Mi día comenzó como cualquier otro, trabajando en la librería ordenando aquellos libros apilados que recién habían llegado y tenían aquel bello olor a libro nuevo que me hacía sentir una emoción inexplicable. Esa era una de las razones por las que trabajaba allí y además también amaba leer desde que tengo uso de razón.
El día estaba muy soleado, tanto que las personas que pasaban por aquellas calles donde había puestos en los que vendían ropa, artesanía y algunos objetos antigüos parecían estar derritiéndose, eso era muy extraño ya que en Londres el clima era muy nublado y lluvioso, el solo saber que hacía calor me ponía de muy mal humor ya que amo el otoño, una época en la que siempre había días nublados y lluviosos y me hacen sentir mucha tranquilidad y felicidad.
Mientras ordenaba chilló la puerta, eso significaba que alguien estaba allí en busca de un libro o tan solo para observar. En el preciso momento que gire a observar vi a un chico alto, con un pelo de aspecto suave, despeinado y de un color castaño con unos ojos grises que por momentos parecían ser azules los cuales me dejaron inmóvil y con tan solo mirarlos me intimidaba.- Buenas tardes, estaba buscando un libro llamado "Las ventajas de ser invisible", hace tiempo que lo estoy buscando pero es difícil de encontrarlo.- dijo con una mirada de frustración.
- ¡Si! creo que lo tenemos, acompáñame a buscarlo.
Me generaba una emoción inimaginable que un chico como él quisiera leer un libro como este. Una historia triste y un tanto conmovedora que no salían más palabras que eso de mi boca, eso era extraño, ya que suelo comentarle a los clientes lo que me atrajo del libro que van a elegir. Fuimos juntos a la sección juvenil donde había aproximadamente 376 libros ordenados por tamaño y otros simplemente apilados ,ya que eran una gran cantidad.
Era una zona tan silenciosa y tranquila que se escuchaban con claridad nuestros pasos. Estaba intentando alcanzar el libro que se encontraba arriba de todo pero no lo lograba.-¿Quieres que te ayude con eso?.- pregunta con una sonrisa en su boca.
-No, gracias, ya casi lo alcanzo .- aseguro
Cuando le entrego el libro para que lo observe roce su mano que era suave y sus dedos eran largos como los de un pianista. En el momento en el que alcé la mirada para verlo a los ojos noté que me había estado observando todo este tiempo y con tan solo fijar la mirada en sus ojos mirando directamente los míos sentí conexión, comodidad. Como si de la nada... estuviera completa. Un montón de estrellas alrededor de mis heridas.
No podía dejar de mirarlo a los ojos ya que la sensación de algo demasiado extraño pero lindo me invadía a la vez.-Perdón.- dijo mirando hacía abajo avergonzado.- Me...yo...eeh.- comentó poniendo su mano en el pelo como si se estuviera peinando.
Mi mirada se dirija al piso de madera y quedé pensando la situación incomoda que me acababa de pasar. Parecía que estaba tan embobada con el, que me generaba demasiada vergüenza.
- Disculpa, ¿te encuentras bien?.- susurró con un tono apagado.
-Eh si, solo... eeh.. estaba pensando....- respondí incomoda.- ¿Cuál es tu libro favorito?
No suponía que eso saliera de mi boca. Como siempre, abriendo mi boca en los peores momentos, y no, no me eche a reír como siempre. Decidí hacer el ridículo y preguntar algo que no tenía nada que ver.
Hubo un silencio corto que generó un poco de tensión al ambiente.- Buena pregunta-. exclamó pausado.- mi libro favorito es "Harry Potter y el prisionero de Azkaban".
Me pareció un poco clásica su respuesta pero me agradaba que sea Potterhead o que al menos le interesará. Desde muy pequeña amaba leer esta zaga y aún recuerdo perfectamente cuando pasaba horas y horas leyéndolo. Simplemente lo amaba.
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Dos almas destinadas a ser una
RomanceDos personas con vidas completamente diferentes. Una librería. Miradas entrelazadas. Una tarde otoñal en Londres es capaz de unir personas con ambiciones diferentes. Algo tan inesperado como también repentino al intercambiar miradas las cuales esta...