Maldijo en voz baja por su nueva forma de desahogarse, sus palmas tenían las marcas de sus uñas. Después de la cena y presenciar la discusión se encerró en su mundo.
Sabía que todo había cambiado, no se sentía motivada en el lapso de los días hasta volver a las clases o por los libros de la biblioteca.Comenzaba a deambular como un cascarón vacío. Los profesores estaban en alerta constante, notaban el cambio de Eris. La chica se quedaba profundamente dormida en algunas clases, parecía distraída o molesta la mayoría del tiempo.
Un preocupado Black la buscaba discretamente por los pasillos, en la biblioteca, le preguntaba a los más jóvenes si sabían del paradero de la chica, hasta que obtuvo suerte. La encontró dormitar en uno de los salones abandonados. Verla con esa ojeras y muy pálida le daban un indicio de como realmente la chica desesperada quería huir de sus fantasma. Trato de hacer el menor de los ruidos para no asustarla, cosa que falló al ver los ojos rojos de la peliblanca.
-No era mi intención- susurro sentandose, rosando su hombro con el de ella. Eris se froto las mejillas limpiandose el rastro de lágrimas por las pesadillas. -Estaba preocupado, no te vi entrenar con tu equipo- acercó su mano hasta tocar la barbilla de la chica que rápidamente se alejó del toque.
-Lárgate Sirius- escucharla lo hizo preocuparse más, intento tomarla para abrazarla. -¡No escuchaste!- Levantó la voz, trago para que no sonara débil viendo a un sorprendido Sirius. Comenzó a caminar hasta la puerta, siendo retenida por los brazos del chico. Se rindió dejándose abrazar, ambos se dejaron caer en los brazos del otro. Sirius trataba de tranquilizarla con delicadas caricias.
-¿Como lo hiciste?- no supo responder a la pregunta de Eris solo porque no sabía a lo que se refería -Dejar de lado a tu familia, decidiste ser tú mismo--Tranquila- hundía su nariz en el cuello de la chica respirando su fragancia, la suavidad de la piel y su calides. -Estoy aquí-
-No, te iras- la peliblanca giro su cabeza para ver los ojos del chico -Porque yo.. - no podía decirle que debía de cambiar, que no era capas de abandonar todo y ser valiente como él.
Sirius vio que Eris comenzaría a llorar de nuevo por lo que la tomó uniendo sus labios. Los tomó con anhelo que se derrumbó al no ser correspondido.
En ese instante la puerta se abrió, Black soltó los labios de la chica con fastidio de ser interrumpido. Eris se sintió morir al ver a un molesto Snape frente a ellos. Se levantaron rápidamente, Sirius se acercó hasta el Severus. Este último lo miraba con diversión.-Interrumpi un momento especial- el de ojos negros escaneo a sus nuevas víctimas, sintió algo en su interior de ver el beso de ellos.
-Quejicus siempre metiendo te donde no te llaman- no quería pelear por respeto a Rellish, intento rodear al pelinegro pero este lo detuvo con su brazo. -¡Alejate!-
-Dime Sirius- decía Snape mientras miraba a Eris -Que se siente ser segunda opción- Los presentes lo miraron con sorpresa que se borro cuando Severus tomó de la camisa a Sirius. Apuntandolo con su varita.
-¡Vamos Rellish dile!-
La peliblanca miraba espantada a Snape, intento sacar su varita para alejarlos, aunque el pelinegro fue rápido quitándole la varita con un hechizo.
-¡Quitame tus manos de encima Quejicus!-
-¡No, hasta que te des cuenta de la clase de chica que es! - lo soltó empujandolo al suelo -¡Ella nunca te amará Black!- tomó a Eris de la muñeca, abriendo la puerta empujandola al pasillo.
Rellish intento alejarse, no sabía porque estaba actuando de esa forma, Severus y ella siem0re tenían sus peleas pero esta comenzaba a salirse de control.
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¡Algo mas sencillo que la vida!
RandomLo que mas la lastimo no fue el rechazo, las traiciones, ni siquiera el dolor. Fueron sus propias acciones, juro nunca ser un monstruo pero hasta el ser vivo mas vulnerable sabe cuando debe mostrar su garras para sobrevivir.