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     Me desperté en un cuarto blanco con implementos sanitarios , traté de ubicarme levantándome un poco de la camilla. Pronto me di cuenta que estaba en la sala de suministros.

     La cabeza me estaba doliendo demasiado, tal vez por el impacto. Estaba exhausto , jamás había experimentado sueños como los últimos.

     Justo en ese momento, una voz irónica me sacó de mi ensimismamiento.

     - En el trabajo no se toma siestas señor Kang- comentó con ironía.

     - ¿¡Disculpe!? - respondí, confundido y sin entender a qué se refería.

     Sin inmutarse, me entregó una bolsa de papel mediana que contenía un sándwich y un yogurt de fresa.

     - Toma, no hace falta que me devuelvas nada ,igual es hora del almuerzo- añadió mientras me observaba con una sonrisa y abandonaba rápidamente la habitación.

      Después de reponerme salí de la habitación como si nada hubiese pasado y volví a mi cubículo a terminar el trabajo ,sin embargo no pude concentrarme , era demasiado extraño que el Jefe Yoo una persona carente de cualquier emoción o sentimiento se preocupara por un simple empleado. ¿Acaso lo obligaron?.

     Volteé a mirar a Eun-ji la cual estaba tecleando en su computador.

     - Psst... Eun-ji Noona- la llamé en un susurro

     -¿Qué quieres? - respondió ,volteándose para mirarme entornando los ojos

     -¿Qué le pasó a el Señor Yoo?

     - ¿A qué te refieres, querido Dongsaeng? – inquirió, señalando con el dedo gordo hacia su cubículo mientras daba un gran mordisco a un pan que reposaba sobre su escritorio. - Él está igual de amargado y con cara de culo como siempre...

     - Es que me fue a ver al depósito cuando estaba... Ya sabes... Desmayado

     Ella se atoró y empezó a toser tan escandalosamente que todas las personas enseguida voltearon a mirarnos.

     No volví a hablar con Eun-ji después de ese incidente hasta que llegó el momento de irnos a casa. Afortunadamente, nuestro jefe no nos obligó a quedarnos a trabajar más tiempo, algo por lo que me sentí realmente agradecido.

     - Estoy molido, terminé 1 de los 6 libros que me tocó , además no dejo de pensar en lo sucedido con el señor Yoo.- suspire pesadamente

     - La verdad es que no conozco al Señor Yoo más que tú... él para mí es como el cálculo

     Deje salir una carcajada muy sonora

     - Si , es una persona de pocas palabras. Dejemos de hablar de él , en 2 meses y medio empieza la navidad ¿con quien la vas a pasar?

     - Con nadie, es muy probable que me quede a hacer horas extras o vaya a alguna discoteca a follar con alguien. 

     Mire al cielo estrellado. Su color azul oscuro hacía resaltar las estrellas y de repente me sentí solo ,¿Debería buscar a alguien que me pueda hacer compañía en fechas como estas?.

     Sacudí mi cabeza quitando esa pregunta totalmente absurda. Yo puedo sobrevivir solo, es mejor así.

     -¿Y tú? ¿Con quién vas a pasar la navidad?

     - Con mi novia, Daphne, se acaba de mudar de Estados Unidos, esta será la tercera navidad juntas.- exclamó con una gran sonrisa.

     - ¿No habían terminado hace 2 meses?

     Se me vino un recuerdo de Eun-ji mojando mi suéter de lágrimas y mocos.

     - ¡No! eso solo fue una pelea estúpida , ya ni me acuerdo por que peleamos.

     Seguimos caminando hacia los parqueaderos hasta que una figura oscura nos impidió el paso.

     -¡Señor Yoo! ,Que gusto verlo-exclamó Eun-ji con lisonja

     - Igualmente Señorita Eun-ji- respondió cortésmente-. Necesito hablar con usted un minuto Señor Kang.

     - Si, señor. Eun-ji mañana hablamos

     Eun-ji se marchó no sin antes darme una mirada curiosa.

     - ¿Qué me quiere comentar?

     -Es acerca de los libros que le había comentado van a alargar el plazo debido a que la autora tiene...asuntos que atender.

     - Eso es inesperadamente bueno... Gracias por avisarme nos vemos mañana Señor Yoo

     Decidí marcharme en ese momento, pero justo cuando estaba a punto de hacerlo, su mano se aferró a la mía y depositó un pequeño frasco de vitaminas en mi palma. Antes de que pudiera decirle algo, él se retiró rápidamente, dejándome con la incertidumbre de sus intenciones.

     -¿Qué demonios acaba de pasar? -me pregunté en voz baja mientras observaba el frasco en mi mano. Mi mente estaba llena de preguntas sin respuesta y no podía evitar sentir cierta incomodidad con toda la situación.

     Decidí guardar el frasco en mi bolsillo y continuar hacia el estacionamiento, tratando de no pensar en ello. Pero, a medida que avanzaba, las preguntas se iban acumulando.¿Por qué el señor Yoo me había dado esas vitaminas sin ninguna explicación?

     Llegué a mi coche y me senté en el asiento del conductor, mirando al frente sin realmente ver nada. Al cabo de unos minutos, saqué el frasco de vitaminas y lo examiné detenidamente. No había etiquetas ni indicaciones de ningún tipo. Solo unas pequeñas pastillas en su interior.

     Decidí tomar una y rápidamente sentí un dulce sabor en mi boca. Cerré los ojos por un momento, disfrutando de la sensación. Sin embargo, cuando abrí los ojos de nuevo, una extraña energía recorrió mi cuerpo.

     Sentí un escalofrío recorrer mi espalda y rápidamente guardé el frasco de vitaminas en la guantera.

     El resto del camino a casa fue un torbellino de pensamientos confusos. ¿ por qué el señor Yoo me había dado esas vitaminas en primer lugar? Me sentía cada vez más inquieto.

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