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     Me desperté entre las cálidas sábanas, sintiendo cómo mi cuerpo se estremecía. Una brisa helada serpenteó por la habitación, despertándome por completo. Un extraño sentimiento se apoderó de mí, sentí un impulso irrefrenable de correr. No quería abrir los ojos.

     De repente, algo o alguien se sentó sobre mí. Era muy pesado y se estaba frotando sobre mi. Sentí sus manos rodeando mis caderas, provocando una sensación de calidez y lujuria.

     Sus dedos continuaron explorando mi cuerpo , deslizándose primero por mis caderas, luego por mis muslos y finalmente...

     Sonó la alarma, recordándome que mis obligaciones no podían esperar.

     Rápidamente, la apague.

     Intente enderezar mi cuerpo, pero un intenso dolor en la espalda baja me lo impidió. Nunca había pasado una noche tan incómoda como la anterior. Miré a mi alrededor, tratando de orientarme en mi habitación. A pesar de ser acogedora, a veces sentía que era demasiado grande para mí solo. Me levanté con esfuerzo y me dirigí hacia la ducha. El suave rocío de agua caliente recorrió mi cuerpo, proporcionándole la relajación que tanto necesitaba después de una noche tan agotadora.

     Después de vestirme con mi traje y zapatos, me apresuré a desayunar algo rápido -un sándwich- . Aunque apenas probé bocado. Agarré mi bolso como siempre y me subí apresuradamente al coche, dirigiéndome hacia mi trabajo en la prestigiosa editorial Black Snow, considerada la mejor del país. Llevo ya 5 años trabajando allí, y esto se debe principalmente a que nuestro jefe es una persona extremadamente profesional. Además, todos los trabajadores estamos altamente capacitados.

     Agradecí que no había nada de tráfico porque ya iba tarde. Aparqué mi coche y fuí corriendo a tomar el ascensor.

     Miré la hora en mi celular y me percaté que tenía apenas 5 minutos para estar en la oficina.

     Mis manos comenzaron a sudar y mi corazón latía rápidamente mientras esperaba impacientemente a que el ascensor llegara a mi planta.

     Finalmente, las puertas del elevador se abrieron y me encontré con un grupo de personas que también intentaban apresurarse. Me abrí paso entre ellos, preguntándome cómo había llegado a esta situación tan estresante.

     Mientras subía, recordé el sueño que había tenido esa noche. Había sido tan vívido y extraño, pero tan real al mismo tiempo.

     Cuando llegué finalmente a mi planta, me apresuré hacia mi cubículo, tratando de no hacer demasiado ruido. Mi jefe no era muy conocido por su paciencia - Aunque sí por ser demasiado guapo - y sabía que mi tardanza seguramente no le sentaría bien.

     Entré en la oficina y vi a mi jefe mirando fijamente su reloj, con una expresión de disgusto en su rostro. Tuve que reprimir un escalofrío mientras me acercaba a él.

     -Lo siento, señor Yoo -dije sin aliento-Tuve un problema con el tráfico esta mañana.

     Mi jefe me miró durante unos segundos, sin decir una palabra. Me sentí cada vez más incómodo bajo su mirada intensa. Finalmente, decidió hablar.

     -Esto no puede seguir así Sr.Kang- dijo con voz autoritaria.

     Asentí con la cabeza, tragando el nudo en mi garganta.

     -Le prometo que no volverá a suceder-respondí.

     Mi jefe me miró fijamente, evaluándome. Después de unos momentos de incertidumbre, asintió lentamente.

     -Espero que así sea

     El trabajo en la editorial es muy pesado, en especial en la edición de manuscritos o en la supervisión de la producción.

     Me senté en mi escritorio a revisar por última vez una de las obras que había estado corrigiendo para sacar al mercado hasta que una voz profunda me sacó de mi concentración.

     -Señor Kang necesito que revise los siguientes libros que nos envió la Señorita Su-ji. <<La señorita Kim>> Es una nueva saga. cuando termine de revisar. Avíseme para concretar una reunión con ella.

     Mi jefe se alejó de mí y procedió a sentarse de nuevo en su escritorio pero no sin antes dedicarme una última mirada.

      -Alguien tendrá que hacer horas extrasss,otra vez-dijo alguien detrás de mí.

     -No me jodas Eun-ji-murmure

     La miré directo a los ojos tratando de parecer enojado

     -¡¡Ay!! no me pongas esos ojitos. Ahora ,dime ,qué saga te tocó.

     -Me puso la saga de <<La señorita Kim>>

     -¿Los 6 libros extensos que nadie quería?-frunció el ceño-Si no conociera bien al Señor Yoo diría que te odia ,pero es así con todos los del equipo. Si miras hacia atrás te darás cuenta que hoy a todos nos puso libros extensos.

     Me agarró la cara y me obligó a ver en dirección a otro cubículo.

     Allí, vi a todos mis compañeros de trabajo ocupados con pilas de libros apilados en sus escritorios. La expresión de desesperación en sus rostros era evidente. Respiré profundamente, tratando de contener mi frustración.

     -Así que todos tenemos que lidiar con esto hoy, ¿eh? -dije, resignado.

     Eun-ji soltó una risita y me dio una palmada en el hombro.

     -Vamos, Kang, al menos no te tocó esta tarea solo. Estamos todos en el mismo barco. Además, sabes que eres el mejor en esto. Seguro que podrás terminarlos antes que todos nosotros.

     Agradecí sus palabras de ánimo y me puse manos a la obra. Tomé uno de los libros de la saga y comencé a revisar su contenido.

     La historia resultó sumamente interesante, sin embargo, eran evidentes las correcciones necesarias, desde los signos de interrogación hasta la reformulación de las oraciones.

     Repentinamente, comencé a sentirme bastante fatigado. Necesitaba salir al aire libre, ya que me sentía mareado además experimentaba una sensación de calor agobiante.

     -Eun-ji ...yo...saldré un momento, no me siento muy...

     Mi visión se volvió borrosa. Mi mente se nubló, y a pesar de mis intentos por mantenerme en pie, mis rodillas cedieron y caí al suelo.

     El sonido de las voces a mi alrededor se desvaneció, y solo pude escuchar un leve zumbido en mis oídos. Mi corazón latía rápidamente, como si estuviera tratando de escapar de mi pecho. Traté de decir algo, pero solo salió un susurro inaudible.

     Las voces alrededor se volvieron distantes y las luces se desvanecieron. Mi cuerpo se volvió pesado y adormecido, y una sensación de frialdad me invadió. La realidad parecía desvanecerse a medida que me sumergía en la oscuridad.

    Me desperté en una cama desconocida y, para mi sorpresa, había una sombra robusta observándome. Sentí cómo mi corazón comenzaba a palpitar aceleradamente, víctima del pánico. La sombra se acercó lentamente, tanto que podía oír su respiración pesada.

     Colocó su nariz en el espacio entre mi cuello y mi hombro aspirando un poco ese espacio íntimo para luego lamerlo, me estremecí. Luego bajó por mi clavícula mordiendo un poco , acción que me sacó un pequeño suspiro. Sus manos frías se colaron por debajo de la camisa que llevaba puesta, cada toque suyo provocaba miles de sensaciones en mi cuerpo.

     Puso una de sus manos por dentro de la pretina mi pantalón.

     -Tu eres mío-. susurró aquella extraña criatura para luego desaparecer entre las sombras.

PeriasmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora