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(Pov Kazuha)

Estabamos tomando desayuno con Kaede, ya tiene 8 meses de embarazo y en cualquier momento puede nacer nuestro hijo. Desde que supe la noticia que seriamos padres fui la persona más feliz del mundo, siempre quise tener un hijo.
Gracias a los dioses que la persona que cumplió mi deseo es la mujer más hermosa  de todo Teyvat.

—Ya estoy llena.—Se acomodó en la silla por su gran vientre.— ¿Hoy a dónde iremos?

Limpié mi boca con una servilleta.— No iremos a ningún lugar. Quiero que descanses para que no te duela la espalda.— Tiene una sonrisa tan linda.

— Está bien.— Se levantó de su silla con dificultad y le ayudé.— Gracias, eres tan atento.

Negué con la cabeza.—Esto no es nada, sé que no debe ser cómodo tener un bebé dentro tuyo y que aveces te patea.— He escuchado múltiples quejas por eso.— Kairi vendrá en la tarde, dijo que tenía bastantes regalos.—Kaede comenzó a llorar y me asusté.—¿Qué pasa, querida?

—Es que...— Se limpió las lágrimas.— ¡Tu hermana es tan adorable, me ha ayudado bastante durante mi embarazo!— La abracé mientras lloraba. Se volvió tan sensible.— Todos los Kaedehara son tan preciosos.

— Tranquila, mi hermana te quiere demasiado y quiere que estés feliz.— Tomé sus mejillas y las acariciaba.— Te amo demasiado, ¿Lo sabías?

Gracias a los dioses, dejó de llorar.— Yo también te amo mucho.—Apoyó su cabeza en mi pecho.— Ya quiero que nazca nuestro bebé para que vea el maravilloso padre que tendrá.

— Tú también serás una madre increíble.— Le hice cariño en el pelo y me percaté que su panza se movía.— Creo que está pateando.

Puse mi mano en su barriga y el bebé pateaba con gran fuerza.— Creo que se emocionó al escuchar a su padre.— Me puse a la altura de su barriga.

— Te estamos esperando con ansias.— Le di un beso y me levanté.— Deberías descansar, cariño.— Anoche no durmió bien porque sentía mucho calor.— Yo te despertaré cuando llegue Kairi ¿Si?

Me dió un beso y asintió. Se fue caminando lentamente a nuestro dormitorio y suspiré un poco cansado. 

Fui a un cuarto que estaba vacio y acomodé algunas cosas que nos han regalado para nuestro hijo, mi hermana ha exagerado un poco con todas las cosas que nos dió pero la entiendo, yo haría lo mismo si llega a tener un hijo con él.

Al comienzo fue tenso convivir con Fujin pero con los meses hemos logrado ser un poco más cercanos. Ambos nos esforzamos por el bien de la familia que seremos.

He pensado en la idea de que deberiamos vivir en un lugar fijo por un tiempo. No creo que sea apropiado para un niño vivir dentro de un barco, se lo diré a mi dulce chica cuando nuestro hijo nazca.

Dejé todo ordenado para que Kaede no se preocupe por nada, quiero que este bien y que nada perturbe su tranquilidad.

—¡Kazuha!— La voz de mi hermana me sacó del trance.— Tuve que abrir la puerta porque no contestabas, ¿Estás bien?

— Estoy un poco cansado.— Me reí un poco.— Hola, Fujin.— Devolvió el saludo.— Sientanse cómodos.

Fujin venía con varias bolsas, supongo que son más regalos para nuestro hijo.

—¡Traje más cosas para mi lindo sobrino!— Es tan adorable.— Ya queda tan poco, ansío conocerlo pronto.

Me entregaron las bolsas y era ropa de recién nacido junto a un libro de cuentos hecho a mano.—¿Quién hizo este libro?

El Sexto Herlado de los FatuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora