—¿Dónde está el Rey? —suelto de golpe dejando a las dos personas que estaban frente a mi atónitas—. Traigan al Rey. Ahora
— No estás en condiciones para hablar con el rey, no seas imprudente —dice el hechicero quien posa la palma de su mano en mi frente—. Al parecer el tranquilizante no te afecto, solo te hizo dormir gracias a los dioses
— ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué te trajeron en este estado? —pregunta Aine algo preocupada—. ¿Qué te hizo mi hermano? Habla por favor
Dudo unos segundos si contestar o no, pero al final termino cediendo ya que ella no tiene la culpa de nada. Encontré a uno de mis amigos en el centro... Me había estado buscando desde que se enteró que desaparecí y mis tíos también han intentado dar conmigo, sin suerte, claro está; empiezo a sentir como mis ojos se inundan de lágrimas y mi garganta se seca. Ellos han estado buscándome y yo no he hecho nada para dar con ellos... Lo he hecho nada para verlos y decirles que estoy bien—ya con la voz entrecortada cubro mi rostro para evitar la vergüenza—mientras ellos me buscan yo estoy aquí, en un castillo de ensueño con vestidos, joyas y todas las comodidades posibles
— Eso no es tu culpa. Tu no decidiste venir aquí y estoy segura de que ellos preferirían que estuvieras aquí que en cualquier otro lugar en donde estuvieras en peligro
— La Princesa tiene razón Náyade, ellos estarían mas tranquilos sabiendo que estas a salvo
Pienso unos minutos en lo que me dicen, mientras un silencio angustiante se forma en el ambiente perturbándome un poco así que les pido que me dejen sola y, que no se preocupen, que estaré bien y eso hacen, se van de la habitación no sin antes darme un abrazo y algo de comer en caso de que el apetito vuelva
A duras penas me levanto de la cama, dándome cuenta de lo oscuro que se encuentra el lugar, al acercarme al ventanal y abrir las cortinas me doy cuenta de que se encuentra sellada por unas pequeñas barras de metal en forma de red, evitando que cualquier cosa, entre o salga por ahí
Toda la furia y el enojo que sentía regresó a mi en ese instante... Todos los sentimientos que estuve conteniendo para evitar explotar para que no me mataran, todo había vuelto y esta vez no iba a quedarme callada ante el sádico Rey de Stralis, a quien todos temen por su mal carácter y poca paciencia. Me canse de guardarme todo por ser obediente ante ese demente que cree que por tener el poder puedo hacen conmigo o con cualquiera lo que le venga en gana y, no sabe cuan equivocada esta
Salgo de mi jaula corriendo en dirección a los aposentos de sádico, subo la escalera, cruzó varios pasillos y algunas puertas, cuando por fin me detengo delante de su habitación. Sin pensarlo mucho abro la puerta de un empujón buscando al soberano con la mirada apenas pongo un pie dentro de la alcoba
Cuando mis ojos dan con el camino con rabia, enojo, descontrol. Siento como hierve mi sangre de tan solo mirarlo, de saber que existe y está tan cerca de mi que puedo olerlo, tocarlo y es algo repugnante
— ¡Es un maldito sádico! —grito, pero no logró tener su atención—. ¡Usted es la persona más horrenda y despiadada que he conocido en toda mi vida!
— Me considero una persona muy racional y bondadosa, si me preguntas, pero cada quien es responsable del concepto que tenga de mí, sin mencionar lo poco que me aquello me importa
Me acerco a el lo mas que mi lado racional me la permite, tomando en cuenta que lo único que quiero es asesinar al monarca de este país
— Es un infeliz que nunca va saber que es ser "bondadoso" o "racional" ¿sabe por qué? —me planto frente a él, encarándolo mientras que en su rostro solo hay una expresión de desinterés—. Porque es un ser vil y repugnante, que disfruta de las desgracias de los demás, porque su ser, espíritu y alma están podridos, y déjeme decirle, que por más que pretenda ser perfecto por fuera, por dentro está tan, pero tan dañado que ni siquiera los dioses son capaces de buscar una gota de felicidad en su corazón que lo arregle
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La Elegida
FantasiaEl mundo es cruel con quién menos lo merece, eso lo que aprendí estos últimos años. Ser una joven apartada del mundo me hizo vulnerable, eso me ha llevado a estar dónde estoy ... Querer amar a un hombre que no quiere ser amado, puede ser lo más dolo...