El reflejo del imponente sol impactaba directo en el rostro de aquellos que osaban a ir en contra de aquel jinete. Se trataba de un imbatible guerrero, con una imponente melena rojiza que brillaba gracias a los rayos calurosos que impactaban con su cabecera. Sus atractivos ojos azulados tal zafiro recientemente, que con tan solo un contacto visual con aquellos mortales que tengan la osadía de mirarlo a su perfecto rostro son capaces de enamorar profundamente sin importar la orientación del individuo. Una imponente espalda que imponía respeto y dureza para sus aliados, quienes se encontraban seguros y protegidos por el cual infante junto a su madre, aun incluso en el sangriento y ferviente campo de batalla. Una cualidad peculiar que poseía era la capacidad innata de repeler fuertemente a toda fémina en un radio de 20 metros, los motivos de esto son desconocidos. El nombre de nuestro valiente guerrero era "Alan", el rey otoñal, que cabalgaba hacia la inminente victoria junto a su fiel corcel "Kris", un caballo de color anaranjado cual el mas puro de los topacios y poseedor de una curiosa melena azulada y rojiza cuyo jinete cuidaba cautelosamente. Mientras transcurría la batalla, Alan logró derrotar un total de 15 enemigos sin problema alguno, leyendas incluso afirman que fueron mas de 50. Aun siendo capaz de fácilmente darles el golpe de gracia para acabar con sus miserables vidas este, mostrando la mas pura de las piedades y respetos por seres inferiores. Derrama una ultima lagrima de compasión, mirando hacia el amanecer, recoge su ojo - que casualmente cayo de su cuenca debido a el estrabismo que sufre desde el inicio de sus vidas, y galopa una vez más, invicto, hacia su hogar.El pueblo lo recibe con flores y ovaciones, como de costumbre, tras saludar a su orgulloso pueblo este se dirige a la taberna que suele frecuentar, ya que incluso las mentes mas fuertes y gloriosas merecen su relajo. No se trataba de cualquier taberna, ya que dentro de ella se encontraba la mujer mas hermosa y afortunada que marrones pisos del reino hayan conocido. Su esposa Sandy Contreras, que gracias a una figura envidiada y buscada por todas las mujeres del reino, logro cautivar el corazón de muchos valientes guerreros. Sin embargo y para sorpresa de nadie, fue Alan quien le robó el corazón de vuelta. Tras mirarse a los ojos mutuamente cual africano a plato de legumbres, corrieron el uno al otro, abrazándose fuertemente, abrazo que duro tan solo 2 segundos luego de que Sandy sintiese un fuerte olor a trucha proveniente de las fauces del guerrero.Tras celebrar la victoria junto a su pueblo, Alan y Sandy decidieron retirarse para poder festejar de una manera mas "carnal", esperable de cualquier pareja con ese nivel de amor entre ambos."Voy a dejar al Kris we, te espero en al choza we pa' culear pe".- Dijo Alan con una coqueta sonrisa en su rostro"Déjame terminar algunas weas mientras y de ahí voy, lávate los dientes mientras".- Respondió ella, notándose un tanto incomoda.Sin opción alguna, Alan fue hacia su mansión privada con una apariencia sospechosamente parecida a una rúca y, como de costumbre, dejo a Kris en su establo, a un costado del Ferrari. Sin embargo algo no andaba bien, la conducta de Kris no era la común, al estar entrando Alan a su castillo el corcel lo muerde de manera cariñosa y un tanto sensual en el trasero con sus imponentes dientes. Alan estaba completamente desconcertado, era primera vez que ocurría y no sabia como reaccionar exactamente. No obstante sabia lo que el caballo quería, lo que buscaba, su mirada lo decía todo. El sentimiento de calor entre ambos hacia que el caballero ignorase el sangrado que dejo el caballo en sus nalgas de acero.Se dirigieron a la cama del rey (una pila de paja con una sabana de Cars) sin perder nunca el contacto visual entre ellos, lentamente una sonrisa de lujuria invadía la cara de Alan, sonrisa que presupuesto compartía con Kris.
El semidesnudo cuerpo del héroe iluminaba la habitación, reflejándose en los grandes e impacientes ojos del corcel, aun cuando el atardecer traía los fríos vientos del norte, el calor que ambos emanaban era similar a la más feroz de los incendios de Valparaíso. El hocico de la bestia se llenaba de viscosa saliva que derramaba sin parar, saboreando de antemano la espada del guerrero que estaba a punto de desenvainar.La espada de Alan no se trataba de una espada, si no la más grande de las dagas con unos monstruosos 8,4 centímetros y 0,4 milímetros de diámetro. Apunta directo hacia el rostro de Kris, y este responde abriendo su boca para darle la bienvenida al miembro de Alan. Este comienza a mover sus caderas hacia delante, penetrando lentamente en la cavidad bucal del equino. La sensación que sentía el héroe en esos momentos era indescriptible, solo comparable a tocar el cielo con las manos desnudas, alcanzando la más preciada felicidad que la tráquea de un caballo con un serio caso de herpes y adenoides pudiese entregar. El romántico y lento movimiento se comenzaba a transformar en un rudo y veloz jugada de placer, mientras que Alan respiraba fuertemente cual naufrago al tocar la playa. Necesitaba un descanso, los dientes del caballo a veces hacían doler al pene de Alan, sin embargo Kris no opinaba lo mismo, con el más fuerte de los entusiasmos muerde con fuerza el pepino otoñal para evitar que este escape de sus fauces. El dolor que sintió Alan fue inconmensurable, sentía que su miembro podría salirse en cualquier momento, pero lejos de enojarlo se sintió a gusto, había descubierto la experiencia definitiva a través del dolor propinado por los dientes de un caballo.No podía soportarlo más, el placer era inmenso y el aguante del héroe se iba acabando rápidamente mientras el roce de su prepucio circuncidado con los labios de caballo se hacía cada vez más fuertes. Fue en ese momento cuando la lengua de Kris entro en acción, generando un abrazo fraternal que cubría por completo la espada de Alan, el cual no sería capaz de aguantar por mucho más.Finalmente sucedió, una explosión de los jugos de amor de alan llenaron rápidamente el rostro del corcel, procediendo también a llenar su boca y posteriormente su estómago entero. El clímax de la acción provoco un fuerte grito de placer de Alan, fácilmente escuchable varias cuadras a la redonda, saco su pene del orificio y se sentó una vez más en la cama para poder tomar aliento. Sin embargo, los caballos son conocidos por tener un gran aguante, por lo que la acción para Kris no terminaría ahí. Ahora era su turno, él también quería probar el cuerpo de Alan y entregar todo su amor, por lo que toma al héroe y lo coloca de espaldas. Alan, a pesar de estar agotado, acepto felizmente su destino, sabiendo que haría feliz a su fiel amigo, asintió la cabeza, dando la orden de comienzo.El poderoso misil de 9 metros de Kris comenzó a entrar por el orificio anal de Alan, generando una mezcla entre felicidad, dolor y placer. Jamás había sentido una sensación como esa, ni siquiera el pene de Sandy era capaz de llegar tan profundo en su recto, desordenando cada una de sus entrañas, asomándose por debajo de su piel en su estómago. Por un total de 83 horas, el trasero de Alan fue golpeado con fuerza por el caballo, quien no se detenía ni por un momento. Sin embargo, el apretado bussy del rey comenzaba a pasarle la cuenta y era capaz de sentir el que estaba a punto de acabar.
La erupción del pene del semental inundo por completo la habitación, mientras este empujaba con sus poderosas piernas lo más profundo que podía dentro de Alan. Este último comenzó a inflarse cual globo de agua, filtrando el blanco liquido por el resto de sus orificios, pero este no estaba contento con eso, realizo un esfuerzo inhumano para absorber tan preciado jugo que no pensaba desperdiciar, sin dejar caer una sola gota de pintura.Se lanzo hacia el suelo destrozado, con un prolapso clínicamente significativo, pero que el lucia con orgullo. Kris mira hacia Alan, quien anteriormente ostentaba una apariencia varonil y fuerte ahora no se trataba de mas que un saco de semen, deformado, destrozado. El caballo se retira feliz de la habitación, volviendo una vez mas a su establo. Alan por su lado toma una ducha de agua con zarro, intentando limpiar el ya seco y crujiente semen de Kris, que dejo secar tras 30 minutos en el suelo, quedando como un verdadero maní confitado.Tras el pasar del tiempo, Sandy vuelve una vez mas a casa, aun recordando la promesa que le hizo Alan en la taberna. Entra a la habitación con lujosa lencería directa de la basura de la picá de completos de la cuadra del lado, solo para darse cuenta en el deplorable estado físico y mental en el que se encontraba su supuesto amado, quien aun se encontraba malherido por el coito realizado con Kris. Alan estaba estupefacto, no era capaz de decir ninguna palabra, ya sea por la vergüenza o por el aun palpitante hemorroide provocada. Sandy no tardo mucho tiempo en utilizar las únicas dos neuronas que posee, unirlas, y darse cuenta de lo ocurrido. Además del evidente estado de putrefacción de Alan y su prolapso al cual llamó cariñosamente Incafox, el olor aun presente en la habitación fue suficiente para relatarle los hechos a la ahora defraudada esposa de quien alguna vez fue un poderoso hombre. Sandy estaba enfurecida y apenada por la situación, por lo que decide echar de la casa a Alan, quien, cojeando y aun desnudo, se va del lugar que antes era su hogar.No tenia donde ir, pero su instinto lo llevo directo al establo de Kris, quizás haya sido suerte o incluso el destino. Kris aun estaba despierto, invita a pasar a Alan."Me pillaron con el ano en la masa we, me echaron de la casa we dale like y suscríbete we".- Dijo Alan sollozando."No te peocupez mi amod, te voldvede a haced fediz una veds mads".- Reafirmo el corcel con una sonrisa coqueta en su rostro.Las luces se apagaron, sin embargo el calor de ambos fue suficientes para guiarlos hacia el nuevo camino de placer y amor que les esperaba. Kris, tal y como realizo aquella vez, tomo las nalgas de Alan con sus sucias pezuñas, dando inicio una vez mas a la experiencia otoñal.Ambos aceptaron sus verdaderos yo, si el amor no tiene edad, tampoco tiene especie. Cabalgaron hacia el horizonte, donde sea que pudiesen ser felices juntos y darle espacio para que el amor florezca con aun mas fuerza, tan solo la tranquila luna sabrá las cosas que los dos realizaran de ahora en adelante.
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Kriz y Alan Mudkip, una historia de amor y placer.
RomanceUna intensa historia de amor donde un caballo siente un extraño sentimiento por su peculiar caballero