Desde aquella linda noche, con la cual Minho soñó y estuvo distraído a cada rato, ya había pasado una semana. El recuerdo permanecía nítido en su memoria, como si el mismo se negara a ser olvidado o, mínimamente borroso.
Y de cierta manera, eso alegraba como nunca a Minho.
La semana que había pasado no ocurrieron sucesos fuera de lo común, ninguna palabra del evento fue pronunciada por ninguno de los dos chicos, a la vez que Minho tampoco planeaba volver a salir a aquel lugar, o siquiera volver a salir con Jisung. Sin embargo, al menos había tan solo un pequeño cambio: el ambiente entre Han y Minho.
Después de pasar horas sentados uno al otro con un propósito diferente al del inicio, y con varias dudas en las dos mentes que parecían una combinación entre tormentas y remolinos, el aire que se encontraba cada que se juntaban a resolver ejercicios y estudiar era diferente.
Quizás no era tan incómodo, ni tan tenso. Quizás era más amistoso y tranquilo, hasta tal vez le era alegre; pensaban ambos, con algunos pensamientos diferentes, pero al fin y al cabo, concordaban en los principales.
Ante los golpeteos suaves de la puerta, Minho reaccionó, saliendo de sus pensamientos para apurarse en abrir la puerta, sonriendo un poco al encontrarse al "culpable" de sus momentos distraídos al otro lado. Dio un paso hacia atrás, permitiendo el paso a Jisung, quien no dudó en entrar al segundo debido al frío de afuera.
Era temporada de invierno, las calles de Seúl, a pesar de no estar ya cubiertas de nieve, si mantenían muy bajas temperaturas constantes, lo suficiente como para que diez minutos fuera de cada una persona estuviera temblando de pies a cabeza y anhelando tomar un chocolate caliente, entre cálidas sábanas.
Y ante ese pensamiento, una idea surgió en Minho.
— Vamos, Jisung —dijo, empezando a caminar rumbo a su habitación con el azabache atrás suyo, quien, como siempre, mantenía su actitud callada.
Cuando ambos llegaron, los libros ya estaban encima de la mesa, ambos de sentaron y Han sacaba sus apuntes, con movimientos un poco flojos y perezosos, dando a entender su notable cansancio.
Minho hizo el de la vista gorda, teniendo paciencia con el otro chico y repitiéndole las veces que el pedía, y a la vez, esperando sus respuestas en una velocidad más lenta.
Al final, cuando Han pareció entender completamente el tema del que estaban hablando, le pasó una hija con unos cinco ejercicios para que resolviera; por mientras, Minho lo dejó, yendo al baño por un momento.
Lo que no esperaba era que cuando volviera, ver a Jisung con ambos brazos cruzados encima de la hoja y su cabeza reposando en ellos, con los ojos cerrados y sus labios un poco entreabiertos, con una respiración suave y sus facciones totalmente relajadas; era más que obvio que se encontraba dormido.
Y después de discutirlo en su mente, llego rápido a la conclusión de que era mejor dejarlo dormir.
—No debió pasar buena noche, es mejor que descanse un poco —pensó Minho, sin dejar de observarlo dormir—. Y tampoco debería verlo, no quiero parecer acosador.
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Our nights [Minsung]
Fiksi PenggemarLee Minho estaba cansado de todo: de sus clases privadas, de sus "talentos", de fingir su actitud, de su vida sin errores, de sus padres perfeccionistas, y de ver a las demás personas hacer lo que él nunca lograría, sonreír y disfrutar de todo a su...