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—¿Tu amiguito también dejo hablarte? Eso ganas por ser muy pesado.

Jeongin se encogió en su lugar, tratando de ignorar lo que había dicho uno de sus compañeros, toda la semana lo habían molestado diciéndole cosas en el aula, saliendo de la escuela, e incluso cuando se lo encontraba en el baño, por suerte era viernes y ya no tendría que verlos, al menos dos días.

El timbre de la campana sonó, dando por finalizado el último recreo del día, dos horas más y por fin podría irse a casa. Se levantó de la banca y a paso rápido comenzó a caminar hacia su aula. Últimamente buscaba el lugar más alejado posible del patio para sentarse y pasar el recreo solo.

Solo algunos de sus compañeros se le acercaban cuando estaba en el aula, cruzaban un par de preguntas y luego se iban, dejando a Jeongin solo, y tampoco tenía con quien pasar los recreos, porque con el único que pasaba los recreos y las clases era con el pequeño rubio.

El no tenía más amigos además de Felix.

Llegó a la pequeña conclusión de que Changbin tenía razón, si Felix no estaba, el se quedaba solo y sin ninguna compañía, siempre fueron los dos, y en ese momento necesitaba compañía, se sentía solo.

Lo extrañaba mucho, habían pasado tantos días que ya ni siquiera sentía que estaba dolido con él porque le había gritado, quería ir a su casa a abrazarlo y decirle que estaba ahí por cualquier cosa que necesitaba, pero algo que lo detenía en ir era que Changbin iba a su casa todos los días después de la escuela, lo había visto desde su ventana, y por más que quisiera ir a ver a su pecoso amigo, no quería incomodar ni hacer enojar a Changbin con su presencia.

No había vuelto a hablar con ellos desde ese fin de semana.

Así que su rutina consistía en levantarse temprano para la escuela, de hecho más temprano de lo que solía despertarse, desayunar con su mamá y caminar para llegar lo más rápido posible. Estos días estuvo llegando tan temprano que de hecho, tenia que esperar un par de minutos afuera, esperando a que la directora llegara y abriera las puertas. Al menos hubo un pequeño lado bueno, se hizo amigo del bibliotecario cuando este lo encontró sentado en la puerta de su aula esperando a que alguien abriera.

Ahora cuando llegaba, iba directamente a la biblioteca y ayudaba al bibliotecario a acomodar los libros que los alumnos desordenaban en el día.

Estaba a un par de aulas de llegar a la suya, así que aprovechó en ir al baño antes de entrar a clases, ya que el profesor no dejaba a nadie salir. Y se sorprendió al ver la hora en el reloj, habían pasado veinte minutos, cerró sus ojos dándose por vencido, seguro el profesor lo retaria por llegar tarde a su clase.

Frunció su ceño confundido al llegar al aula y ver que no estaba, todos sus compañeros estaban hablando, saltando y haciendo ruido. Así que se acercó a una de sus compañeras a preguntarle.

—Sabrina— la chica de ojos verdes dejó de armar aviones de papel y lo miró expectante— ¿El profesor aún no llegó?

—Hace unos minutos vino la directora a decir que el profesor no iba a venir, dijo que tuvo una emergencia, así que tenemos hora libre— respondió con una pequeña sonrisa.

—Oh, muchas gracias.

—No hay de que Jeongin— terminó dedicándole una pequeña sonrisa y volvió a los aviones de papel.

Jeongin se dirigió a su banco, pensando en que debería hacer para matar el tiempo, tenían dos horas libres, miró el lado de su banca vacio, que por lo general estaba ocupada por su amigo, hizo una mueca y cruzó sus brazos en su mesa para dejar caer su cabeza.

Podría dormir.

Estaba a punto de quedarse dormido cuando un papel con pegamento seco le cayó en su frente, despertandolo y llevando su mano a su frente para sobarse.

SINCE I SAW YOU [changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora