Prólogo:

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VIOLETA:

Se levantó cansada, fatigada y sin ganas de vivir, pero hoy era la fase final del ansiado casting de OT y obviamente no podía faltar. Se encontraba en su casa, en Motril, Granada. Ella era de allí y vivía sola, hacía tiempo que se había independizado y había tenido que aprender a vivir en soledad y sin compañía. Aunque eso an ella no le afectaba mucho, si bien es verdad que ella era muy extrovertida y sociable, estar sola no le suponía ningún problema. Se dirigió a la ducha y se desvistió lentamente, tenía que estar en el aeropuerto en 2 horas, y de allí viajaría directamente a Madrid, el lugar del casting. Abrió el grifo y se metió en la ducha sin prisa, se enjabonó y después cogió el champú y se lavó el pelo. Más tarde salió de la ducha y se vistió, llevaba una falda negra larga, un top azul y encima una sudadera blanca de Stussy. Fue hasta la entrada y se calzó sus botas preferidas, cogió su bolso, la maleta que había preparado el día anterior y sus gafas de sol.

Salió de su casa de Motril y se subió al primer bus que pilló, la llevaría directa al aeropuerto. Se sentó en un asiento y se puso a escuchar a su artista favorita, María Becerra.

Al salir del bus recibió la llamada de su novia, con la cual tenía una relación bastante tensa y mala desde hacía varios meses. Aún así aceptó la llamada.

-¿Julia?-

-¡Violeta!, ¿cómo estás?-

-Saliendo del bus, en 5 minutos estaré en el aeropuerto- dijo Violeta bastante borde.

-¿Por que eres tan borde?-

-Mira Julia, lo sabes perfectamente, no tengo ganas de hablar de esto ahora mismo, y no me pidas explicaciones si no quieres oír la respuesta, te llamo mañana.- contestó ella.

Violeta no quiso ni escuchar la respuesta de su novia y colgó directamente.

Entró al aeropuerto y un ambiente lleno de gente la recibió con los brazos abiertos. Buscó el mostrador de facturación, y terminada la cola facturó su maleta. Se dirigió a el área de descanso, en la cual se encontró con Salma, la mejor amiga que había hecho hasta ahora gracias al casting. 

-¡Violetaaa!- exclamó Salma al mismo tiempo que le daba un fuerte abrazo. Se separó de ella unos segundos después, y se le quedó mirando.

-¿Qué?- dijo la granadina.

-Nada, que eres guapísima- dijo Salma. 

Violeta, no pudo evitar sonreír y sonrojarse un poco.

-Gracias, Salma, ¿a quién esperas?-

-A Denna-

Violeta se extrañó, no conocía a ninguna Denna, o al menos no se acordaba de ella.

-¿Denna?- preguntó ella, sin saber quien era.

Salma se sorprendió.

-¿No sabes quien es Denna?, ¿de verdad?-

Violeta asintió, no tenía ni idea de esa chica y juraría no haberla visto nunca, pero a Violeta a veces, a menudo, se le iban las cosas y no se acordaba de nada.

-No me lo creo, supongo que la conocerás ahora, pero escucha tengo que ir al baño un momento, si la ves quédate con ella, ¿vale?- dijo Salma dándose la vuelta para ir al baño.

-¡Salma!, ¡¿cómo voy a saber quien es?!,¡no la he visto nunca!- gritó Violeta.

-¡Lo sabrás!- exclamó Salma sin tan siquiera girarse.

Violeta se quedó como una tonta, de pie y con los brazos en jarras, así que decidió sentarse. "¿Cómo iba a saber quien era Denna, si no la había visto en su vida?".

Pasaron unos segundos y de repente vio entrar por la gran puerta a una chica rubia guapísima, Violeta se quedó hipnotizada y clavó sus ojos en ella. Llevaba una maleta naranja, el pelo suelto y un mono negro, que suponía sería de ZARA. La chica se paró en medio de el pasillo, lleno de gente, buscaba algo, o a alguien. 

"Facturación"- pensó Violeta. 

Efectivamente la chica dirigió su mirada a los mostradores de facturación y se dispuso a facturar su maleta. Violeta dejó de mirarla por unos instantes, en los que se trató de quitar las legañas que tenía en los ojos. Pero algo la hizo parar. La chica misteriosa clavaba ahora su mirada en ella, y Violeta intentando disimular miró de reojo a la chica y comprobó que efectivamente, la chica la estaba atravesando con su penetrante mirada.

Violeta no sabía que hacer, así que se alivió cuando Salma volvió del baño, y se sentó junto a ella, aún así la granadina miró de nuevo a la chica no tan disimuladamente. Salma se dio cuenta y miró a donde miraba su amiga. 

-¡DENNAAAAAA!- exclamó Salma, corriendo a por la chica misteriosa. 

Violeta se quedó paralizada por un momento, la chica a la que miraba Violeta, era Denna, la misma Denna que esperaba Salma. 

Volvió a mirar a su amiga y se sorprendió al ver cómo se acercaban.

Violeta sintió la mirada de Denna por todo su cuerpo, como la recorría con cada vistazo, Violeta también se dio cuenta de que se paró en sus caderas y en su pecho, igualmente avanzó hasta donde estaban ellas.

Cuando se encontraron Salma se encargó de presentarlas.

-¡La has encontrado!- dijo ella. 

-Si, ya lo veo- contestó Violeta bastante avergonzada.

Denna la miró fijamente otra vez, así que Violeta no pudo levantar la cabeza.

-Soy Denna- dijo la rubia con un tono amable, y una voz angelical.

"Eso ya lo sé" - pensó la de Motril.

-Yo soy Violeta-


VIOLENNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora