Corría en sus cuatro patas, sus orejas captaban cada sonido a su paso. Su jadeo dejaba un rastro del frío amanecer. La niebla cubría el sendero más sus agudos sentidos la guiaban hasta un gran lago. Intento tomar agua pero sentía que con cada sorbo no se saciaba. Totalmente entregada cerro sus ojos para tranquilizar su corazón. No supo en que momento volvió a ser humana, al abrirlos observo su rostro.
No pudo reaccionar al ver cómo de ese líquido oscuro salían dos brazos sujetandola hasta arrastrarla en las profundidades. Trato de safarse, sus pulmones gritaban por el rico oxigeno hasta que dejó de luchar.
Despertó sudada y muy cansada. Intento levantarse pero el dolor de cabeza por la caída se lo impidió. Como pudo camino hasta el baño, con el uniforme impecable decidio ir hasta su clase. Las malas miradas por parte de sus compañeros la habían ayudado a crear un mundo perfecto donde podía perderse por horas.
Entró al salón con la mirada perdida y el estómago gruñendo por la falta de alimentos. Camino y se sentó a la espera de un nuevo día. El invernadero estaba repleto de muchas plantas venenosas, marinas y muy tiernas.
El profesor Lucian Brown se encontraba alegre por la llegada de sus amadas tentaculas venenosas. Cuando cada estudiante que en este caso eran Hufflepuff y Slytherine estaban en sus respectivos lugares comenzo la lección.
Eris estaba muy agotada para recuperar los puntos de su casa le costó malas miradas que ignoro perfectamente. Sintió el familiar escalofríos de Asmodeus bajar hasta su brazo derecho. Disimuladamente colocó su mano cerca de una macetas donde el reptil sabiendo ya las indicaciones de su ama paso desapercibido.
Al quedar unos pocos minutos de clase Rellish guardo sus cosas tomó a Asmodeus y sin pedir permiso se retiró. No paso desapercibida ante la sorpresa de todos.
Con mucha meditación logro terminar su primer bloque de clases antes del almuerzo, no quería entrar al comedor. Paso hasta salir al patio, camino para distraerse. Se escondió entre unos arbustos. Pensó en Petunia y como tendría que alguna vez enfrentarla.
"¿Que pasa si te deja al igual que Alice y Elliot?"
Saco su varita analizando el material, sintió profunda tristeza porque la vida no era fácil para ella. Levanto la mirada al ver un búho sobre ella dejando caer una carta. La tomó abriendola, se dejó caer con los brazos extendidos en el pasto.
Sus padre invitaban a su tía y a ella a una cena. Quemó el papel, mirando las llamas cuando escucho pasos.
-Eris no creerás lo que pasa- era Nevan que miraba muy nervioso a todas partes. La chica se levantó rapidamente observando al chico -Es el grupo de James- tomó la mano de la peli blanca guiandola hasta donde un nudo de estudiantes observaban la escena.
Lo que pasó por la mente de Eris fue como había llegado ese tipo a donde estaba. Snape flotando en el aire boca abajo, su varita se encontraba tirada cerca de él.
James sonreía con su grupo de amigos a excepción de Remus que se encontraba cerca de una Lily sin saber que hacer.
Carraspeo para llamar la atención de Nevan y alejarse, sin embargo, al intentar caminar chocó. Un leve jadeo se escucho provocando que abriera los ojos para encontrarse cara a cara con Alice. Dos viejas amigas viéndose como desconocidas.
Las mejillas de la chica que estaba enfrente de ellos estaban rojas de la verguenza, se notaba que quería decir algo. Eris estaba muy dispuesta a no esperar, sabía que todo este show terminaría con la llegada de algún profesor. Fue en cuestión de minutos cuando varios estudiantes se acercaron rodeando la escena. Paro repentinamente, Nevan estaba viendo esa cruel burla. Miro a su acompañante como una suplica silenciosa de que detuviera tal acto cruel.
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.