Este es un espacio dedicado a publicar fichas de personajes del videojuego Legends of Runeterra y sus apariciones en todas mis obras. Así mismo se publicarán un listado de curiosidades.
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La Garra Invernal es una alianza de tribus y habitantes del Freljord verdaderamente cruenta. Muchos de quienes la conforman buscan únicamente liberar sus facultades más primarias, sus instintos más sangrientos y guiarse por la destrucción. Sirven a una reina, pero la independencia que reciben les hace tener mucha libertad sobre su propia vida. Incluso antes de que Sejuani fuese coronada como su líder, los guerreros de la Garra Invernal tenían este estilo de vida. Cuando se formaban las familias la tosquedad era obvia, rara vez había algo más allá de la necesidad o el orgullo de por medio en ellas, formándose como un proceso vital.
Los padres de Zeveda eran personas agresivas, que discutían constantemente y que no disfrutaban de su propia ira sino que simplemente vivían así. Su unión se debió por mera conveniencia de la tribu, así como el nacimiento de su hija. El padre era un guerrero bastante apto para el combate y la madre una experta domadora de criaturas salvajes. Naciese como naciese, sería un vástago bastante útil para la tribu.
El resultado de su unión fue Zeveda, una niña que en sus primeros años parecía bastante distante, callada y de mirada rígida. Lo más destacable es que siendo apenas una infante se cayó raspándose las rodillas, ante lo cual derramó una lágrima. Esto dejó una mala imagen en sus padres, que desde aquel momento no prestaron atención alguna en ella. La pequeña Zeveda pudo ser una decepción para muchos, hasta el momento en que cumplió dieciséis años y agarró por primera vez un hacha de mano.
Zeveda sintió algo al momento de portar dicha arma, despertando en ella un instinto de usarla a cualquier costo. Incluso si la alejaban del filo de estas parecía emocionarse pensando en cómo usarlas. Inicialmente solo cortaba madera, día tras día, parecía increíble que la pequeña Zeveda derribase árboles más gruesos que ella, desarrollando un cuerpo bastante fornido a pesar de ser bastante delgada. Por lo general ignoraba a sus padres, devolviéndoles ese desprecio que sentían por ella. Cuando su padre fue a golpearla durante una regañina, la chica no dudó en propinarle un corte en la cara. No mortal, pero sí muy dolorosa.
De ahí en adelante no solo sus padres probaron el filo de sus hachas, Zeveda desafió a cada guerrero de su aldea, logrando derrotar a todos estos y dejar una marca de la derrota que sufrieron a sus manos. Ella era consciente y su mente estaba en su sitio, pero afán por batallar sobrepasaba a cualquiera de los guerreros de los alrededores. Pensando que solo había heredado las características de su padre, su madre la envió hacia lo que pensaba que era una muerte segura, que fuese a amaestrar un animal peligroso.
Zeveda regresó acompañada de una jauría de fieros lobos salvajes, que acabaron con un tercio de aquella aldea en el cual se encontraban sus propios padres. La muchacha se había consagrado al espíritu del lobo, uno de los muchos seres espirituales del Freljord, algo que muy pocos lograban pues la bendición la otorgaba el ente. Él decidía. Pudo haber tenido fuerza sobrehumana, poderes paranormales o incluso velocidad aumentada. Pero ella solo le pidió el don de hablar con los lobos, ya que quería entender mejor a su amigo Varg.
