pero el aire es frío. Dentro de muy poco comenzará un nuevo día.- Apoyó su mentón en mi cabeza y la mano con la que me rodeaba la cintura pasó a mi muslo izquierdo, estaba tan nerviosa que comencé a tener taquicardias. Decidí separarme de él y poner espacio. Pudo sentir mi nerviosismo y simplemente se aclaró la garganta y se sentó apoyando sus brazos en sus muslos, mirando al puente. Pasamos unos minutos en silencio hasta que decidió romperlo.

Draken • Ken RyugujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora